Día 44 (158) - Gn 47:1-10

Vino José y lo hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén. 2 Y de los postreros de sus hermanos tomó cinco varones, y los presentó delante de Faraón. 3 Y Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron a Faraón: Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como nuestros padres. 4 Dijeron además a Faraón: Para morar en esta tierra hemos venido; porque no hay pasto para las ovejas de tus siervos, pues el hambre es grave en la tierra de Canaán; por tanto, te rogamos ahora que permitas que habiten tus siervos en la tierra de Gosén. 5 Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti. 6 La tierra de Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos por mayorales del ganado mío. 7 También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón. 8 Y dijo Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida? 9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación. 10 Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de la presencia de Faraón. 

Ayer quedamos en la llegada de Jacob con toda su familia a la tierra de Gosén. Los 71 que vinieron de Canaán se encontraron con el Señor de Egipto, José, y en especial Jacob pudo quitarse de encima un peso enorme de tanto tiempo de dolor que de una vez por todas se terminó.

José entonces le dio instrucciones a sus hermanos para que digan la verdad de las cosas y cuiden de no ir en contra de las tradiciones y cultura egipcia. Como siempre, José actuó con cuidado y prudencia, respetando a su autoridad y manteniendo su integridad y al hablar con sus hermanos, no lo hizo por  temor que sus hermanos cometieran un error y lo dejen mal a él, sino que estaba pensando en el bien de toda la familia.

Hoy empieza diciendo que hizo lo que dijo que haría. El hablar con cuidado y prudencia, hacían que sus acciones sean certeras. A lo largo de la historia de José podemos ver un sinnúmero de ejemplos sobre como debe ser la vida de un hijo de Dios, en medio de un mundo al cual no pertenecemos, pero que debemos ser testigos del Dios de los cielos.

Fue entonces a Faraón y le avisó que ya había llegado su padre, hermanos y familia, con todos sus animales, y estaban en la tierra de Gosén. Y tomó a 5 de sus hermanos, aparentemente los menores, y los llevó delante de Faraón. Posiblemente los llevó no porque eran sus preferidos, si bien entre ellos estaría Benjamín, sino porque eran los más jóvenes, más fuertes, y  los que podrían ser útiles a Faraón. Cada acto de José era inteligente, y sobre todo lícito. Entonces el Faraón les preguntó a los cinco cuál era su oficio. Y ellos expresaron la verdad como José les había dicho: somos pastores de ovejas, así nosotros como nuestros padres. 

Es importante recordar que ayer vimos, en el final del capítulo 46, que José les había dicho que para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas. Si usted, siendo pastor de ovejas, llegara a una nación donde los pastores de ovejas son abominables, es decir, son totalmente rechazados y considerados un mal terrible, ¿diría que es un pastor de ovejas? Creo que diríamos cualquier cosa excepto que somos pastores de ovejas. Pero José no iba a mentir y no quería que sus hermanos lo hicieran. Por eso les dijo que dijeran eso, y además, por si no lo sabían les avisó que dirían lo contrario a lo que los egipcios quisieran escuchar. Cualquiera podría decir que José está cometiendo un grave error, pero los que han puesto su vida en manos de Dios,   siempre deben decir la verdad y no debe haber excepciones. Ese puede ser otro motivo por el cual llevó a los cinco menores y no a los mayores, ya hemos visto lo que los mayores han hecho a lo largo de su vida.

Los hermanos de José, además le dijeron que habían venido porque no había pasto para las ovejas en Canaán y el hambre es grande allí,  y le rogaron que les permitiese vivir en Gosén. Acá podemos ver que no solo le dijeron que eran pastores de ovejas, sino que también que se preocupaban por sus ovejas. 

No sabemos claramente porque los egipcios aborrecían a los pastores de ovejas. Algunos dicen que era porque eran nómades y además porque  vestían y olían mal. Otros dicen que era porque comían animales que ellos adoraban como dioses. Pero el hecho es que Faraón al escucharlos le dijo a José que podían habitar en la tierra de Gosén y además que si para él alguno de sus hermanos era capaz, lo ponga de mayoral del ganado de faraón.  ¡Qué importante es el testimonio de un hijo de Dios al decir la verdad! aunque a veces pareciera que no conviene. Dios siempre ha de premiar el actuar correctamente según su mandato y voluntad. Y aquellos cinco habían experimentado lo bueno que es actuar correctamente. 

Y finalmente por hoy, podemos ver que José llevó a su padre delante del faraón, y Jacob bendijo al Faraón. Una muy buena acción de parte de Jacob. Alguién podría pensar que no se debe bendecir a alguien que gobierna un pueblo pagano, pero Jacob utiliza la bendición como agradecimiento seguramente, por lo que había hecho a favor de José y ahora también por ellos. Siempre es muy agradable poder ser agradecido, no importa con quien corresponda. Lo primero que le preguntó fue cuántos años tenía, y Jacob le respondió  algo para pensar mucho. Le dijo que fueron 130 años de peregrinación, pocos y malos, y que no había llegado a los que llegaron sus padres. Abraham había vivido 175 años, e Isaac 180, pero puede ser que se haya referido también a los anteriores que llegaron a vivir cerca de 1000 como Matusalén con 969 años de vida. Es interesante ver que la vida representaba una peregrinación, es decir un viaje hacia al destino final, que será en la eternidad. Pero en su caso reconoció su peregrinación como mala. ¿A qué se refirió?  ¿A todo lo malo que había hecho en su vida? ¿A todo el tiempo perdido peleando con Dios?  ¿A todo el dolor vivido como resultado de lo anterior? Posiblemente todo eso. 

Hoy podemos mirar nuestra propia vida, que seguramente es mucho más breve que la de Jacob, pero… 

  • ¿Cómo calificaría su vida?
  • ¿Cuál es la razón de esa calificación?
  • ¿Qué piensa hacer con todo lo que aún queda?

Oremos:

Querido Padre Dios, gracias porque cada día me muestras qué debo obrar correctamente, como a ti te agrada, y siempre con la verdad, no importando lo que piense el mundo. Al evaluar mi vida encuentro muchas cosas que no son correctas, por eso te pido que me ayudes a reconocerlas y cambiar con tu poder, para tener una vida plena en ti. En el nombre del Señor Jesús, amén.