Día 24 (50) - Gn 21:22-34

22 Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces. 23 Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra en donde has morado. 24 Y respondió Abraham: Yo juraré. 25 Y Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelec le habían quitado. 26 Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. 27 Y tomó Abraham ovejas y vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto. 28 Entonces puso Abraham siete corderas del rebaño aparte. 29 Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte? 30 Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo. 31 Por esto llamó a aquel lugar Beerseba; porque allí juraron ambos. 32 Así hicieron pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos. 33 Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. 34 Y moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días. Génesis 21:22-34

En el pasaje de hoy vuelve a aparecer Abimelec. En este caso él va a Abraham y acompañado. Se hizo acompañar nada más y nada menos que por el príncipe de su ejercito: Ficol. No se sabe a ciencia cierta si ese era su nombre o su cargo, pues después vuelve a aparecer unos 70 años después en el relato bíblico. Lo cierto es que era el jefe del ejército. Debemos recordar que eran del pueblo de los filisteos, un grupo que aparece muchas veces en la Biblia y que ha desafiado en múltiples oportunidades el pueblo de Israel. Pero el hecho es que en ésta oportunidad su rey y su jefe del ejército se presentan ante Abraham.

Lo primero que hicieron, como hemos leído recién, es reconocer que Dios estaba con Abraham en todo lo que él hacía. ¡Qué fantástico que la mayor autoridad de una nación y el jefe de su ejército, y sabemos que en ese momento era muy importante para cualquier nación tener un buen ejercito, reconocen que hay algo en Abraham que lo excede al mismo Abraham, y ese era Dios. Cuando me pongo a pensar en eso me pregunto si los demás ven eso en mi, pues el Dios de Abraham es el mismo que el mio y el tuyo si tenés a Jesús en tu corazón. Eso solo lo podían afirmar si habían evidencias. Seguramente ellos las tenían, sino no hubiesen ido a hablar con Abraham ese día. Ojalá que los que nos rodean puedan ver a Dios en lo que hacemos.

Luego se empieza a expresar el rey en singular. Le pidió que haga un juramento. ¿Las personas cumplen su juramento? Generalmente no. Entonces ¿Qué garantía podía haber de que Abraham cumpliera? Justamente lo anterior, “Dios está contigo en todo cuanto haces.”. Primero nos planteamos si los demás ven a Dios en nosotros, y ahora podríamos preguntarnos: ¿Nosotros inspiramos confianza en los demás? ¿Ven personas genuinas en nosotros? ¿Dios es glorificado por nuestras vidas? ¿Cumplimos en nuestro empleo? ¿Cumplimos en nuestro hogar? ¿Cumplimos en nuestro estudio? ¿Cumplimos a Dios? ¡Qué bueno es poder escuchar las palabras que Abraham escuchó y eran el fruto de sus acciones. Muchas cosas había hecho mal, pero había un corazón que se esforzaba en medio de la debilidad en buscar a Dios. ¿Habrán escuchado los filisteos la forma en qué había salvado a Lot venciendo a 5 reyes con sus sus pastores y agricultores? 

Abimelec continuó hablando y le pidió que le jurase que no le faltará el juramento ni a él, ni a su hijo, ni a su nieto. Le pidió que lo haga conforme a la bondad que él mismo había tenido con Abraham con el asunto de “la hermana”. Hemos visto que Abimelec reaccionó así por dos factores. Primero porque Dios se lo dijo, le advirtió del pecado de tener a Sara y además le dijo qu en segundo lugar necesitaba la oración de Abraham para que pueda ser perdonado. El perdón que Dios le otorgó a Abimelec tiene mucho que ver con lo que ahora pedía. Recordemos que el castigo en su momento fue que ninguna de las mujeres de su familia podrían quedar embarazadas, y al orar Abraham Dios lo perdonó y esas mujeres pudieron ser madres. Ahora Abimelec puede pedir por su hijo y nieto. 

Abraham, sin ningún tipo de problema, aceptó. Pero había un asunto por arreglar. Los siervos de Abimelec le habían quitado un pozo de agua a Abraham. Un pozo de agua, en aquel momento, no era una cosa menor. No era fácil encontrar agua ni tampoco sacarla. Abimelec dijo que no sabía nada sobre eso, pero por el término usado en el versículo 25, no hubo ningún tipo de problema en que Abraham tuviese lo suyo.

El testimonio de que con Abraham  “Dios está contigo en  todo cuanto haces”  le daba autoridad a todo lo que él podía decir.  Entonces primero Abraham le dio a Abimelec ovejas y cabras para confirmar el pacto. Pero luego sacó 7 corderas  del rebaño y las puso aparte. A Abimelec le llamó la atención y preguntó por eso. Abraham le dijo que ellas serían el testimonio de que él había cavado ese pozo. Esas siete corderas eran algo así como la representación del precio por cavar ese pozo, ya que aunque Abraham lo había cavado estaba en tierras que podía reclamar Abimelec.

Allí hicieron pacto ambos, en Beerseba, que significa pozo del pacto, y Abimelec y Ficol volvieron a su pueblo. Es interesante notar que el pozo podría ser motivo de discusión y hasta de una guerra, pero en realidad fue un lugar de pacto. Cuantas veces en la actualidad el egotismo transforma los lugares en conflictos en vez de pactos. Dios ha hecho pactos continuamente con nosotros, parte de nuestra tarea es convertir lugares de conflicto en lugares de pactos, donde todos se vean beneficiados y se pueda vivir en paz. 

Entonces Abraham hizo dos cosas: Plantó un tamarisco e invocó el nombre de Jehová Dios eterno.  En el primer capítulo de la Biblia se habla de Dios. En el segundo y tercer capítulo se habla de Jehová Dios. Y después de la entrada del pecado se habla de Jehová o Dios. En éste versículo se vuelven a juntar los términos. Además se le agrega por primera vez el término "eterno". (El-Olam). El tamarisco es un árbol de larga vida, madera dura, y está verde todo el año. Hay 12 especies de ese árbol. Uno de ellos es el manna tamarix que da un fruto que es similar a la descripción del maná que recibirían años después el pueblo de Israel, promesa de Dios a Abraham. 

  • ¿Hay algún conflicto en su vida que necesita un pacto? Hágalo hoy mismo y luego invoque el nombre de Dios y plante un tamarisco, que pueda estar verde todo el año.

Oración:

Querido Dios Padre, gracias porque siempre estás presente aun en mis conflictos. Ayúdame a hacer pactos que glorifiquen tu nombre y muestren a los que me rodean que estás dentro de mi corazón. En el nombre del Señor Jesús, Amén.