Día 7 - Gn 1:20-23

20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.  21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.  22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.  23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto.  Génesis 1:20-23

Hoy estamos en el quinto día de la creación. El número cinco en la Biblia tiene la idea de ventana, de ver; también se aplica como “testimonio”. Si bien el tercer día Dios creó las plantas, que son también seres vivos, ahora va a crear los del reino animal, los seres vivos que se desplazan. Comienza con los que se desplazan por el agua y por el aire. Los primeros dan la idea de los que viven en las aguas y los segundos de las aves que pueden volar. (No todos los animales que hoy conocemos como aves lo pueden hacer)

Dios empieza a manifestar algunos factores de lo que Él es. Es un Dios vivo y con movimiento. Parece algo muy obvio pero en realidad no lo es. En la historia de la humanidad son incontables los dioses que el ser humano ha inventado que no se pueden mover ni dan signos de vida.

En 1° Reyes 18 tenemos un ejemplo de eso: 26 Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: !!Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. 27 Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. 28 Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. 29 Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase. 

Dios había puesto movimiento en el universo cuando puso en órbita cada planeta, y ahora ponía movimiento sobre nuestro planeta. Las aguas fueron pobladas de todo tipo de animales, desde los más minúsculos hasta los más enormes. Lo mismo pasó en el aire, aunque solo menciona las grandes bestias en las aguas. Literalmente en ésta versión se lee: “grandes monstruos marinos”. Son millones los fósiles que están en diferentes museos o centros de investigación que testifican la existencia de grandes monstruos marinos o terrestres. Muchos creen que la Biblia no habla de los animales que conocemos como dinosaurios, pero éste versículo más Job 40 y 41 son ejemplos de algunos de ellos.

He leído comentarios autorizados que mantienen que cuando se estaba realizando la traducción llamada de los 70, un poco más de un siglo antes de Cristo, pasando el texto hebreo al griego, se usó en ese versículo para “grandes monstruos marinos” el término “dragón” (que en hebreo es Leviatán, como se menciona en Job 41:1) Muchos han creído que los dragones fueron seres mitológicos, pero hay muchísimas evidencias de su existencia, entre ellas muchos fósiles. Juan utiliza en el libro de Apocalipsis a ése animal para ilustrar a la persona de Satanás. Por el relato bíblico, entonces, desde el primer libro hasta el último, podemos interpretar que Dios ha sido el creador de todos los seres existentes. Qué el ha creado aquellos que son “Grandes”, pero que el pecado ha corrompido como lo ha hecho el mismo Satanás. Los animales que tanto apasionan a los niños y a muchos de nosotros también han sido criaturas creadas por Dios, y no eran como las muestra “El parque Jurásico” en sus películas, pero volveremos más adelante sobre éste particular.

Por último podemos ver que son los primeros seres que reciben la bendición de Dios. Eso significa que una vez creados no serán dejados a su “naturaleza” sino que Dios mismo ha dispuesto que “fructifiquen”, es decir que se desarrollen, que crezcan, y se multipliquen, es decir, que según su especie se reproduzcan. Estos versículos dejan las bases de la reproducción por especie y no por evolución. Cuando éramos niños nos hacían una pregunta: ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Si bien la gallina es del día sexto, podemos afirmar desde el principio Divino que Dios creó la gallina y puso en ella la forma de reproducción por medio de los huevos, producto que el ser humano usa para su alimentación.

  • ¿Qué pasa por su mente cuando contempla la ballena azul o los peces de colores o las majestuosas y coloridas aves?

Todos esos seres demuestran la maravillosa autoridad y poder del Creador.

Oración:

Querido Dios Padre, gracias porque cada día puedo admirar tu hermosa creación. Gracias por la vida que has puesto a los animales acuáticos y aéreos y puedo disfrutar viéndolos y entender un poco más ¡de tu poder!. Ayúdame a cuidar de tu creación para que ellos no se vean perjudicados por mi obrar. En el nombre de Jesús, Amén.