Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,
15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.
16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.
17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,
18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.
19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.
Llegamos al día cuatro. Es curioso ver que en la Biblia el número 4 está vinculado al mundo (cuatro estaciones, cuatro puntos cardinales, etc. Pedro, en Hechos 12 fue encarcelado con cuatro grupos de cuatro guardias cada uno, eso está ejemplificado el poder humano en el mundo que aún así no pudo evitar que Dios actúe y Pedro fuera liberado) y ese día fue creado todo lo que está fuera de él.
Se puede ver en el texto bíblico el propósito de la creación de las lumbreras:
1. La primera razón tiene que ver con el tiempo. No hay olvidar que el tiempo fue creado en el versículo 1 como ya lo hemos visto. Dios disponía de una forma natural de poder contarlo, luego el ser humano inventaría, tomando de los parámetros naturales, instrumentos para su medición. Sabemos, más allá del calendario, que un año es el periodo de tiempo que tarda nuestro planeta en dar una vuelta alrededor del sol. (Vale aclarar que el calendario no es exacto, por eso se debe agregar un día cada cuatro años, y aun así hay una diferencia de minutos). Un día es el tiempo en que nuestro planeta tarda en girar sobre sí mismo. Ahí vienen a nuestra mente los términos aprendidos en la escuela de traslación y rotación. Naturalmente podemos saber cuando pasa un año o un día, ¿Qué pasa con los meses? En la escuela aprendimos que el ciclo de la luna es de 28 días, pero en realidad es de 29 días, 12 horas, 44 minutos y algo más de 2 segundos de media. (Se lo abrevia 29 días y medio) El calendario judío tenía 6 meses de 29 días y 6 de 30 días, (era equivalente a doce meses lunares) y cada tres años se agregaba un mes de 30 días y compensaba los tres años solares.
2. La segunda razón es que tienen la misión de alumbrar. Dios las llama lumbreras. La mayor (el sol) que su presencia hace que esté de día, y la menor (la luna) que será la lumbrera que reflejando la luz del sol podrá alumbrar en la noche. La luz no sólo está relacionada con la necesidad de ver que estamos haciendo o cómo lo hacemos o dónde vamos, también tiene que ver con la vida y el crecimiento de los diferentes seres vivos.
3. Pero también esas lumbreras fueron creadas para guiar. Hoy es muy común salir y poner el GPS para que nos guíe por el camino a seguir y hacia dónde avanzar. Hace unos años, aunque aún se sigue usando, cuando no estaba el GPS, se usaba una brújula. Pero siempre ha servido de guía el sol de día y las estrellas de noche.
Hay que remarcar también que el término estrellas no hace alusión solamente a la que hoy denominamos comúnmente estrellas, sino que en su idioma original tiene la idea de UNIVERSO. Bajo éste principio podemos decir que la tierra fue creada el primer día, pero que el cuarto día Dios creó todo el resto del universo y cómo una maquinaria perfecta lo puso en marcha con sus órbitas.
En Salmos 19: 1 dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios,” y muchos otros pasajes afirman que la inmensidad e infinitud del universo es una demostración de cómo es la Gloria de Dios, aunque no puedan ejemplificar en totalidad cómo es el Señor de esa Gloria.
• ¿Qué piensa usted de Dios al ver el cielo, el sol y la luna?
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Salmos 8:3-4
Oración:
Querido Dios Padre, gracias porque al levantar mi mirada cada día o cada noche puedo contemplar tu inconmensurable creación. Me conmueve el hecho de que tú seas tan grande y poderoso y que aún así quisiste venir en el Señor Jesús a visitar tu creación y a entregar su vida por mí. Gracias por tu inmenso amor por mí mostrada en tu creación pero aún más en tu Salvación. En el nombre de mi Salvador, el Señor Jesucristo, Amén.