Día 3 (117) - Gn 37:12-17

12 Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. 13 Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. 14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. 15 Y lo halló un hombre, andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? 16 José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando. 17 Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. Génesis 37:12-17

Seguimos con la historia de la vida de José. Ya hemos estado viendo la delicada situación que vivía en su propia casa. Hemos visto como, entre todas las diferentes circunstancias, resaltaba el odio que le tenían sus hermanos. Vimos que no solo lo aborrecían, sino que también le tenían envidia y no le podían hablar pacíficamente. En medio de éste cuadro tan triste para su vida, Dios le estaba mostrando que tenía un plan magnífico para él. No sabemos si José se estaba dando cuenta cabalmente, pero le estaba diciendo que un día iba a cambiar su situación actual.

Por lo que se ve en este capítulo, José cuidaba las ovejas con sus hermanos, pero solo cuando estaban cerca de casa. Era tal el apego de Jacob con José que cuando había que llevar al rebaño un poco más lejo, José no iba y se quedaba con su padre. El pasaje de hoy muestra entonces el problema que eso representaba. Cuando estaban cerca, y José estaba junto a sus hermanos, podía volver e informar a su padre de como estaban las cosas y de la mala fama de sus hermanos. Pero… ¿como hacer cuando se iban lejos y José no podía informar sobre la situación?

El rebaño se ve que era numeroso y cuando éste se comía todo el pasto de la zona, había que llevarlo un poco más lejos. En un momento Jacob llamá a José, y le dice que lo iba a mandar a dónde estaban sus hermanos. La respuesta llama la atención como la describe la Biblia: Heme aquí. Esas pocas letras expresa estar a disposición del pedido del padre. No son palabras que expresen: bueno veremos que pide y después veré si obedezco o no, sino que determinantemente se aceptará el pedido, sea cual sea. (Se recomienda buscar en una concordancia esas dos palabras para entender como las usa la Biblia y en que ocasiones)

Jacob le estaba pidiendo que se prepare para partir pues lo iba a mandar a cierta distancia. El pedido de su padre era que mire como estaban sus hermanos y su rebaño y luego traiga la noticia de como estaban. Le dijo que vaya hasta Siquem, que allí los encontraría. No era un pedido simple de ninguna manera. No me refiero solo a lo difícil de andar solitario por aquellas tierras, (no olvidar el temor de Jacob sobre le peligro de que algunos pobladores de la zona se juntaran y atacaran a la familia por los hechos aberrantes de Judá y Simeón, y luego el resto) sino por el hecho de tener que ir a ver tan lejos de papá a las personas que más lo odiaban en el mundo y que habían demostrado que podían hacer cualquier cosa. Pero aún así, el “Heme aquí” estaba resuelto. Se iba a obedecer el pedido del padre.

José salió de su casa y llegó en algún momento a Siquem. Allí, como cuenta el relato, empezó a buscar a sus hermanos. De pronto un hombre se acerca a él, pues lo ve dando vueltas por el campo y le preguntó que buscaba. José le explica que buscaba a sus hermanos con su rebaño y le ruega si sabía a donde estaban. El hombre le dice que les escucho decir que se iban a Dotán. (Se ve que no tenía el buen hábito de no escuchar las conversaciones de los demás, o que no era un hombre común como cualquier otro, sino un envíado de Dios)

¡Qué buena oportunidad! ¡Dios vio mi temor! - dijo José – ahora puedo volver a casa y decirle a papá que solo habrá que esperar, que yo llegué a donde me envió y ya no estaban. Seguramente están bien.

Podría haber sido el pensamiento de cualquiera de nosotros para zafar de una situación así, pero no fue el de José. Si bien su padre lo mandó a Siquem, el pedido era informar como estaba estaban sus hermanos. Una media obediencia no es obediencia. Como decía una persona muy amada mía, “las medias son para los pies”. José tenía la convicción de que tenía que traer las noticias para su padre, cueste lo que cueste. Y fue asi como continuó hasta Dotán. Aun más lejos de su casa. Aún más expuesto. Y allí los encontró.

  • ¿Cómo obedeces a Dios? ¿A Medias?

    Oración:

    Querido Padre Dios, gracias porque tienes un plan para mi vida. Ayúdame a siempre obedecerte en forma completa, no quiero servirte a medias. En el nombre del Señor Jesús, Amén.