Día 52 (166) - Gn 49:22-26

22 Rama fructífera es José, Rama fructífera junto a una fuente, Cuyos vástagos se extienden sobre el muro. 23 Le causaron amargura, Le asaetearon, Y le aborrecieron los arqueros; 24 Mas su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob (Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel), 25 Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que está abajo, Con bendiciones de los pechos y del vientre. 26 Las bendiciones de tu padre Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; Hasta el término de los collados eternos Serán sobre la cabeza de José, Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.

Después de las palabras a diez de sus hijos, va terminar con los dos hijos de Raquel. Empezó por el mayor: José. Hasta ahora las palabras más extensas habían sido para Judá, y la razón fue que por él seguía la línea genealógica hasta Jesús. Pero ahora, las palabras a José fueron más extensas aún. Cada hijo de Israel era una rama de ese frondoso árbol llamado Israel, referido a un pueblo, más allá de Jacob. Pero al empezar llama a José rama fructífera.  Un poco más de 20 años atrás, José había nombrado a su segundo hijo: Efraín, que significa fructífero, y así lo hizo porque dijo que Dios lo había hecho fructificar en la tierra donde había sufrido tanto.

Podemos empezar entonces, pensando de dos maneras a las palabras de Israel. La primera, en consonancia con lo dicho por José al nacer su segundo hijo, que tenga que ver con que de todos los hijos, José fue el que más fructificó de todos, pues llegó a ser el señor de Egipto, el segundo en el poder después del Faraón.

Pero al entender que todas las profecías tenían que ver con la forma en que se iba a estructurar el pueblo de Israel, y las cosas se iban a ir cumpliendo con el tiempo, podemos entonces pensar en la segunda manera que se refería a que su rama iba a ocupar un lugar doble, ya que hemos visto anteriormente que Jacob adoptó como hijos a sus nietos Manasés y Efraín, y les dio el lugar como a cualquier otro de los doce.  

Por eso lo compara como una rama junto a la fuente. Si nos ponemos a pensar un poco, son los árboles que están junto a la fuente, no las ramas, pero sus palabras dejan bien en claro que aunque todos los hermanos eran ramas del mismo árbol, solo José se posicionó junto a la fuente, que se va a ir desarrollando a partir del versículo 24. José fue el que eligió pararse junto a Dios, aunque eso le costaría muchos años de prueba y marginalidad. Sus vástagos, sus brotes, sus hijos, se extenderán sobre el  muro, es decir que crecerán hasta pasar el límite de los límites. Es interesante ver que de la tribu de Efraín serían Josué, Débora y Samuel, y de Manasés serían Gedeón y Jefté.

Luego, en el versículo 23 habla de lo que ha tenido que soportar. Podemos ver que en forma poética habla de todo lo que soportó en su infancia y adolescencia y luego al ser vendido. La amargura que soportó, las saetas que resistió. (Las saetas son flechas encendidas fuego, que no solo buscan herir, sino destruir) Y los arqueros, sus  propios hermanos, lo aborrecieron. Muchos pasajes en la Biblia comparan a los hijos con las flechas o saetas. Las saetas generalmente se refiere a las flechas con fuego, pero posteriormente se usó para la flecha corta que se tiraba con la ballesta.  

El 24 se refiere a José y como se mantuvo en medio del ataque, como  todo lo vivido en angustia lo fortaleció y sus brazos de sus manos se fortalecieron. Esta frase no es una obviedad, sino que hace relación de como lo que hizo con sus manos, hizo fortalecer sus brazos, es decir, lo que hacía en laboriosidad en medio del dolor, donde trabajó con dedicación y respeto por sus autoridades y rechazando todo forma de pecado, hizo que sus fuerzas físicas y espirituales se fortalezcan en quien iba a mencionar de cinco maneras distintas, pero que cada una de ellas habían formado parte del pensamiento y corazón de José todos esos años.

En primer lugar habla del Fuerte de Jacob. ¿Hará referencia al Fuerte que enfrentó en Peniel, por eso dice Jacob? Creo que en algún momento Jacob habrá contado la historia a José, y eso lo llevó a nunca enfrentar a Dios, sino a luchar de su lado, y eso mantuvo sus manos y fortaleció sus brazos. 

