Día 28 (142) - Gn 42:26-38

26 Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí. 27 Pero abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal. 28 Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?

29 Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acontecido, diciendo: 30 Aquel varón, el señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos trató como a espías de la tierra. 31 Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados, nunca fuimos espías. 32 Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán. 33 Entonces aquel varón, el señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres honrados: dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y andad, 34 y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías, sino hombres honrados; así os daré a vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.

35 Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor. 36 Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas. 37 Y Rubén habló a su padre, diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo devuelvo; entrégalo en mi mano, que yo lo devolveré a ti. 38 Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.

En éstos días hemos estado viendo sobre el capítulo 42 de Génesis. Vimos el diálogo de José, como señor de Egipto, y sus hermanos. Como tuvo que modificar su plan sobre la marcha para que todo se haga dentro de la voluntad de Dios y sea lo mejor para todos. Ayer dejamos a Simeón preso en Egipto y sus 9 hermanos saliendo por el largo camino hasta Canaán y los desafíos que se les presentaron comenzando por sus propias discusiones y cargo de consciencia por todas sus malas acciones.

El relato continúa al llegar al mesón. El mesón era ese lugar donde los viajeros encontraban un sitio para poder descansar del arduo caminar y poder comer algo ellos y sus animales. Fue en ese sitio donde uno de los 9 abrió un saco para sacar alimento para los animales y se encontró con el dinero del grano que contenía ese saco. Dice que su corazón se sobresaltó. Se llevó un gran susto al encontrarlo. Tenía a su hermano preso en Egipto, quedaba un largo camino y encima de todos eso y más, aparece el dinero, como para que los puedan acusar de llevarse el grano de Egipto sin pagarlo. Al instante le viene a la mente una idea que se viene manejando ante los últimos acontecimientos: esto nos lo está mandando Dios como castigo. En ningún momento pudieron vincular el hecho que todos esos acontecimientos están ligados con la tierra a donde fue vendido su hermano José. Seguían segados sus pensamientos por sus cargo de consciencia.

Me imagino que aunque ya venían muy desalentados por lo que pasó en Egipto, ésto ahora agravaba enormemente el cuadro y hacía que las cosas parecieran cada vez más difícil de solucionar. Por eso en esta oportunidad al llegar a su casa no mintieron ni escondieron nada como lo hicieron 22 años antes, sino que fueron directamente a su padre Jacob a contar todo lo acontecido.

Contaron todo, absolutamente todo lo que les había sucedido al pie de la letra, y poniendo siempre el punto principal en el “señor de Egipto”, del cual Jacob no podía ni siquiera imaginar que era José, pues el pensaba, desde hacía más de 2 décadas, de que su hijo amado había muerto en manos de alguna fiera salvaje. Luego de haberle contado todo a Jacob, cada uno procedió a vaciar su saco del grano traído de Egipto y todos se encontraron que el dinero estaba en cada saco y no solo en el que había encontrado primero en el mesón del camino. Jacob presenció ese momento y tuvo una expresión de mucho dolor y temor.

Pero es importante detenerse en las palabras de Jacob: “ Me habéis privado de mis hijos”. Sus palabras estaban dirigidas a los 9 que estaban frente a él en ese instante . En su momento les había creído sobre que ellos habían encontrado la túnica de colores de José manchada se sangre en el campo. Pero dentro de su corazón Jacob imaginaba que todas las malas acciones de ellos, tenían consecuencia directa sobre tres cosas en especial. Primero que José no estaba, segundo que Simeón estaba preso en Egipto y tercero el tener que dejar ir a Benjamín y correr el riesgo de perderlo. Pero sigue en su relato diciendo que contra de él eran todas esas cosas. Podemos interpretar en que les está diciendo que sus malas acciones no solo los perjudicaba a ellos mismos, sino que sobre todo al mismo padre, Jacob.

En el relato s e vuelve a hablar sobre Rubén, pues él interviene nuevamente en el diálogo. Sí, el que no quería matar a José, el que había echado en cara lo que sus hermanos habían hecho, ahora proponía algo tan inexplicable como todo lo que ellos hacían. En ese momento podría haber aprovechado para decir la verdad. Dios por medio de José les había dado la oportunidad de ser honrados, y en vez de aprovechar la ocasión, decidió hacer una propuesta totalmente absurda. Si el no había estado de acuerdo en matar y vender a José, ¿por qué no le dijo la verdad a su padre: sus hermanos lo habían vendido como esclavo? Podemos ver que quién anda en malos caminos, con quienes andan en esos malos caminos, encubre a los demás pues necesita que los demás lo encubran a él. No estaban dispuestos a aprovechar la oportunidad de sacarse de encima un peso tan grande de más de 2 décadas.

Allí le propuso a Jacob, su padre, que él se haría cargo de llevar a Benjamín a Egipto y que si le pasara algo Jacob podía matar a los dos hijos de Rubén. ¿Esa era la solución? ¿Se tendría que sufrir más pérdidas? Una propuesta salida de una mente macabra. Posiblemente Rubén especuló con el hecho de ser el primogénito de Jacob y sus hijos los descendientes del primogénito, pero de todas formas Jacob no aceptó la propuesta y le dijo que perder a Benjamín sería insuperable para él y que eso lo llevaría a la muerte, por eso fue claro al decir que nunca lo dejaría ir, aunque eso condenaría a toda la familia a morir de hambre y que Simeón siga preso en Egipto.

Estos son de esos momentos donde no parece haber salida. Cada uno tratando de cuidar lo suyo, sin decir en realidad la verdad ni buscando el bien común, sino pensando en que todo es consecuencia de las acciones de los demás. Cada uno de los que intervenían, en mayor o menor medida, habían obrado mal a lo largo de sus vida. No se daban cuenta de que todos debían reconocer sus errores y pecados y buscar la ayuda y guía de Dios. Ellos estaban cosechando lo que sembraron a lo largo de su s vida s .

Debemos diferenciar los momentos que ellos pasaban con los que pasó José. Ellos estaban cosechando de las malas obras que sembraron. José estaba siendo probado y preparado por Dios para una tarea más que excelente. Tenemos que aprender a diferenciar entre ambas. Cuando pasamos tiempo con Dios y Su Palabra es fácil diferenciar a ambos acciones .

  • ¿Tenés en claro cuando pasás por momentos difíciles si son resultados de tus malas acciones o pruebas de Dios? ¿Cómo hacés para diferenciarlas?

Oración:

Querido Padre Dios, gracias porque cada día me vas enseñando. Gracias porque siempre estás a mi lado en los momentos difíciles que se presentan en mi vida. Te pido que me ayudes a diferenciar si son por mis malas acciones, para no volver a hacerlas, o si son pruebas tuyas, para que pueda crecer y darte la gloria. En el nombre de Jesús, Amén.