Día 1 (18) - Gen 5

Entramos al capítulo 5 llamado el libro de la generaciones de Adán. Pero antes de entrar de lleno, es importante destacar que la línea que hemos visto el día 17 que sigue por Caín llegaba hasta la séptima generación con Lamec. Ese Lamec no es el que mencionaremos hoy. Además vimos que él se apoyaba en la promesa de Dios para potenciar su maldad. Dios había dicho que quien matara a Caín sería siete veces castigado, y Lamec dice que quién haga algo contra él será 70 veces 7 vengado. Por eso si alguien lo hiere lo matará, y si alguien lo golpeare, también lo matará. Es una línea de 7 generaciones que lleva la maldad hasta lo peor que se pueda hacer, y eso lo veremos muy pronto. Pero  podremos comparar esa línea genealógica con la del día de hoy, que con el correr de los siglos desembocará en el Salvador del mundo que dirá que debemos perdonar 70 veces 7. ¡Que gran diferencia!!


Genesis 5. 1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. 2 Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados. 3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. 4 Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 5 Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió. 6 Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós. 7 Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas. 8 Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió. 9 Vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán. 10 Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas. 11 Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió. 12 Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel. 13 Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas. 14 Y fueron todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió. 15 Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared. 16 Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 17 Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió. 18 Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc. 19 Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 20 Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió. 21 Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. 22 Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. 23 Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. 24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. 25 Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec. 26 Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. 27 Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió. 28 Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; 29 y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo. 30 Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas. 31 Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió. 32 Y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

 

Remarca en su comienzo lo que leímos en el capítulo 1 versículos 26 y 27. Dios hasta ese momento iba poniendo nombre a todo lo que creaba y justamente el último nombre que puso fue Adán. Pero aquí dice que no fue solo al varón, sino a ambos: “  y llamó el nombre de ellos Adán”.  Al decir Adán da la idea de “tierra”, “rojo”, “sangre”, como resultado de su combinación “ser humano”. De ahí que la palabra hombre se utiliza no solo para referirse al varón, sino a todos los seres humanos, incluyendo a las mujeres. Bíblicamente debe ser tomado como un término totalmente inclusivo, si bien es cierto que a lo largo de la historia ha sido muy mal utilizado, pero sobre ésto ya hemos referido en el capítulo dos. De ahí que Adán llamó originalmente a Eva: Varona.

Éste capítulo muestra las primeras diez generaciones que han habitado la tierra siguiendo la línea de Set, hijo de Adán. Con cada uno de los que aparecen aporta algunos datos. El primer dato tiene que ver con los años que tenía la persona al nacer su descendiente y luego la edad que tenía al morir. Son datos muy importantes a la hora de querer calcular cuanto hace que Adán estuvo sobre esta tierra. Esta primera línea genealógica, como la segunda, muestra que Dios ha diseñado un plan usando un elemento que creó en Génesis 1:1… el tiempo. Hay algunas líneas genealógicas en la Biblia que son simbólicas, pero ésta es descriptiva.  Podemos elaborar un cuadro más o menos así:


Orden

Nombre


Edad al nacer su hijo

Edad al morir

1

Adán


130

930

2

Set


105

912

3

Enós


90

905

4

Cainán


70

910

5

Mahalaleel


65

895

6

Jared


162

962

7

Enoc


65

365 (no murió)

8

Matusalén


187

969

9

Lamec


182

777

10

Noé


500

950

Todos éstos datos sacados del texto bíblico. En primer lugar notamos que a excepción de Enoc todos vivieron cerca o más de 900 años. Cómo vimos al principio el clima antes del diluvio permitía éso en los seres humanos, animales y plantas. En segundo lugar notamos que a excepción de Enoc, nuevamente, todos terminan diciendo y fueron los días de “tal” tantos años y “murió”. De todos se nos dicen que tuvieron hijos e hijas. En ésta primera línea podemos decir que desde que Adán fue creado, el sexto día de la creación, hasta que le nacieron los hijos a Noé, unos 100 años antes del diluvio, pasaron  1556 años. Esa cifra se obtiene sumando  la edad que tenía cada uno al nacer el hijo de la línea de descendencia. En ésta línea encontramos al hombre más longevo mencionado en la historia de la humanidad con 969 años de vida, fue Matusalén, hijo de Enoc. En segundo lugar con 962 a Jared, padre de Enoc. 

