Día 20 (46) - Gn 19:17-26
17 Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 18 Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos. 19 He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. 20 He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida. 21 Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. 22 Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar. 23 El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. 24 Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; 25 y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. Génesis 19:17-26
Ayer hemos estado viendo los acontecimientos en Sodoma y en especial en la casa de Lot. Pudimos ver a dónde puede llegar el ser humano cuando es llevado por el mal y se aleja cada vez más de Dios y sus principios de paz. Pudimos también ver la mano de Dios en acción en respuesta a la oración intercesora, obrando aun con milagros que no siempre podemos captar en nuestras vidas. Más aun pudimos ver a los enviados de Dios tomando de la mano a los cuatro habitantes de Sodoma y familia de Lot. ¡Que maravillosa figura de como Dios nos saca de sendos problemas a lo largo de la vida!
En la historia quedamos con los ángeles sacando y poniendo afuera de la ciudad a los cuatro. Es importante destacar en el versículo 16, último de ayer, que los ángeles actuaron “según la misericordia de Jehová para con Lot”. Además el notar que las ciudades como esas se cerraban de noche. ¿Por dónde salieron entonces los seis? No lo sabemos con exactitud, pero el pasaje de ayer terminó diciendo: “y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad” Me llama poderosamente la atención la palabra “pusieron”. Para nosotros es tomar algo y trasladarlo a otro lugar. La pregunta sigue sin responder, si bien esas ciudades tenían unas pequeñas salidas en la base de los muros llamadas ojo de aguja, que Jesús usó como ejemplo en sus enseñanzas para ilustrar lo difícil que es que busquen a Dios aquellos que son muy ricos. La palabra “pusieron” sigue resonando en mi mente. ¿Cuantas veces en la Biblia Dios llevó a personas a otro lugar?
El pasaje de hoy comienza fuera de Sodoma. Aquí habla de llevados afuera. En ese momento los ángeles le dijeron que debían escapar por su vida. Es notable como Dios muchas veces en las Escrituras saca a personas de lugares que son imposibles humanamente hablando y luego los deja afuera y ellos deben decidir si siguen el consejo de Dios. Los ángeles habían cumplido con la voluntad de Dios de contestar la oración intercesora de Abraham, pero había llegado la hora de cambiar ese corazón que lo había llevado a vivir en ese lugar de perdición. Por eso después de decirle que deben escapar les dice: “no mires atrás, ni pares en toda la llanura; escapa a los montes, no sea que perezcas” En otras palabras: nosotros te sacamos de la muerte segura, ahora depende de ti el alejarte de quienes te arrastraron hasta casi la muerte. Pero para poder alejarte hay dos cosas que debes hacer:
1 – No mirar hacia atrás. ¿Cuántas veces, por ejemplo, el pueblo de Israel había mirado hacia Egipto, extrañando el guiso, (literalmente) pero olvidando los 430 años de cruenta esclavitud? Cuando el Señor Jesús entró en nuestra vida nos ha dado una nueva vida, tenemos en nosotros una nueva naturaleza. Pero la vieja naturaleza aun está en este cuerpo de pecado. El mirar atrás y extrañar las prácticas del pecado nos lleva a alimentar esa vieja naturaleza, y como cualquier norma de vida, lo mejor alimentado será lo que crecerá más y dominará. Así es como la vieja naturaleza puede estar sobre la nueva naturaleza y nos perdemos el disfrute del gozo de la salvación, aunque por la gracia de Dios seguimos siendo salvos. En otras palabras podríamos parafrasear las palabras de los ángeles: Lot, no pienses en tu casa que tenías que va a ser consumida por el fuego, no pienses en las juntadas para hablar de cosas aberrantes, no pienses en los placeres impuros a los cuales tenían acceso en Sodoma, mira adelante y piensa en que podrías haber muerto, tú, tu esposa y tus hijas. Piensa en que Dios ha tenido misericordia de ti y de tu familia y ahora todos están vivos. Eso es no mirar atrás.
