Día 16 (85) - Gn 29:1-11

Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales. 2 Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo. 3 Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar. 4 Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos. 5 El les dijo: ¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos. 6 Y él les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel su hija viene con las ovejas. 7 Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas. 8 Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas. 9 Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora. 10 Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre. 11 Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró. Génesis 29:1-11

Ayer quedamos en que Jacob hizo voto. Dijo que Jehová sería su Dios si le diera todas esas cosas que pidió. En ese momento podría haber destruido a Jacob por su insolencia, pero mostró la paciencia que nos tiene y además el amor que nosotros no podemos entender lo grande que es. Dios tenía hermosos planes para Jacob, como los tiene para nosotros, pero solo lo tendría Jacob si hacía las cosas correctamente y al parecer todavía no estaba dispuesto a obedecer.

Dice la Biblia que ese lugar donde él durmió se llamaba Luz. Pero ahora se llamaría Betel que significa “Casa de Dios”, porque Jehová está en este lugar, como dijo Jacob.

Luego siguió su camino rumbo a Har á n, el lugar dónde vivía su tío Labán, lugar de donde había partido el abuelo Abraham. Cuando iba por el camino vio un pozo de agua y cerca del pozo tres rebaños de ovejas. Entonces Jacob se acercó a los pastores de esos rebaños y les preguntó de dónde eran. Ellos le dijeron que venían de Harán. Entonces Jacob les preguntó si conocían a Labán, y ellos le dijeron que sí. Jacob siguió preguntando: ¿Está bien él? Y ellos entonces respondieron, si está bien, y ahí viene su hija Raquel con las ovejas.

Cuándo Jacob vio a Raquel fue al pozo, corrió la piedra que lo tapaba y le dio de beber a todo el rebaño, luego fue y saludó a Raquel y lloró. Nos preguntamos: ¿por qué lloró? ¿Podría haber sido por todo lo que había vivido en su casa antes de salir?. ¿Estaría arrepentido de todo lo malo que hizo? Él que siempre había estado en su casa... ¿Pensaría que nunca iba a llegar a la casa de su tío? o... ¿Se habrá dado cuenta que Dios estaba cumpliendo con lo que le había prometido a pesar de que él no se lo merecía?

No sabemos con exactitud porque lloró, pero de seguro Dios estaba cumpliendo sus promesas. Dios lo estaba cuidando a pesar de ser un egoísta.

Posiblemente vos p ienses que no está bien que Dios lo cuide. Pero ¿Qué sería de nosotros si Dios no nos cuidara? ¿Cuántas veces hacemos las cosas mal y Dios nos sigue guardando? El egoísta solo piensa en sí mismo, pero la persona agradecida empieza a entender lo grande que es el amor de Dios, y que ese amor está sobre todo lo que puedo entender.

  • ¿Vos sos de los egoístas o de los agradecidos? 

Oración:

Querido Dios Padre, gracias porque siempre estás conmigo aún cuando no lo merezco. Ayúdame a poder entender cada día más cómo es tu amor por mi. En el nombre del Señor Jesús, Amén.