Día 43 (157) - Gn 46:28-34

28 Y envió Jacob a Judá delante de sí a José, para que le viniese a ver en Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén. 29 Y José unció su carro y vino a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente. 30 Entonces Israel dijo a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aún vives. 31 Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré y lo haré saber a Faraón, y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí. 32 Y los hombres son pastores de ovejas, porque son hombres ganaderos; y han traído sus ovejas y sus vacas, y todo lo que tenían. 33 Y cuando Faraón os llamare y dijere: ¿Cuál es vuestro oficio? 34 entonces diréis: Hombres de ganadería han sido tus siervos desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moréis en la tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas.

Ayer quedamos en como Jacob con toda su descendencia y esposas fue a Egipto y entraron los 71 que venían de Canaán.  Entraron a Egipto y pararon en la tierra de Gosén.  Una zona privilegiada dentro de ése país.  Entonces Jacob, un poco antes de llegar, le pidió a  Judá que vaya a  avisarle a José.  El ansia del anciano ya no podía esperar más.  Tantos años pensando que lo había perdido para siempre y ahora llegaba el momento de volver a tenerlo frente a frente.  Me imagino que el débil corazón del hombre de más de 100 años,  latía con la velocidad de un joven maratonista,  que a pesar del cansancio del largo recorrido, sólo esperaba llegar al lugar dónde poder ver el cartel de llegada, que para él era poder ver a su tan amado hijo.

¿Cómo será la fisionomía 22 años después del joven de 17 años de entonces? Ahora era el señor de Egipto. ¿Sería el mismo muchacho respetuoso y cariñoso, o el poder habrá cambiado su carácter? ¿Querrá pasar tiempo conmigo, o estará tan ocupado en su lugar de autoridad? ¿Cómo llegó a dónde llegó?  Y podríamos pensar muchas preguntas más que se podrían haber cruzado por la cabeza de Jacob,  pero ninguna aparece en el relato bíblico. 

Lo cierto es que parece que José salió tan rápido que llegó a Gosén antes que la caravana y esperó para recibir a los visitantes. 

Por la forma del texto, José tuvo que darse a conocer,  es decir, que su padre no lo reconoció. El hombre adulto,  importante,  con todo el atuendo egipcio, que se acercaba a Jacob ¿Quién era? ¿No habrá podido venir José y mandó a un representante? Un tiempo antes José se había dado a conocer a sus hermanos,  ahora se estaba dando a conocer a la persona que más deseaba ver en este mundo.  

Pero si había alguna duda en el anciano Jacob,  toda se desvaneció al llegar aquel hombre,  decir algo así como: soy José,  y sentir el profundo y eterno abrazo de un hijo amado.  ¿Cuántas cosas habrán pasado por la mente de ellos en ése momento? O… tal vez ninguna más que disfrutar el reencuentro y del abrazo que reducía 22 largos años a un momento que parecía aún más extenso que  todo ése periodo. 

Cuando Jacob pudo pronunciar palabra,  elevó lo que podríamos considerar una canción de gratitud: muera yo ahora, pues ya te han visto mis ojos.  Dios le había concedido vivir para disfrutar ése momento grandioso en su vida,  y podía partir en paz. ¿Cuánto había pasado del momento en que había dicho con gran pesar que si perdía a Benjamín descendería con el peor dolor a la muerte? Pero ahora con un corazón pleno, podía vivir algo impensado días atrás, pero que era totalmente real. Y además, como ya vimos, Dios le daría aún 17 años más de vida en aquel lugar.

Después de ese momento tan emocionante de José y Jacob, José habló a toda la caravana venida de Canaán y les dijo que iba a ir a hablar con el Faraón. José, a pesar del momento tan fuerte para él,  no perdió el sentido del lugar que ocupaba, la autoridad que tenía sobre él y el bienestar de toda su familia. Por eso les dice qué le iba a decir al Faraón. José ya tenía un plan para que las cosas se hicieran bien, en orden, respetando no solo la autoridad de su superior sino también las creencias o cultura egipcia, y evitar cualquier problema que pueda surgir y romper la tranquilidad de ellos.

Una vez más José les muestra a sus hermanos y familia toda que haría todo el esfuerzo necesario para que todo se haga correctamente y en orden. Les avisa que le va a decir al Faraón que toda su familia había llegado, que eran pastores y habían traído todo su ganado. Mañana veremos sobre eso, pero en principio les estaba diciendo a sus hermanos que solo dijeran la verdad de lo que eran. No les fabricó un plan con mentiras o medias mentiras, como se dice por ahí, sino que sabía que la bendición de Dios está sobre los que son fieles y verdaderos a Él.  

Terminando entonces el estudio de hoy, podemos ver centralmente dos hombres. Uno era un anciano de casi 120 años, que pasó la gran parte de su vida peleando contra Dios, pero luego de tener ese encuentro tan especial con Él su alma fue librada, y ahora el mismo Dios le daba un regalo impensado, no solo de años sino de tener a todos sus hijos, sin faltar uno de ellos y a su gran familia. ¡Cuan maravilloso es el amor y la provisión de Dios! Y por el otro lado, el señor de Egipto, con 40 años de vida, que era la prueba viva de cómo Dios prueba el corazón de las personas para llenarla de bendiciones. Y no fue una casualidad que José tenga justamente la edad del número de la prueba. 

  • Si usted tuviese que hacer una evaluación de su vida en cuanto a su relación con Dios ¿Cómo la calificaría?
  • ¿Cree que ha podido aprobar las pruebas? ¿Qué debería cambiar o mejorar en ese sentido?

Oremos:

Querido Padre Dios, gracias porque eres un Dios maravilloso, demostrado en tu amor y provisión por mí. Ayúdame cada día a crecer en cercanía contigo, y poder aprobar toda prueba que venga de ti. En el nombre del Señor Jesús, Amén.