Día 19
¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 19.
Luego de contarnos sobre las palabras de María, Lucas vuelve a Elisabet y Zacarías. Ya habían pasado los tres meses que mencionamos ayer, que fue el tiempo que María se quedó con ellos.
Ya se había cumplido el tiempo para que Elisabet diera a luz. Apenas nació su bebé hubo una alegría enorme entre los vecinos y parientes, quienes reconocían que Dios había engrandecido para con Elisabet su misericordia.
Dios había cumplido no solo su promesa, sino que había dado a Elisabet la fuerza necesaria y salud para que todo se pudiera concretar como Gabriel lo había anunciado.
Al octavo día llevaron al niño para circuncidarlo. En Levítico 12:3 podemos leer: “Y al octavo día se circuncidará al niño”. Desde la ley escrita por Moisés se practicó la circuncisión, y salvo por una prescripción médica, se tenía que llevar a cabo el día 8 de edad.
Hay estudios que demuestran que los bebés experimentan un aumento natural de los niveles de vitamina K alrededor del octavo día de vida, alcanzando concentraciones máximas. Este aumento mejora la capacidad del cuerpo para formar coágulos sanguíneos, lo que minimiza el riesgo de hemorragia durante la circuncisión. Estos estudios son muy recientes, pero el Creador y el dador de la ley ya lo conocía.
Por otra parte el número 8 es símbolo de algo nuevo. Dios creó todo perfecto en 7 días, pues el séptimo, si bien no creó material, creó el disfrutar de la creación junto a él. El octavo día entonces comenzó la experimentación de todo lo nuevo. En el arca se salvaron 8 personas que fueron las que poblaron de nuevo toda la tierra, en un planeta nuevo. La octava letra del alfabeto hebreo es Jet ח y tiene formato de una puerta, una entrada hacia algo nuevo.
Pero hay un concepto con el que debemos tener cuidado. Recuerdo siempre cuando nació mi primer hijo que un compañero de trabajo me preguntó si lo había bautizado, yo le respondí que no. Me preguntó el porque no lo hice, y le dije que no lo practicábamos de pequeños sino de adultos, y lo que sí hacíamos es presentarlo en la iglesia y orar para que Dios lo guie en su Camino y lo pueda conocer cuando crezca. Me miró bastante serio y muy convencido de lo que me diría y expresó: entonces todavía no es una persona. Muchas veces los rituales religiosos se han convertido en un credo más fuerte que los principios bíblicos. Seguramente que eso le habían enseñado, y a pesar de no ser una persona de fe, llevaba a sus hijos a bautizar para que sean “personas”.
Debemos entender que la única forma de ser hechos hijos de Dios es por la fe en Cristo Jesús, no hay ninguna otra cosa que podamos hacer para alcanzar la salvación.
Que importante es ir siempre a la Palabra de Dios para despejar toda duda.
Podemos leer en Génesis 17:10 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11 Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. 12 Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje.
Queda bien en claro que era el recordatorio del pacto de Dios con Abraham, y así como el corte era definitivo, de la misma manera era para Dios ese pacto.
La circuncisión era un corte físico, pero también en la Biblia la encontramos con aplicación espiritual. Por ejemplos:
Deuteronomio 10:6 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
Jeremías 4:4 Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.
Colosenses 2:11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;
Todos pasajes que hablan de quitar para siempre de nosotros lo que es del mundo para que abunde lo del cielo de Dios.
La circuncisión física era una marca externa de pertenencia al pueblo que pactó con Dios, pero la circuncisión del corazón es una marca interna de fidelidad y obediencia a Dios.
Dice Romanos 2: 27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. 28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
Deja muy en claro la importancia de lo interno sobre lo externo. De vivir vidas de adoración a Dios y no de prácticas rituales.
Y podemos terminar con las palabras de Deuteronomio 30, donde dicen los primeros versículos que si te arrepientes, y te conviertes a Dios, y obedeces su voz, entonces: versículo 6 circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
Dios quiere que seamos realmente vivos entre los muertos.
¿Oramos?
Querido Padre Dios, gracias porque tú deseas darnos una vida verdadera. Que importante es entender que debemos arrepentirnos de nuestros pecados, convertirnos a ti y obedecerte y quitarás como un corte definitivo de nuestras vidas lo que nos separa de ti y seremos verdaderamente libres y vivos. Gracias porque todo eso fue posible por la entrega del Señor Jesús. En el nombre de él, el Señor Jesús, amén.