Día 3 (29) - Gn 12:10-20
10 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. 11 Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; 12 y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. 13 Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti. 14 Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera. 15 También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón. 16 E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos. 17 Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. 18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. 20 Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía. Génesis 12:10-20
Ayer vimos que las dos cosas que tenia Abram eran la fe y las promesas de Dios. Entonces Abram dejó el lugar donde estaba viviendo llamado Ur y junto a su esposa Sarai, su sobrino Lot, todos sus sirvientes y sus ganados, salió paso a paso por un camino desierto y peligroso. No sabemos cuanto tardó con exactitud pero si sabemos que en el primer tramo, de Ur a Harán, recorrió unos 1000 Km. Es como cruzar nuestro país de Buenos Aires a Mendoza caminando. No olvides todo lo que llevaba consigo.
Luego, la segunda parte de Harán a Siquen, unos 800 Km. más. Luego fue a Betel, 30 Km. más. Dios nuevamente le hizo recordar sobre las promesas y Abram edificó un altar para adorar a Dios. Luego continuó hacia el sur por unos 100 Km. más. Recorrió en total alrededor de 2000 Km.
Después de un viaje tan largo llegó a donde Dios le había indicado. Pero no era como se lo imaginaba. En ese lugar había gente viviendo y además era grande el hambre por todos lados. ¿Qué habría dicho usted? Muchos, seguramente, habrían utilizado hasta palabras muy feas. Haber dejado una tierra con todas las cosas y caminar tanto tiempo (alrededor de un año) y encontrar todos esos problemas.
Lamentablemente acá Abram no ora a DIOS ni le ofrece una ofrenda, sino que decide seguir el camino e ir hasta EGIPTO. Sale de la tierra que Dios le había señalado y se va a otro lugar totalmente contrario a DIOS.
Abram tomó una decisión muy equivocada. ¿Se había olvidado de las promesas de DIOS? A veces nosotros también tomamos malas decisiones. Muchas veces queremos las cosas más rápido de lo que Dios quiere y no tenemos paciencia. Es ahí dónde nos apartamos de su voluntad y nos metemos en problemas. Abram puso en riesgo a toda la gente que iba con él por no esperar en Dios.
Dios le había prometido bendecirlo, y Dios siempre cumple sus promesas. No importa si las cosas parecen estar difíciles. Si confiamos en Dios, Él se va a encargar de que no nos falte nada. ¡Qué hermosa promesa para los tiempos que nos toca vivir!
Abram entonces se desanimó y tomó la mala decisión de ir a Egipto. Una vez conocí a un niño que no quiso hacer la tarea que le mandaron en la escuela. Al día siguiente le mintió a la maestra inventando un montón de excusas falsas. La maestra no le creyó y le mandó una nota citando a la mamá, pues consideraba que había sido malo no hacer la tarea, pero aun peor era mentir de esa manera. Cuando llegó a su casa su mamá le preguntó cómo le había ido en la escuela y el le dijo que todo estaba bien. Y entonces él escondió la nota que le había mandado la maestra. Al día siguiente la maestra le pidió la nota para ver si estaba firmada y cuándo iba a venir la mamá, pero él volvió a mentir y entonces la maestra llamó por teléfono a la mamá y todas las mentiras salieron a la luz. ¿Te es familiar esa historia? Probablemente alguno de ustedes haya hecho algo así cuando era chico. Tal vez terminó igual a ésta o tal vez pensaste: las engañé. Te tengo que decir que a Dios no se lo puede engañar.
Abram llegó a Egipto, y como el niño de la historia, cuando tomamos malas decisiones, después vienen mentiras y problemas hasta que se descubra la verdad. Le dijo al Faraón que Saraí no era su esposa sino su hermana. La Biblia cuenta que Saraí era una mujer muy hermosa y Abram tuvo miedo que lo mataran por casarse con ella. Otra vez Abram se olvidó de las promesas de Dios. Generalmente cuando tomamos malas decisiones nos olvidamos de Dios o lo corremos fuera de nuestras vidas.
Entonces hubo en gran problema: ¡El Faraón se quería casar con Saraí! y entonces, como la maestra tuvo que llamar por teléfono a la mamá del nene mentiroso, Dios tuvo que llamar al Faraón. Claro que no lo hizo por teléfono, además no existían en ese momento. Sino, dice la Biblia, Dios le hizo ver por grandes plagas que Abram había mentido. Faraón mandó a llamar a Abram y lo echó de Egipto y se aseguró de que se vaya de aquel país.
¡Que fea experiencia! Nunca olvides las promesas de Dios y no tomes malas decisiones que cada vez te meterán en peores problemas.
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¿Piensa en una mala decisión que tomaste y cual fue o podría haber sido la consecuencia?
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¿Qué tendrías que haber hecho?
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¿Qué harías ahora ante el mismo problema o circunstancia?