Día 2 (116) - Gn 37:5-11

5 Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. 6 Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: 7 He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. 8 Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras. 9 Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto. Génesis 37:5-11

Ayer empezamos con la historia de José. Vimos un poco el cuadro familiar complejo en dónde se crió y pasó los primeros 17 años de vida. Muchos de ellos en Harán, en el largo camino hasta Canaán, la pérdida de su madre, y el rechazo tan marcado y violento de sus hermanos.

Lo primero que remarcó éste capítulo es cómo informaba a su padre. Es notable como aquellos que tienen la tarea de informar, muchas veces lo hacen condicionado por su forma de pensar o la línea editorial del medio en que trabajan. Pero José sabía que debía informar a su padre lo que en realidad sucedía, pues se trataba de sus hermanos.

Ésta historia nos muestra que cuando un hijo de Dios actúa y habla con la verdad, puede escuchar con mayor claridad lo que Dios dice. Eso lo podemos ver en el pasaje de hoy dónde Dios en dos oportunidades iba a dar un mensaje claro, no solo a José, sino a todo su grupo familiar.

El primer sueño es referido a lo que sostenía la economía y la vida de las personas en ese momento, la agricultura. Cuenta José que en su sueño el manojo que él ata se pone parado y el de sus hermanos se inclinan hacia el de él. En el segundo sueño el sol, la luna y 11 estrellas se inclinan ante él.

Es notable como los diferentes oyentes interpretan los sueños de dos lados diferentes.

Por un lado los hermanos, cuando escuchan los sueños, por el odio y envidia que tenían, no pudieron interpretar en realidad la voz de Dios. Para los que no creen o sus conductas están lejos de Dios, las palabras de Dios los lleva a enojarse y usarlos como excusa para desatar su enojo o su “libertad de expresión”. Ellos interpretaron que José los instaba a la violencia, que él los provocaba y aprovechaba la preferencia de su padre sobre él.

Por el otro lado estaba Jacob. Aparentemente el primer sueño se lo contó solo a sus hermanos, pero el segundo también a su padre. Cuando Jacob escuchó el segundo sueño reprendió a José diciendo si pensaba que su padre, madre y hermanos iban a estar inclinados delante de él. Es importante destacar que Jacob interpreta el sueño. Nunca José había mencionado a persona alguna, sin embargo Jacob habla de él mismo, de Raquel y sus otros 11 hijos. El pasaje bíblico deja en claro que aunque lo reprendió, se quedó meditando sobre el sueño. Hace no mucho tiempo había visto cara a cara a Dios Hijo, y por eso estaba preparado para poder interpretar la voz de Dios. El hecho de quedarse meditando sobre el sueño, muestra que no se quedó con la idea de que fue solo la mente de José, sino que había sido Dios quién había puesto ese sueño en la mente de José. Jacob tenía experiencia de eso.

Por último, esos sueños, podían representar para José un consuelo. Dios le estaba diciendo, de alguna manera, que debía seguir actuando según los principios de Dios y él lo iba a poner en lo más alto. Nosotros hoy tenemos ventajas sobre José. Tenemos la Palabra de Dios completa. En Santiago 4:10 podemos leer:  “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.” Puede usar muchas herramientas Dios para que podamos comprobar si somos humildes y limpios de corazón, hasta nuestros propios seres queridos. Pero nunca debemos olvidar las palabras del Señor Jesús en Mateo 5:8, “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” En el cielo veremos a Dios, pero también tenemos anticipos cada vez que Dios nos habla y nos muestra su voluntad.

  • ¿Cómo está tu corazón delante de Dios? ¿Está la verdad en él?

    Oración:

    Querido Dios Padre, gracias porque tu quieres poner mi vida en lo alto. Te pido que me ayudes a tener un corazón humilde y limpio,   y siempre actuar y hablar con la verdad y de la Verdad. En el nombre del Señor Jesús, Amén.