En segundo lugar habla del Pastor, dice: por el nombre del Pastor. En Salmos 80:1 leemos: Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José,  José fue la oveja que el redil rechazó, no fue la oveja que se perdió y que el Pastor fue a buscar, sino la oveja rechazada que el Pastor cuidó en cada momento y fue él único que siempre se mantuvo a su lado. ¡Que maravilloso es saber que para nosotros es lo mismo!!   

En tercer lugar habla de la Roca de Israel. No habla de la piedra, que es una parte que se rompió de la roca, sino que habla de la Roca, que es el monte en sí, el cimiento firme, que nada ni nadie puede mover. El hombre más poderoso del mundo de ese momento tuvo que reconocer que no podía hacer nada sin consultar a José, pues su testimonio y sabiduría mostraban que estaba bajo la dirección de un verdadero y poderoso Dios. Jesús dijo en Mateo 7:24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Sigue sorprendiendo que José hizo eso 1700 años antes de que sea escrito. 1ra Corintios 3:11 dice: Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y 2da Timoteo 2:19 dice: Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

En cuarto lugar dice Israel: El Dios de tu padre, el cual te ayudará. Jacob había peleado contra Dios toda su vida hasta tener su encuentro con él en Peniel, a sus 90 años aproximadamente, pero podía comprender que aún así siempre Dios lo había ayudado, aunque él no lo merecía, pues había un plan por cumplir.  José había entendido que Dios iba a cumplir su plan en él también, pero no quería desaprovechar las bendiciones de Dios mientras tanto, y aunque iba a pasar años difíciles, siempre sintió y comprendió que Dios lo ayudaba en todo.

Y en quinto lugar dice el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá. Así se había presentado al bisabuelo de José, Abram, cuando cambió su nombre de Abram a Abraham. El Dios que todo lo puede. El único que puede realmente bendecir, de los cielos, cuando las cosas van muy bien, del abismo, cuando las cosas parecen que son terribles y no podrían ser peores, y la bendición de la vida, físicamente o espiritualmente, es decir con hijos de sangre, adoptivos o espirituales. 

Israel puede decir que Dios lo había bendecido más que a sus padres, aunque sus padres habían estado más cerca de Dios, pero él lo había podido entender en Peniel. Israel podía decir eso pues Dios le había dado doce hijos y dos nietos-hijos. Y esa bendición ahora era pasada a José. Eso fundamenta lo visto anteriormente sobre que Rubén perdió la bendición por su pecado, y se le fue dada a José, pero aún así, dice Israel, las bendiciones serán sobre la cabeza de José, pero también sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos. Podría referirse en principio a la CABEZA de José, y la FRENTE, solamente, menor volumen, de Rubén, al entender que fue apartado de sus hermanos como el primogénito. Pero al ir nuevamente a Apocalipsis 7 podemos ver que la tribu de José aparece entre las 12 mencionadas para formar parte de los 144000, y dice que estarán sellados en la frente. Ahí la tribu de José ocupa nuevamente un lugar destacado. Vale aclarar que ocupa el lugar de Efraín, y Leví el de Dan, pues, como ya vimos, sea posiblemente por haber introducido la idolatría en Israel. 

La profecía de José tiene mucho contenido de pasado y presente, que se proyecta hacía el futuro. Y cada uno de los que hemos experimentado poner  nuestra vida en la Roca que es Cristo, nos podemos identificar mucho con las palabras a José y especialmente con la descripción del Dios de José. No un Dios de materiales creados, sino el verdadero y Omnipotente Dios.  

  • ¿Cómo ve a Dios en su vida? 
  • Repase cada una de las cinco descripciones de Dios y describa cómo lo experimenta en su vida.

Oremos:

Querido Padre Dios, gracias por ser el Dios tan maravilloso que eres, y has querido venir a salvarnos. Hoy deseamos ser siervos fieles como José, y que tus palabras siempre puedan ser de reconocimiento a vidas fieles. Gracias por todas tus bendiciones, para nosotros y para  nuestras familias humanas y espirituales. Ayúdanos a ser de bendición para todos, y que nuestros vástagos pasen cualquier muro que se presente. En el nombre del Señor Jesús, Amén.