Día 49 (163) - Gn 49:1-7

1 Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.

2 Juntaos y oíd, hijos de Jacob, Y escuchad a vuestro padre Israel.

Pudimos ver, en el capítulo anterior, que Jacob estaba cursando los últimos momentos de su vida acá en la tierra. Primero le hizo jurar a José que no lo enterrarán en Egipto sino que lo llevarían a Canaán. Y después puso a José con la bendición del primogénito y adoptó a sus dos nietos, hijos de José, y los puso a la altura de todos sus hijos. 

Ahora, al comenzar el capítulo 49, convoca a todos sus hijos. Primero les pide que se junten. Muchas cosas habían pasado a lo largo de la vida de todos esos hijos. ¿cómo olvidar los momentos donde se pusieron de acuerdo para matar a José? ¿Le contaron la verdad a Jacob de cómo lo vendieron a su hermano? ¿Cuántas veces discutieron sobre el mal que habían hecho? Todas cosas que hubiesen sido insalvables si José no los hubiera perdonado.  Pero ahora, en su lecho de muerte, Jacob desea por última vez verlos a todos juntos, y en presencia de todos poder contarles una profecía. La llamamos profecía pues Jacob no iba a darles un testamento para repartir sus bienes, y tampoco iba a decirles lo que desea que sea cada uno de sus hijos, sino que les iba a decir qué iba a suceder con cada uno en particular, pero que todos escucharán. 

Les dijo entonces dos veces de que se juntaran, y luego de que debían  oír. ¿Cuántas veces no quisieron escuchar el consejo o el pedido de su padre? Me refiero a escuchar con oir y luego hacerle caso. Pero ahora les dice que oigan, pues lo que les iba a decir no tenía la condición de lo que ellos hagan, sino que ya estaba establecido como resultado de su vivir hasta ese momento, lo que les iba a suceder sí o sí. Es importante antes de continuar, notar que la muerte de Israel, fue como el punto final para sembrar. Luego venía solo cosecha, como que el tiempo ya se les había acabado y no había vuelta atrás. Eso nos tiene que hacer pensar sobre la importancia de actuar y siempre para bien, pues no sabemos cuándo se acabará el tiempo de sembrar acá en la tierra, y después ¿cuál será nuestra cosecha? ¿Qué recibirá nuestra descendencia o nuestro pueblo espiritual como resultado de nuestra conducta?  

Pero después poder ver una frase muy llamativa: Juntaos y oíd, hijos de Jacob, Y escuchad a vuestro padre Israel. Los llama hijos de Jacob y después de vuestro padre Israel. Les dijo que se junten y oigan a los hijos de Jacob, pero que escuchen al padre Israel. En el primero el foco son los hijos, pero en el segundo el foco está en el padre. Está llamando a los hijos de sangre de Jacob, pero deben escuchar al padre Israel, es decir que tiene que ver ya no con ellos solamente sino con lo que les sucederá a su descendencia, y como conocemos como continúa, a su tribu. 

Las palabras de Jacob son de profecía entonces pero también de bendición, y al decir que les hablará sobre los días venideros, no se refiere a unos días literalmente, sino que abarca desde  la ocupación de Canaán hasta la venida del Mesías.

Entonces empieza por Rubén y dice:

3 Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en poder. 4 Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.

Al dirigirse a él, se nota un tono de alegría al principio, pero luego cambia a tristeza. Puede expresar lo maravilloso que habrá sido el recibir el primer hijo, en recibir al primogénito, con todo lo que representaba eso en ese tiempo, pero que algo sucedió. Le dice que fue impetuoso como las aguas. Esa frase hace alusión al agua cuando hierve. Le señala que no ha podido controlarse y cometió un acto vil, cuando fue y tomó a la mujer de su padre Bilha. Le remarca lo terrible que fue ostentar ocupar el lugar que solo le correspondía al padre. Eso es algo que mostró lo malo del corazón de Rubén y que no estimó a Bilha, pues era la sierva de Lea, y muchos, socialmente hablando, pensaban que podían hacer cualquier cosa con las siervas, como personas sin derechos que eran. 

