Día 7 (24) - Gn 8:14-22

14 Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra. 15 Entonces habló Dios a Noé, diciendo: 16 Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. 17 Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra. 18 Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él. 19 Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca. 20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. 21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho. 22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. Génesis 8:14-22


Ayer estuvimos en el cumpleaños 601 de Noé. ¿Cómo lo festejó? Abriendo la cubierta en el techo y mirando la hermosa creación de Dios después de casi un año de estar dentro del arca.

La Biblia nos sigue contando en Génesis 8 que dos meses y veintisiete días después, Dios le habló nuevamente a Noé y le dijo que ya podían salir del arca. Y fue en ese momento en que por la cubierta que Noé abrió del techo empezaron a salir cada pareja de animales de cada especie, como si fuera un gran desfile. Ahora había que volver a poblar la tierra. (Debemos recordar que no había quedado ni un animal en la tierra y el aire, y ni un ser humano fuera del arca)

¿Qué hubieras hecho al salir de un lugar cerrado donde estuviste un año y 17 días? Cuándo nos tocan dos o tres días de lluvia sin poder salir y luego para y sale el sol y abrimos la puerta, nuestra mascota es la primera en salir corriendo a toda velocidad y después los más chicos de la misma manera, cómo si fuera una carrera. Posiblemente nosotros hubiésemos hecho lo mismo; de la alegría de poder volver a salir.

Pero no hizo así Noé. Durante 100 años trabajó muy duro. Luego durante más de un año estuvo dentro del arca teniendo que realizar todo lo concerniente al mantenimiento del lugar y de los miles de animales que habían allí adentro. Apenas salió del arca se puso nuevamente a trabajar. Nos cuenta la Biblia, que se puso a construir un altar. Una “elevación” hecha con piedras dónde se entregaba una ofrenda en adoración y agradecimiento a Dios. ¡Noé estaba tan agradecido a Dios! La Biblia nos cuenta que Dios se alegró muchísimo de lo que Noé hizo.

Cuando leo esta historia me pregunto ¿agradezco a Dios por lo que él hace a diario por mí? ¿Le agradezco por mi familia? ¿Le agradezco porque desde que acepté a Jesús en mi corazón ya tengo un lugar reservado para mí en el cielo? Noé hizo un altar y entregó allí sacrificios en agradecimiento a Dios. En 1° Samuel 15:22 dice: “ Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Ahí tenemos una formidable forma de agradecer a Dios: obedecerle y escuchar atentamente sus consejos que nos da en su Palabra o por medio de las personas que nos pueden enseñar de Su Palabra. Esa fue la clave en la vida de Noé. Escuchar con atención todas las instrucciones de Dios y obedecerlas. Lo que agradó el corazón de Dios, como lo que pasó con Abel, fue el corazón de Noé, un corazón agradecido y con ganas de adorar a Dios.

La Biblia nos sigue contando que Dios se alegró y habló desde su corazón. (No olvides que ese corazón (el de Dios) estuvo muy dolorido por el rechazo de las personas a escuchar su voz y ser salvadas del diluvio) Qué emocionante es saber que Dios no es un dios de madera, metal o piedra, sino un Dios vivo que tiene un fabuloso corazón. Y dice que dijo en su corazón: no volveré más a maldecir la tierra por causa del ser humano. Noé no solo había construido el arca, no solo había salvado a su familia y todos los animales sino que había agradado a Dios de tal manera que Dios quitó la maldición de sobre la tierra. Pero dejó en claro que la maldición de la muerte iba a continuar por la maldad que hay en el corazón del ser humano. Por eso Romanos 3:23 dice: “ por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” . Y en Romanos 6:23 dice: “porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva (el regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Luego Dios dijo que habría tiempo para sembrar y otro para cosechar. Tiempo de frío y tiempo de calor. Tiempo de verano y tiempo de invierno. Tal vez te preguntes… ¿Por qué dijo eso? La respuesta es la siguiente: Antes del diluvio todo el planeta tenía un mismo clima todo el año. Adán, Eva y todos los que les siguieron, vivían todo el año como si fuera la primavera cuando se acerca el verano. Es decir que todo el año se podía sembrar y cosechar, no existía el frío ni el calor, siempre estaba templado. Era un planeta perfecto. Por eso Adán vivió 930 años y Noé 950. Pero a partir de ahí, todo cambió. El problema de la naturaleza, el calentamiento global, la reducción de los 950 años de Noé a los 70 u 80 años de hoy en día, son evidencias de cómo el pecado lleva realmente a la muerte.

Pero ese día Dios hizo un pacto con Noé y para todas las personas que quieran ir a Él. Dijo primero que no volvería a destruir a la humanidad de esa manera. Y luego bendijo a Noé y toda su familia. Y para sellar ese pacto, como dice Génesis 9, Dios puso en el cielo un arco iris. Los colores que Dios puso en toda la creación cuando la creó los juntó y los puso de extremo a extremo del cielo y dijo: cuando vengan las nubes sobre la tierra se dejará ver mi pacto con ustedes al ver un arco iris.

  • Cada vez que veas un arco iris ¿de qué tendrías que acordarte?

Oración:

Querido Dios Padre, gracias porque aunque a veces te fallo y hago doler tu corazón tú estás dispuesto a perdonar mi corazón arrepentido. Ayúdame a recordar cada vez que veo un arco iris, el pacto que siempre vas a cumplir. En el nombre de Jesús, Amén.