14 Y Jehová Dios dijo a
la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las
bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y
polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y
la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 16 A la mujer dijo: Multiplicaré
en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los
hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 17 Y
al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste
del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la
tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu
vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la
tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo
volverás. 20 Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella
era madre de todos los vivientes. 21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su
mujer túnicas de pieles, y los vistió. 22 Y dijo Jehová Dios: He aquí
el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora,
pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y
coma, y viva para siempre. 23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para
que labrase la tierra de que fue tomado. 24 Echó, pues, fuera al
hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada
encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del
árbol de la vida. Génesis 3:14-24
El día de ayer vimos
sobre la caída del ser humano. Dios es un Dios de oportunidades, pero
también un Dios justo. Justo significa que debe hacer lo exacto con cada
acción. Dios es amor y por eso ofrece la oportunidad de arreglar las
cuentas con Él, pero luego debe impartir justicia.
En
la historia de Génesis 3 intervienen tres actores, además de Dios,
y cada uno de ellos iban a tener que sufrir las consecuencias. Cuando
Dios llegó ése día a pasear por el huerto de Edén, sabiendo lo
que había pasado en él, empezó por Adán, luego por Eva. Ahora
debía exponer las consecuencias de no haber hecho caso al aviso de
Dios: moriréis. Entonces comienza al revés.
Primero
empieza por la serpiente.
Aunque
se dirige a un animal, sabemos que representa a Satanás y su obrar.
Le dice que será maldita y se arrastrará por la tierra. En primer
lugar tenemos la descripción del animal. Hay quienes dicen que antes
de ese momento las serpientes volaban y que desde ahí se arrastran,
pero eso no fue así. Los animales que vuelan fueron creados el
quinto día y las serpientes el sexto. Recordemos que “serpiente”
hace alusión a “reptil”. Hay evidencias fósiles que muestran
reptiles en dos patas y luego, como los conocemos ahora, en cuatro
patas. Pero más allá del aspecto del animal, está la figura que
representa. Satanás
(Lucero)
era el ángel más hermoso del cielo. Se paseaba con las huestes
angelicales, sin embargo, por su rebeldía y orgullo, fue arrojado a
la “tierra”.
En
Lucas 10:18 el Señor Jesús dice: “
Yo veía
a Satanás caer del cielo como un rayo.”
y
en Ezequiel 28: “
12 … Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el
sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.
13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; ...; los
primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en
el día de tu creación. 14 Tú, querubín grande, protector, yo
te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las
piedras de fuego te paseabas. 15 Perfecto eras en todos tus
caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti
maldad. 16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste
lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de
Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín
protector. 17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura,
corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré
por tierra; …
No
debemos olvidar que la palabra muerte significa separación. Fue así
como Satanás fue separado de la Gloria de Dios y busca separar al
hombre de Dios como venganza. Pasó de ser protector a ser vengativo.
Por eso cae sobre él el primer juicio, la maldición del versículo
14.
Luego sigue con la
mujer. A ella le dice dos cosas: que multiplicará los dolores en su
embarazo y al dar a luz y que su deseo será para su marido, pues será
señor sobre ella. Hemos visto que originalmente el término mujer estaba
vinculado al ser que puede llevar dentro de sí vida humana. Esta iba a
ser la clave de la humanidad, pues de ella la tierra sería poblada. (Hoy
somos sobre la tierra más de 7.000.000.000 de personas, todos
descendientes de Eva.) Por eso, la que originalmente se llamó Varona,
comienza a llamarse como la conocemos hasta hoy: Eva; pues es madre de
todos los vivientes. Esa tarea de procrear, se transformaba en una
misión dolorosa. El pecado siempre, pero siempre, trae dolor. Ya lo
sabían Adán y Eva por experiencia propia, y en el futuro lo iban a
seguir comprobando. Pero, como ya hemos visto, además del dolor en el
dar a luz, Dios también le habló sobre el deseo de la mujer y el señorío
del hombre. ¿Cuál fue el deseo de Eva? Por lo que dice el texto bíblico
de lo expresado por Dios, ese deseo tenía que ver sobre la autoridad.