2 – No pares. Enseguida viene a nosotros el pensamiento de la imposibilidad de no parar. En algún momento las fuerzas decaerán y el cansancio hará que tengamos que parar. Pero miremos el contexto. Lo que le dice es que no pare hasta llegar al monte, a la altura, que escape del llano. Cuando Dios pide algo a una persona, no la abandona. No la deja a su ventura o esfuerzo simplemente. Hay muchos casos en la Biblia dónde Dios obró de una manera increíble. ¿Te acordás de Elías? Él estaba deprimido, sin fuerzas, sin ganas de vivir. Y cuando el ángel de Dios lo visitó y le hizo ver que estaba mirando mal la realidad, le dio de comer, y no se que tenía de vitaminas esa comida pero le sirvió para caminar durante 40 días. Siempre, pero siempre que Dios te pida algo, solo espera de vos que voluntariamente le obedezcas y Él te ayudará a poder cumplir Su pedido. El escritor a los Hebreos les dice en el capítulo 12: “1… corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús el autor y consumador de la fe,...Es la clave: correr con paciencia pero mirando hacia adelante a Jesús.
Lot agradeció a los ángeles pero sentía que podría no lograr llegar al monte. Sin ánimo de juzgar a Lot, sino de poder sacar una enseñanza para nosotros; que difícil es confiar en Dios cuando venimos de vivir entre el mal y el pecado. Hay pocas fuerzas en nuestro interior y hay que fortalecernos en Él, en Su Palabra y en la oración.
Ahí Lot les plantea el poder escapar a una pequeña ciudad. Los ángeles le contestan que ha sido escuchado su pedido y por eso no será destruida esa pequeña ciudad, pero igualmente debía ir rápido para allí. Esa ciudad era Zoar. Zoar significa pequeña. Zoar sería el limite del territorio que pertenecería al pueblo de Israel según el último capítulo de Deuteronomio. Lot y su familia caminaron todo el resto de la noche y llegaron a Zoar, al límite. Notablemente la Biblia dice que luego que Lot llegó a Zoar, Dios hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego. Dios esperó a que Lot llegara a Zoar, como Lot había obedecido Dios esperó pacientemente. Fue en ese momento en que la mujer de Lot no aguantó y miró para atrás, a espaldas de Lot. Ella se volvió una estatua de sal. ¿Por qué se dio vuelta? ¿No había aguantado por varias horas el no hacerlo? En realidad su mente y corazón seguían en Sodoma. No nos dice que hacía ella allí, pero al escuchar lo que el azufre y fuego hacían sobre Sodoma desoyó las palabras de los ángeles y posiblemente Lot iría diciendo: “¡No miren hacia atrás, No miren hacia atrás!” pensando posiblemente más en sus hijas. Pero hay un detalle más. La mujer iba detrás de Lot. Lot no se podía dar vuelta para ver, ni volver hacia atrás. ¡Qué dolor habrá sentido en su corazón! Aunque no servía de mucho podría haber pensado en ¿por qué elegí venir a vivir a Sodoma? ¿Por qué no me fui a vivir con Abraham cuando me rescató? El precio de Lot por hacer la suya fue muy caro. Salvó a su familia por intercesión de Abraham, pero ahora había perdido a su esposa. ¡Cuánto dolor podríamos evitar viviendo como Dios quiere! Y deseo terminar con lo siguiente: Dios, que es perfectamente justo, debe castigar el pecado. Dios no castigó a Lot con la muerte de su esposa. Dios había salvado a Lot y su familia por pedido de Abraham, pero ahora cada uno debía mostrar su amor por Dios y obedecer para poder ser aceptados como hijos de Dios, pero la mujer no lo hizo. Todo lo que pasó fue cosecha de lo sembraron y no dejaron que Dios dirija todas las cosas y se metieron en verdaderos problemas.
-
Ore al Señor en este momento y pídale sabiduría para poder reconocer que cosas deben cambiar ya en su vida.
-
Luego ore otra vez y confiese al Señor su error y pídale su perdón; ponga de ahora en más su vida en sus manos.