Creo que de todos los nombres ya he mencionado muchas veces un nombre: Enoc., si el de las excepciones y el padre e hijo de las personas más longevas de la historia de la humanidad. Para poder entender ésto debemos volver al punto de partida. 

Al terminar el capítulo anterior leímos que los hombres empezaron a invocar a Dios en el tiempo del nacimiento de Enós. (No confundir con Enoc)  Nosotros estamos acostumbrados a poder conocer hasta nuestros padres, abuelos y en los mejores casos bisabuelos. Adán vivió hasta el tiempo de Lamec, 9 generaciones después. Muchos de ellos tuvieron la oportunidad de conocer la historia del Edén en forma directa de quien estuvo ahí. Pudieron escuchar sobre cómo Dios hablaba y paseaba y de cómo los seres humanos deben estar delante de Dios y cómo no. En medio de esta línea, más exactamente en el séptimo lugar aparece Enoc. Si, el de las excepciones. La primera excepción es que no vivió 900 y pico como el resto sino tan “poquito” como 365 años. La segunda excepción es que Enoc no murió. Note al final del versículo 23 la diferencia con el 5, 7, 11, 14, 17, 20, 27 y 31; en el 23 no aparece al final: “y murió”. Dice que Enoc caminó con Dios. Enoc hizo lo que Adán y Eva hacían en Edén antes de pecar. ¿Eso significa que Enoc no pecó? Bajo ninguna manera. Significa que el corazón de Enoc, aunque recibió la herencia del pecado, estaba alineado al de Dios. Sus pasos, su andar y su vida estaba dirigida por Dios. Su edad refuerza la idea de que lo hizo a lo largo de su vida, todos los días del año: 365.  Enoc es la maravillosa evidencia de lo que Dios un día hará con su pueblo, la iglesia, cuando el Señor Jesús nos venga a buscar. Nos arrebatará y los que estemos vivos no conoceremos la muerte física y los muertos en Cristo Jesús serán arrebatados juntamente en el aire. Enoc no conoció la muerte. La muerte física es cuando nuestra alma y espíritu se separan del cuerpo y la muerte espiritual es cuando el ser humano está separado de Dios. Enoc no conoció la muerte física, pues su cuerpo no se separó de su alma y espíritu, ¡se fue completo! Enoc no conoció la muerte espiritual pues caminó con Dios y Dios mismo se lo llevó como dice el versículo 24. Fue el primero en ascender al cielo sin conocer la muerte. Luego, unos cuantos años después también lo haría Elías. Y luego, primicias de los que durmieron, nuestro Señor Jesús, como garantía de lo que hará en cada uno de nosotros. ¡Que maravillosa esperanza que tenemos en Jesús!

Por último por hoy, aunque no se nos dice nada más sobre Enoc en Génesis, Dios permite que muchos años después se siga hablando de él en Hebreos 11:5 donde leemos: “ Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. ” Dios destaca su testimonio. ¿Sabe que el tiempo de Enoc era muy parecido al nuestro? Mañana veremos el porqué. Pero también en Judas 1 dice: “ 14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,  15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.”   Se animó a compartir en un tiempo muy difícil sobre el resultado de la maldad y el pecado del ser humano. Sobre cómo Dios tiene que castigar esa maldad, y debe encargarse de que todo lo que se siembra, se debe cosechar.

  • ¿Qué piensa sobre la vida de Enoc? ¿Cómo la compara a la suya?

Anímese a predicar con su testimonio y mostrar que un día el Señor se llevará a los perdonados y tendrá que castigar a los que rechazaron el perdón de Dios. Compare a la séptima persona por la descendencia de la línea de Set con la de la línea de Caín. ¿Cuál línea quiere para sus amigos y seres queridos?

Oración:

Querido Dios Padre. Cuando veo la vida de Enoc me llena el corazón el saber que un día yo también voy a poder pasar por la gloriosa experiencia de traspasar los cielos para llegar a tu maravillosa presencia y contemplar con mis ojos a quién entregó su vida por mi. Pero al mismo tiempo sé que no estoy caminando contigo como Enoc lo hizo. Ayúdame a que cada día tú seas el motivo de mi levantarme y acostarme. En el nombre de Jesús, Amén.