Años después Débora, en su canto de Jueces 5:15 va a decir: …. Entre las familias de Rubén, hubo grandes resoluciones del corazón. 16 ¿Por qué te quedaste entre los rediles, Para oír los balidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén, hubo grandes propósitos del corazón. Se está refiriendo a los titubeos, e indecisiones de Rubén, que lo llevaron a quedarse en el “rebaño”, en clara alusión al pecado marcado por Israel. En 1ra Crónicas 5:1 dice: El hijo mayor de Israel fue Rubén; pero como deshonró a su padre cuando se acostó con una de sus concubinas, los derechos de hijo mayor fueron dados a los hijos de su hermano José. Por esta razón, Rubén no aparece en la lista de los registros genealógicos como el primer hijo varón. 2 Aunque los descendientes de Judá llegaron a ser la tribu más poderosa y dieron un gobernante para la nación, los derechos de hijo mayor le pertenecieron a José.

Es también importante destacar  que  de la tribu de Rubén no salió ningún profeta, ni libertador, ni juez.

Luego Israel sigue con Simeón y Leví juntos. 

5 Simeón y Leví son hermanos; Armas de iniquidad sus armas.  En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros. Maldito su furor, que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel.

Las palabras para ellos dos fueron muy duras. Ellos fueron los que se animaron a hacer cosas terribles, pasando todos los límites. En el capítulo 34, hemos visto como vengaron el abuso sobre Dina, cuando simularon querer arreglar con el pueblo Hamor y Siquem y los convencieron para que se circunciden, y al tercer día, el de mayor dolor, fueron y mataron a todos los hombres de ese lugar. El padre los llama inicuos, es decir malvados, injustos grandemente. No quiere su consejo ni su compañía. Habla de que desjarretaron a toros. Desjarretar es cortar los tendones de las patas traseras de un animal para inutilizarlos. Esa acción se hacía generalmente a los caballos del ejército enemigo para que no contaran con esa arma tan poderosa en aquel momento, pero Israel los acusa de hacerlo a los toros, un animal tan útil para ellos.  En algunas versiones hebreas se habla de castrados, en vez de desjarretados. En resumen lo que Israel les quiso decir es que perjudicaron grandemente a la familia, actuando con total maldad y necedad. Les dice también que los apartará y los esparcirá. Un anticipo tenemos en que José apartó a Simeón de sus hermanos y fue el que quedó preso en Egipto mientras el resto volvió a Canaán por Benjamín. Pero luego Simeón, como tribu,  Josué 19:1 y 9 dice: La segunda suerte tocó a Simeón… De la suerte de los hijos de Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón, por cuanto la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos; así que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de Judá. 

En el caso de los levitas no tuvieron heredad propia, solo ciudades esparcidas. Pero podemos ver en Éxodo 32:25 y 26 como se volvieron a Dios y por eso fueron la tribu sacerdotal: 25 Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, 26 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. 29 Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová,...

El resultado de lo que sembraron los primeros tres iba a ser muy duro. Los tres eran los mayores de Israel, y al mismo tiempo los tres hijos que tuvo Lea cuando fue despreciada por Jacob. No sabemos como ese desprecio impactó en aquellos niños-adolescentes. Seguro que  muy negativamente. Pero al ir creciendo ellos podían reaccionar y rebelarse contra el sentimiento de pesar que pudo haber quedado en ellos, buscar a Dios como lo hizo José, y superarlo todo y sembrar frutos de justicia, pero lamentablemente no fue así.

  • ¿Cómo cree usted que es su sembrar? ¿Qué cree que cosechará?
  • ¿De qué forma se fija como impacta en los demás su forma de sembrar?

Oremos:

Querido Padre Dios, hoy puedo ver que no hay nada que se escape de tu vista. Puedo ver como revelaste a Israel todo el resultado de los malos frutos cosechados por la semilla de pecado sembrada. Deseo, oh Dios, hacer las cosas a tu manera, y para eso necesito que me ayudes a darme cuenta como estoy sembrando, pues quiero cosechar frutos dignos para tu gloria. En el nombre del Señor Jesús, Amén.