Día 27 (96) - Gn 31:17-21
17 Entonces se levantó Jacob, y subió sus hijos y sus mujeres sobre los camellos, 18 y puso en camino todo su ganado, y todo cuanto había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padan-aram, para volverse a Isaac su padre en la tierra de Canaán. 19 Pero Labán había ido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos de su padre. 20 Y Jacob engañó a Labán arameo, no haciéndole saber que se iba. 21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó y pasó el Eufrates, y se dirigió al monte de Galaad. Génesis 31:17-21
La historia continúa y nos cuenta que Jacob obedece a Dios, en cuanto al volver a su casa y parentela, pero a la manera Jacob. Aprovechando que Labán estaba trasquilando a las ovejas, tomó sus cosas, toda su familia y siervos, además del ganado y se puso en marcha hacia Canaán, sin avisar a Labán de que se iban. La Biblia dice que Jacob engaño a Labán no haciéndole saber que se iba, y huyó.
Alguno puede pensar… ¿no avisar es engañar? ¿Engañar no es mentir? Qué importante lección nos deja la Biblia, la Palabra de Dios. Cuando hay algo que tenemos que avisar, por ser importante y no lo hacemos, eso es engaño, y el engaño es pecado. Acá se aplica lo que también dice la Biblia, no solo hacer lo malo es pecado, sino también no hacer lo bueno. Así lo dice en Santiago 4:17 “ y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Jacob se estaba yendo llevando a las dos hijas y los nietos de Labán. No había permitido ni siquiera una despedida. Las distancias eran bastante grandes y en muchos casos podría significar ¡no verlos más! Otra vez Jacob actúa a su manera, sin pensar bien las cosas, a la manera Jacob. Pero hay en el relato bíblico un detalle más. Ayer vimos que Raquel y lea se pusieron de acuerdo al decirle a Jacob que hiciera lo que Dios le había dicho. Pero... ¿Qué pensaban de ese Dios? Al principio podían decir que él lo había guiado y ayudado a Jacob a llegar a Harán y a tener muchas cosas, pero la vida de Jacob no había sido un buen testimonio de Dios. Quien decía que Dios le hablaba, no demostraba en su forma de actuar la conducta justa que Dios demanda. Las dos mujeres habían referido a Dios en sus hijos, es más, los nombres de ellos tenían que ver en algo con Dios, pero entonces... ¿por qué Raquel le hurtó los dioses a su padre? Se ve que Labán y ellas muchas veces mencionaron a Dios, pero no tenían bien en claro quien es ese Dios. Millones de personas hoy son igual que ellos. Miles hablan de Dios, pero no lo demuestran con sus vidas. Y millones mencionan a Dios en su palabras, pero no han tenido un verdadero encuentro con él.
Por eso nos detenemos un poco en la historia para pensar sobre el no avisar. La Biblia nos dice que los que tenemos al Señor Jesús en nuestro corazón tenemos que avisar a los que nos rodean que Dios los ama, pero que el pecado que hay dentro de nosotros nos separa de él y nos lleva a la muerte eterna. ¿Qué vamos hacer con el pedido de Dios? ¿Vamos actuar a la forma Jacob o a la de Dios? Recordá que la Biblia enseña que no avisar cosas tan importante es engañar. No engañes a los que están a tu alrededor.
-
Piensa ahora mismo en la primera persona a la que vas a avisar lo que comunica Dios. Ora a Dios primero y luego hazlo.