Día 24 (93) - Gn 30:31-43

31 Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas. 32 Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto será mi salario. 33 Así responderá por mí mi honradez mañana, cuando vengas a reconocer mi salario; toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras, y de color oscuro entre mis ovejas, se me ha de tener como de hurto. 34 Dijo entonces Labán: Mira, sea como tú dices. 35 Y Labán apartó aquel día los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en mano de sus hijos. 36 Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán. 37 Tomó luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas. 38 Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber. 39 Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores. 40 Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán. 41 Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que concibiesen a la vista de las varas. 42 Pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así eran las más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob. 43 Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos. Génesis 30:31-43


Ayer veíamos sobre los 14 años que trabajó Jacob por Raquel. Ya tenía una familia muy numerosa integrada por sus esposas, las siervas de sus esposas y sus 12 hijos. Estuvo seis años más trabajando para Labán y arregló en que no le pagaría un sueldo, sino que todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y las ovejas de color oscuro, y las cabras manchadas y salpicadas de color serían para él, es decir todas aquellas que no fueran blancas. A Labán le pareció muy buen trato, pues se presentaba muy ventajoso para él, pero aún así fue y quitó todos los animales que no eran blancos por completo y se los llevó a sus hijos a tres días de distancia. 

Ayer vimos que Labán no lo dejaba ir porque decía que Dios lo había prosperado de su mano, pero, si bien eso parecía verdad, en realidad no estaba interesado en Dios sino en tener más y más y riquezas, no quería perder a la persona que lo hacía prosperar. Labán intentaba engañar a Jacob nuevamente, y al mismo tiempo Jacob quería engañar a Labán, pero ambos no pensaban en que Dios estaba observando todo, y daría a cada uno lo que le corresponde.

Entonces Jacob puso en marcha un plan a la vez que Labán había hecho el de él. Ambos se dejaron llevar por lo que se conocía de la reproducción en ese entonces o de lo que se creía sobre el tema. Jacob se quedó cuidando el rebaño de Labán de animales blancos. Ahora tenía que lograr que de esos animales salieran crías pintadas de colores. Jacob pensó que si ponía esas ramas blancas y los animales lo veían mientras tomaban agua y copulaban, nacerían crías manchadas. No tiene ningún aval científico semejante creencia, pero en la antigüedad eran muchos los pueblos que decían que según lo que la madre mirara en el embarazo, eso influenciaría en la gestación. Y además Jacob ejecutaba su plan en los animales más fuertes.

Pero  aunque Jacob no tenía razón en su pensamiento, los animales salían pintados y rayados. Hoy sabemos que eso podía pasar porque aunque los progenitores eran blancos, los genes recesivos de manchados también estaba en ellos. Pero... ¿Por qué eran tantos los manchados y tan pocos los blancos? Pues el que concede la vida, también a los animales, estaba actuando.   Así fue que Jacob comenzó a enriquecerse.

Jacob seguía por el mismo camino equivocado. Para mucha gente pensaría que Jacob podía ser un piola bárbaro, pues veía la forma de hacerse rico sin demasiado esfuerzo. Pero… ¿recuerdan lo que dice Génesis 28:20 y 21? Dice que Jacob había hecho un trato con Dios. Dios no estaba de acuerdo con todo lo que hacía Jacob, pero Dios siempre cumple sus tratos. Ya era el momento en que Jacob cumpla con su parte.

La promesa era:

  1. Guardarlo en el viaje a Harán.

  2. Que le diera para comer.

  3. Que le diera para vestir.

  4. Que pudiese volver en paz a su casa.

Todavía faltaba el 4, pero Dios había cumplido cada parte de su promesa, aunque Jacob no lo merecía. Pero para poder terminarlas en forma completa, Jacob debía obedecer a Dios y regresar a su casa confiando en voluntad de Dios. Seguramente Jacob pensó que había prosperado por su “habilidad” en los negocios. Muchos hoy piensan lo mismo. Pero están terriblemente equivocados. Si lo que tienen es por vías legales según Dios, entonces debe entender que Dios le ha dotado de capacidad para hacerlo. Pero si lo que tiene, aunque sea algo, es por vías ilegales según Dios, entonces usó la capacidad que Dios le dio para mal y va a cosechar en algún momento lo que sembró. Además tiene que entender que su prosperidad es porque Dios cumple su promesa, pero que después será insostenible su prosperidad, pues Dios se debe encargar de que se coseche lo que se siembra. En otras palabras: Dios ha dado todo y la persona lo ha echado a perder. (no olvidemos que el mismo Jacob habló de honradez)

Cuando nosotros nos ponemos a ver lo que hemos hecho en lo que va de este año, seguramente vamos a encontrar muchas cosas que a Dios no le agradan. Hacemos constantemente lo que se nos parece sin preguntarle a Dios. Pero... ¿sabes una cosa? Todas las promesas que Dios nos ha dado el las ha cumplido. 

  • Piensa un poco en las cosas que Dios te ha dado en lo que va de este año. Puedes hacer una lista en un papel e ir agregando todos los días las cosas que te vas dando cuenta.

Oración:

Querido Dios Padre, gracias porque cada día tu has estado conmigo, aunque yo no me he dado cuenta. Ayúdame a cumplir mi parte y ser un buen hijo tuyo. En el nombre del Señor Jesús, Amén.