49 Ahora,
pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor,
declarádmelo; y si no, declarádmelo; y me iré a la diestra o a la
siniestra. 50 Entonces Labán
y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no
podemos hablarte malo ni bueno. 51 He ahí Rebeca delante de ti;
tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho
Jehová. Génesis 24:49-51
Ayer estuvimos viendo sobre el corazón del siervo. Y quedamos en la casa de la familia de Rebeca, la joven que había dado de beber al siervo, a sus acompañantes y a los camellos, indicando Dios con claridad que ella era la persona indicada para Isaac.
Ahora, vamos a enfocarnos en Rebeca. Ese día había sido un día más, común, como solía ser todos sus días. No sabemos en que pensaba a diario, no sabemos que tenía anteriormente en su corazón, no sabemos que había planeado hacer con su vida. Pero ahora todo había cambiado.
Desde pequeños leemos en los cuentos y vemos en las películas como las princesas son rescatadas por valerosos hombres y se enamoran y viven felices para siempre en un hermoso palacio. Muchas veces nos ponemos a plantear si eso puede llegar a ser real. Nos preguntamos que posibilidades hay de que esa persona del cuento o la película pueda ser yo. Llegamos a armar una fantasía que después con el correr de los años parece que se desmorona y que no se puede lograr ser feliz en la vida o al menos de esa manera. No se si Rebeca leyó algunas historias de esas. (Sabemos que las que hoy conocemos son posteriores al tiempo donde ellos vivieron) Pero estaba por empezar una parecida, pero real, de verdad.
Lo primero que vemos es que ayudaba mucho en su familia. Su trabajo no era sencillo. Había que hacer mucho esfuerzo para llevar el cántaro lleno de agua. Lo segundo que era respetuosa con la gente, con sus padres, hermano y otras personas con las que se encontrara. Pero la que más se resalta es su fe en Dios. Al momento que el siervo le cuenta como fueron las cosas, ella se da cuenta que todo está dirigido por Dios, y no duda, sino que se entrega a seguir los pasos que Dios le propone.
¿Eres tú de esas personas que ayudan a tu familia y a los que te rodean? ¿Qué hubiese pasado si ese día en que se encontró con el siervo de Abraham hubiese estado de mal ánimo y hubiese rechazado el darle agua? En Hechos 20:35 podemos leer: “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” En Hebreos 13:2 dice:
No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaronángeles.
¿Eres respetuoso con los que te rodean? Romanos 13:7 dice:
Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
1ra Pedro 2:18 dice:
Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.
Y esto es para aplicar en todas las áreas de la vida, pues eso es lo que agrada a Dios.
¿Cómo está tu fe en Dios? Mira lo que dice Efesios 1:
15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para
que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé
espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando
los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza
a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su
herencia en los santos, 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,...
Si pudiste responder positivamente éstas tres preguntas, Dios va a poder mostrarte con claridad su voluntad para tu vida.
• Menciona, piensa y pon en práctica las tres características que tenía Rebeca.
Oración:
Querido Dios Padre, gracias por el ejemplo de Rebeca, ayúdame a tener las tres características que ella tenía, pues quiero conocer tu voluntad para mi vida. En el nombre del Señor Jesús, Amén.