Día 19 (88) - Gn 29:27-30
27 Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años. 28 E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su hija por mujer. 29 Y dio Labán a Raquel su hija su sierva Bilha por criada. 30 Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años. Génesis 29:27-30
Ayer quedamos en como Jacob cosechó el engaño que sembró. Ahora estaba sintiendo en carne propia lo que sintieron su hermano y su papá. Ahora podía comprender el daño que había hecho por egoísmo. Ahora podés ver porque Dios permite que cuando haces el mal a alguien eso te llegue a vos. Ahí podemos entender como se sienten los demás cuando los tratamos mal. Dios no está de acuerdo ni con nuestras malas acciones ni con que tengamos que sufrir las consecuencias, pero debe permitirlas como Juez Justo que él es. Menos mal que nuestros pecados los perdona en Cristo, es decir Jesús ya pagó por ellos, y solo tenemos que pedirle perdón a él y aceptarlo como nuestro Salvador personal para ser perdonados.
Siguiendo con la historia, Labán le dijo que si quisiera tener a Raquel por esposa tendría que esperar una semana, (ese era el tiempo en que duraba la celebración del casamiento) y le daría a Raquel por esposa, pero tendría que trabajar otros siete años por ella. Jacob aceptó la propuesta de Labán. Una semana después recibió a Raquel por esposa. Vale aclarar que antes de casarse trabajó los siete años, ahora sería al revés, primero tendría a su esposa y luego le quedaría la deuda de trabajo por otros siete años.
Seguramente te has preguntado si es que Jacob tenía dos esposas. Si, así fue. Muchas veces encontramos en la Biblia personas que han tenido más de una esposa al mismo tiempo. Dios no está de acuerdo con eso. El dice, que el hombre (singular, uno) se debe unir a su mujer (singular, una) ya en el segundo capítulo de la Biblia. Ya hemos visto que el matrimonio para Dios es algo muy pero muy importante. De hecho es el diseño que él mismo creó para los seres humanos; para que puedan formar una familia.
Jacob seguía haciendo las cosas a su manera. Ya hemos visto muchas de veces que cuando hacemos las cosas a nuestra manera, sin consultar a Dios, tenemos las mayores posibilidades de equivocarnos. Esas equivocaciones pueden traer muy malas consecuencias, pues todo lo que se siembra… si, se cosecha. ¿Cómo es el corazón del ser humano? Ante estas cosas solemos reaccionar de dos formas. Una es la positiva. Esa es la que llevados por los malos resultados cosechados, nos damos cuenta que si seguimos sembrando de esa manera, lejos del consejo de Dios, iremos de mal en peor, y nuestro corazón se torna en un corazón arrepentido. (La palabra arrepentimiento significa cambiar de mente) Ahí es dónde Dios puede obrar y cambiar a esa persona, no importa su edad. Por eso es más fácil cuando somos niños pequeños con un corazón aun tierno.
Pero está la otra manera, la negativa. Hay corazones que se endurecen más y ante la cosecha de malos actos, éstos se intensifican y piensan que la única forma en que nos entiendan es que sientan lo mismo que nosotros y vamos de mal en peor, haciendo lo contrario de lo que Dios nos recomienda.
Por delante, para Jacob, quedaban otros siete años bajo las órdenes de quien lo había engañado, pues había una deuda por pagar. Pero hay un detalle que no es menor, y pocas veces notamos al leer la historia: Jacob durante esos 14 años no obtuvo nada más que sus dos esposas, pues el lugar donde estaba, la comida que comía, la ropa que vestía y todo lo que pueda aparecer en mente que Jacob tenía, en realidad no era de él, sino de Labán, bueno, técnicamente Raquel, la mujer que él amaba, aún no le pertenecía, pues todavía había una deuda por pagar por ella.
La vida de Jacob nos sigue mostrando como es el ser humano. Todos en el fondo de su ser saben que Dios existe, pero no quieren escucharlo. Algunos creen en Dios, pero no quieren creerle a Dios. ¡Qué diferente sería la vida de las personas, si solo le creyéramos a Dios! Y actuaríamos siempre con la verdad, como él nos enseña.
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¿Usted cree en Dios? ¿Usted le cree a Dios?