¿Será por eso que Satanás hizo alusión a ser como Dios y a la
sabiduría,
y a conocer el
bien y mal? Dios le había indicado todas esas cosas a Adán. ¿Habrá
Eva sentido celos del lugar que Dios le otorgó a Adán como
responsable? ¿Deseaba Eva ocupar ese lugar de
autoridad-responsabilidad? Son preguntas que no podemos contestar con
exactitud. Pero si podemos afirmar que Dios le otorgó esa autoridad
al varón, aunque él también pecó. Otra vez deseo resaltar que el
hecho de que Dios dijo que el varón enseñoreará sobre la mujer no
quiere decir que es más que ella. No veo esto
en la Biblia. El varón, desde el capítulo dos, como ya vimos, era
el responsable de cuidar, labrar y guardar. La mujer debía aceptar
ese rol, no para sentirse menos, sino para reconocer que sobre todo
está la autoridad de Dios, a la que el varón debe responder
primero, como ya vimos que sucedió. Los lugares de autoridad han
sido puesto por Dios para que ese rompecabezas, del cual hablamos
anteriormente, tenga una unión perfecta. Quedan en el hombre y la
mujer aceptar, para su bien, el rol que Dios les ha otorgado a cada
uno, de los cuales ninguno es superior al otro. La Palabra de Dios
ilustra esta unión con partes del cuerpo. Dice que el esposo es
cabeza de la mujer.
(“
porque
el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la
iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.” Efesios 5:23)
Pero según Proverbios 31, entre
otros, la mujer es el corazón. Si bien la cabeza le indica al
corazón que debe palpitar y bombear, el corazón le manda sangre a
la cabeza para que pueda funcionar correctamente. Si ambos respetan
su lugar, todo funcionará correctamente. El uno no puede subsistir
sin el otro.
En tercer lugar Dios
le habla al hombre, Adán. Le dice que porque obedeció la voz de su
mujer, aunque Él mismo le había dicho que moriría, maldita sería la
tierra por su culpa, y con dolor comería durante toda tu vida. Aparece
nuevamente remarcado el dolor que causa el pecado. En el huerto de Edén
estaban todos los frutos, semillas y plantas disponibles las 24 horas
del día, todos los días del año. Ahora, fuera de Edén, habría que
trabajar para poder cosechar. Iba a tener que sudar para poder
alimentarse él y su familia. Además, cuando siembre, no solo le saldrían
las plantas comestibles, sino también cardos y espinos, que hieren y
ahogan a las demás plantas.
Dios
les estaba mostrando que ya era imposible estar en la presencia de
Él, por eso debían salir de Edén. Ya estaban experimentando la
separación o muerte espiritual. Pero también les advierte que como
han sido tomados del polvo, a él volverían, es decir, también
sufrirían la muerte física.
Ambos tenían que salir de Edén.
Solo tenían delantales de hoja de higuera que pronto se convertirían
en polvo.
Dios
da una hermosa lección en su accionar. Dice la Biblia que Dios hizo
túnicas de pieles a ambos. Ya no era un delantal que solo cubría la
parte delantera el cuerpo, sino que hizo túnicas que cubrían ambos
lados. Pero ya dejó demostrado que el pecado es muerte, separación.
Y que el único remedio para ésto será el sacrificio. Después, en
el capítulo 4, volveremos sobre ésto. Dios usó pieles. Él no
crearía nada más de la nada, por lo tanto tuvo que sacrificar algún
animal. Dios promete que estaría dispuesto a dar una solución al
problema del pecado y su consecuencia, la muerte. Dice en el
versículo 15: “
Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la
simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el
calcañar.”
Éstas
palabras van dirigida a la serpiente. La simiente de ella, su
descendencia, hace alusión a como el pecado afectará a toda la
humanidad, simiente o descendencia de la mujer. Pero, como dice en
Lucas
3
:
“
23 Jesús
mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo,
según se creía, de José, …
32 hijo de
David, hijo de Isaí, … 34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo
de Abraham, ... 36 ... hijo de Sem, hijo de Noé, … 38 …
hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.”
Jesús mismo, por su padre de
cuidado José, (también por María) era descendiente de Adán y Eva.
Satanás iba a herir al Hijo de Dios, en el calcañar, parte superior
del talón y esto iba a provocar lo que parecería una caída (La
muerte en la cruz) pero Jesús al morir y resucitar heriría de
muerte al pecado, a la misma muerte y a Satanás. (ésta
te herirá en la cabeza)
-
¿Qué pasa por su alma al entender
que el plan de Salvación Dios ya lo prometió desde las primeras
páginas de la Biblia?
Ese
plan de Salvación tenía que ser llevado por un sacrificio Santo.
Por eso el Señor Jesús fue el único que podía llevar a cabo la
obra de Salvación.
Oración:
Querido
Dios Padre, gracias porque a pesar de que los seres humanos te hemos
dado la espalda desde el principio, tú has querido ofrecer la
solución. Gracias porque viniste en Cristo Jesús a morir por mis
pecados. Ayúdame a tener una vida de agradecimiento por lo que has
hecho por mi lejos del pecado y la maldad. En el nombre del Señor Jesús,
Amén.