Día 25 (51) - Gn 22:1
Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Génesis 22:1
Durante varios días hemos estado viendo la historia de la vida de Abraham y Sara. Es una historia realmente importante en el plan de Dios para la humanidad. Más allá de las personas, están los propósitos que Dios tiene para cada uno de los que habitamos en éste mundo.
¿Cuántas son las oportunidades que Dios está dando a cada persona? ¿Cuántas veces Dios nos dio oportunidades a usted y a mí? Pero… ¿ Usted cree que Dios tiene un plan para tu vida? Hemos visto que Abraham creyó. Creyó que Dios tenía un plan para su vida. No era fácil creer en las promesas de Dios. Había un muy largo camino por caminar. Era bastante anciano. Había que dejar muchas cosas que él quería. Y además todo iba a llevar mucho tiempo. Pero… (otro pero). ¿Había sido Abraham muy obediente? No, no había sido muy obediente. Si bien confió en Dios, hizo varias cosas muy mal. Aún tenía muchas cosas que aprender. Es como cuando la maestra o profesora de matemática nos daba alguna tarea y nos decía que tengamos cuidado con tal o cual cosa para no equivocarnos en el resultado . Y entonces hacíamos la tarea pero después de un rato queremos terminar rápido y empezamos a hacerlo “a nuestra manera” y tal vez lo hicimos rápido pero luego la maestra o profe nos tenía que mostrar en que nos equivocamos y por eso no nos dio bien el ejercicio.
Muchas veces nos pasa que hacemos lo mismo con nuestra vida. Posiblemente creemos en Dios. Hasta podemos tener a Jesús en nuestro corazón pues lo aceptamos como nuestro Salvador personal, pero seguimos con ganas de hacer la nuestra. Tratamos de hacer lo que Dios recomienda pero a nuestra manera.
Dios le dio una última oportunidad de cambiar verdaderamente. Hablaremos sobre esto en estos días.
La historia de Abraham y Sara nos invita a pensar en como estamos haciendo las cosas en nuestra vida. Estoy totalmente seguro que Dios te está hablando. Si lo escuchas no dudes en obedecerle. Acordate de la enseñanza que Jesús nos dejó en la Biblia: El que escucha mi Palabra y la hace, será como el hombre prudente que construyó su casa sobre la roca y cuando vino la tormenta su casa estuvo firme. Pero el que escucha mi Palabra y no la hace será como el hombre insensato que hizo su casa en la arena y cuando llegó la tormenta quedó totalmente destruida.
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¿Cuál de las personas eres vos? ¿El prudente o el insensato?
Miremos un poco el ejemplo de Sara.
En Hebreos 11:11 podemos leer: “Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.” La primera cosa que dice de ella es que tenía fe. ¿Qué es la fe? Según Hebreos 11:1 la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Es decir, la fe es el poder estar totalmente seguro de lo que vendrá y estar totalmente seguro, que aunque no lo veo, que existe.
Según la Biblia la fe es algo que Dios nos ha regalado a los seres humanos para que podamos confiar plenamente en él. Pero desde que el pecado entró en el corazón de los seres humanos, hemos puesto nuestra fe en otras cosas. En personas famosas, en religiones, en creencias culturales o sociales, etc. Nos perdemos la oportunidad de tener una relación bien cercana con Dios, como tenían Adán y Eva antes de que pecaran.
Si bien Dios había llamado a Abraham, Sara estaba integrada en ese pedido. En ningún momento vemos a Sara quejarse por haber salido de su tierra, de sus comodidades y tener, con tantos años de edad, que caminar y andar tanto tiempo por tierras desconocidas para ir a una tierra lejana.
Tal vez te acuerdas del momento en que se rió al escuchar lo que Dios Hijo dijo sobre que iba a tener un hijo y te preguntes ¿Por qué se rió si tenía fe? Va la respuesta: Si bien creemos que su risa tuvo que ver con desconfianza, esa desconfianza no fue por su fe, sino que en ese momento pensó más en su situación que en el poder de Dios. Pensó en su edad: ¡ya tenía 90 años! Biológicamente era imposible que pudiese quedar embarazada y físicamente que pudiese soportar un embarazo.
Dios Hijo habló, ¿te acuerdas? Y al preguntar ¿por qué se ríe Sara?, no era un reto, sino que estaba alentando a que pudiesen tener una fe completa en Dios que es más poderosa que las imposibilidades biológicas y físicas que ella tenía.
Dios dice en su Palabra tanto en Lucas como en Mateo que si tuviésemos la fe como un a semilla de mostaza, (Que es de las más pequeñas que existen) podríamos pasar un monte de un lugar a otro o un árbol de un lugar a otro. ¡Qué magnífica es la fe en Dios!
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¿Cómo está tu fe? ¿La pusiste en Dios o en que otra cosa?