Día 14

¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 14.

Estos 3 últimos días vimos lo que Gabriel le dijo a María sobre como sería el que venía enviado por Dios.

Una vez que terminó María preguntó: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Lo que ella estaba expresando era que no estaba casada aún y no tenía relaciones con ningún hombre, pues era virgen. Me gusta tanto como se expresa la Biblia en temas donde pueda dar un poco de vergüenza o de intimidad, respetando siempre la integridad e intimidad de las personas.

María sabía a la perfección que Dios muchas veces había hecho concebir a diferentes mujeres de forma milagrosa, pero ellas tenían un esposo. En su caso ella estaba desposada, como ya vimos, pero debía cuidar su integridad hasta el día de su boda con su prometido José.

Lo que también podemos ver en sus palabras es que no dudó ni un instante de las palabras de Gabriel, y quiso saber de que manera tenía ella que hacer para cumplir con el plan de Dios para mandar a su Hijo.

Gabriel entonces le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Lo que Gabriel tenía que decir sería algo que lo habrá conmovido, pues conocía a la perfección (literal) a quien iba a venir como un pequeño y tierno niño, y no era más ni menos que el que creó el universo y todo lo que en él hay.

El Espíritu Santo vendrá sobre ti, comenzó diciendo. La tercera persona de la Trinidad era quien vendría en ese entonces sobre ella, y la primera persona la cubriría con su sombra.

Muchos pasajes hablan de la sombre de Dios. ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Salmos 36:7

El que habita al abrigo del Altísimo, Morará bajo la sombra del Omnipotente. Salmos 91:1

Estos versículos y muchos otros nos hablan de la protección y amparo de Dios hacia sus hijos. Como una sombra nos protege del sol, Dios nos protege de todo lo que pueda acecharnos.

Gabriel le aseguraba que Dios no solo pondría en ella una vida, sino que la cuidaría en todo momento.

Es importante entender que justamente Dios hace una obra maravillosa en cada mujer que queda embarazada. El embrión no es simplemente, como algunos afirman, un conjunto de células que se multiplican, pues por una unión biológica se han empezado a duplicar, pues el ser humano no es solamente en ente físico, sino que también tiene alma y espíritu.

Cada uno de los seres humanos que poblamos la tierra, hemos sido gestados por el mismo Dios. Él es el que permite que haya fertilización y comienzo de un nuevo ser. Y allí mismo pone espíritu humano y alma, como el soplo de vida que convirtió a Adán de un poco de tierra en un ser viviente.

El de María sería un caso único. Ninguna otra mujer pasaría por la experiencia de ella. Ese niño será Santo. Con mayúscula pues era Dios mismo y Santo pues él ha sido apartado para dar su vida. Al no ser concebido por forma humana, Jesús no tendría el pecado que todo ser humano tiene desde que nace, por herencia. Entonces el sería puro y santo desde el vientre de su madre y a lo largo de toda su vida, pues el sería perfecto, como tenia que ser el Cordero que se entregaba en sacrificio.

Será llamado Hijo de Dios. Es interesante pensar que el cordero es una oveja de menos de 1 año, una pequeña cría. Así como se apartó, por pedido de Dios, un cordero en Éxodo 12, en la primera pascua, Dios apartó a su Hijo, para que nazca como un pequeño e indefenso niño, pero que por dentro era el Todopoderoso Dios. ¡Un misterio inmenso!

La Trinidad actuaba en favor de la humanidad , para salvar a todo aquel que cree en él.

Desde el principio de su humanidad, muchos pudieron ver que Jesús es Dios, y dio pruebas más que suficientes para dejar bien evidenciada que era el Hijo de Dios. Pero justamente eso fue lo que los sacerdotes usaron para acusarle. Lo culpaban de blasfemar contra Dios diciendo que era su Hijo. El le respondía: si no me creen por mis palabras, créanme por lo que hago, pero no le creyeron, y por ese motivo lo condenaron y él, aun siendo el Hijo de Dios, se dejó condenar para cargar sobre si mismo el pecado de todos nosotros.

Jesús fue verdaderamente el Hijo de Dios. Y muchos, como Gabriel lo dijo, lo reconocieron como tal. Como lo que sucedió cuando Jesús murió en la cruz, como leemos en Mateo 27:54: El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente este era Hijo de Dios.



¿Oramos?

Querido Padre Dios, gracias por la obra maravillosa que has hecho por mi. Tu Espíritu Santo vino sobre María, tú pusiste vida en su vientre, y tu Hijo Jesús se formó allí para nacer en Belén, crecer y luego entregar su vida en la cruz por mi. Creo que tu eres el Dios creador de los cielos y la tierra, creo que Jesús es tu Hijo y el Salvador del mundo, y creo que tu Espíritu habita en mi corazón desde que Jesús me perdonó y entró en mi vida como Salvador personal. Gracias por esta gracia maravillosa hacia mí. Te alabo y adoro tu Santo Nombre. En el nombre del Señor Jesús, Amén.