Siguió
luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales. 2 Y
miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas
que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados;
y había una gran piedra sobre la boca del pozo. 3 Y juntaban
allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo,
y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a
su lugar. 4 Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois?
Y ellos respondieron: De Harán somos. 5 El les dijo: ¿Conocéis
a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos. 6 Y
él les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel
su hija viene con las ovejas. 7 Y él dijo: He aquí es aún muy
de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las
ovejas, e id a apacentarlas. 8 Y ellos respondieron: No podemos,
hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la
boca del pozo, para que abrevemos las ovejas. 9 Mientras él aún
hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque
ella era la pastora. 10 Y sucedió que cuando Jacob vio a
Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el
hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca
del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre. 11 Y
Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró. Génesis 29:1-11
Ayer
quedamos en que Jacob hizo voto.
Dijo
que Jehová sería su Dios si le diera todas esas cosas que pidió.
En ese momento podría haber destruido a Jacob por su insolencia,
pero mostró la paciencia que nos tiene y además el amor que
nosotros no podemos entender lo grande que es. Dios tenía hermosos
planes para Jacob, como los tiene para nosotros, pero solo lo tendría
Jacob si hacía las cosas correctamente y al parecer todavía no
estaba dispuesto a obedecer.
Dice
la Biblia que ese lugar donde él durmió se llamaba Luz. Pero ahora
se llamaría Betel que significa “Casa de Dios”, porque Jehová
está en este lugar, como dijo Jacob.
Luego
siguió su camino rumbo a Har
á
n,
el lugar dónde vivía su tío Labán, lugar de donde había partido
el abuelo Abraham. Cuando iba por el camino vio un pozo de agua y
cerca del pozo tres rebaños de ovejas. Entonces Jacob se acercó a
los pastores de esos rebaños y les preguntó de dónde eran. Ellos
le dijeron que venían de Harán. Entonces Jacob les preguntó si
conocían a Labán, y ellos le dijeron que sí. Jacob siguió
preguntando: ¿Está bien él? Y ellos entonces respondieron, si está
bien, y ahí viene su hija Raquel con las ovejas.
Cuándo
Jacob vio a Raquel fue al pozo, corrió la piedra que lo tapaba y le
dio de beber a todo el rebaño, luego fue y saludó a Raquel y lloró.
Nos
preguntamos: ¿por qué lloró? ¿Podría haber sido por todo lo que
había vivido en su casa antes de salir?. ¿Estaría arrepentido de
todo lo malo que hizo? Él que siempre había estado en su casa...
¿Pensaría que nunca iba a llegar a la casa de su tío? o... ¿Se habrá
dado cuenta que Dios estaba cumpliendo con lo que le había prometido
a pesar de que él no se lo merecía?
No
sabemos con exactitud porque lloró, pero de seguro Dios estaba
cumpliendo sus promesas. Dios lo estaba cuidando a pesar de ser un
egoísta.
Posiblemente
vos p
ienses
que no está bien que Dios lo cuide. Pero ¿Qué sería de nosotros
si Dios no nos cuidara? ¿Cuántas veces hacemos las cosas mal y Dios
nos sigue guardando? El egoísta solo piensa en sí mismo, pero la
persona agradecida
empieza
a entender lo grande que es el amor de Dios, y que ese amor está
sobre todo lo que puedo entender.
-
¿Vos
sos de los egoístas o de los agradecidos?
Oración:
Querido
Dios Padre, gracias porque siempre estás conmigo aún cuando no lo
merezco. Ayúdame a poder entender cada día más cómo es tu amor
por mi. En el nombre del Señor Jesús, Amén.