Día 23
¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 23.
Estamos viendo las palabras que José recibió de un ángel del Señor en momentos de duda en cuanto a su humanidad, pero que cuidó mucho en cuanto a su fe.
Ayer terminamos con las palabras que literalmente recordaron la profecía de Isaías 7:14. Si bien primero le dijo que su nombre será Jesús, “Dios salva”, luego al mencionar dicho pasaje, le recuerda el nombre profético: Emmanuel, “Dios con nosotros”. Que especial habrá sido para él saber que su prometida era la herramienta usada por Dios para hacerse humano y venir a cumplir la obra de salvación.
El capítulo 1 de Mateo termina diciendo: Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.
La idea que da el texto original parece ser que apenas terminó ese sueño, es decir, el ángel finalizó de hablar, José se despertó.
Seguramente muchas veces nos puede haber pasado eso en nuestra vida, y al despertarnos de un sueño demasiado vívido, nos damos cuenta que fue un sueño y decimos: uh, menos mal que era un sueño, y luego tratamos de volver a dormir y seguir descansando.
Pero no fue así con José. El se dio cuenta que no era motivado por su conciencia, sino que Dios esa noche lo había visitado para alentarlo a cumplir con una tarea maravillosa: el poder formalizar con su prometida y ayudarla en todo con el embarazo y nacimiento del niño que había concebido por el Espíritu de Dios.
Por eso al despertarse, no se puso a pensar como lo hacía a menudo después de la fuerte noticia que le dio María, sino que se puso en marcha y actuó como el ángel del Señor le había mandado.
Me puedo imaginar la alegría de María al saber que ya no solo ella le contó a José, sino que Dios también se lo había dicho, y de ahí en más contaba más determinantemente con la compañía de su prometido.
Viene a mi mente lo que el Señor Jesús dijo en Mateo 18:19: Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
Si bien ahí hace referencia a pedir, sin embargo se aplica al entender que para ponerse de acuerdo en que y como pedir, primero hay que escuchar el consejo de Dios, y dejar que él obre en ambos y entonces pueden ir hacia el mismo sentido, y ser ayuda el uno del otro. Es importante que cuando Dios une a personas, sea para el servicio, sea para amistad o sea para matrimonio, ambos entiendian que deben no solo escucharse mutuamente sino deben escuchar sobre todo a Dios y estar atentos a Sus planes. Tenemos bien clara la figura que menciona Salomón, que dos cordones no pueden trenzarse para que puedan resistir, para eso tienen que ser tres, y ese es el Señor, en medio de todos.
Las dudas que podría haber tenido José se esfumaron, y así fue como recibió a María como su mujer. No se sabe si ya era el tiempo pactado en el desposorio, posiblemente no lo era, pero José la recibió como su esposa. No importaba lo que diría la gente. No iba a importar lo que pudieran comentar los amigos o vecinos, y trataran de llenarle la cabeza, sino que iba a primar lo que Dios le dijo: no tengas miedo de recibir a María por tu mujer.
Y Mateo, guiado por Dios, como ya leímos, finaliza el relato con una frase que destaca lo comprometido que estuvo José con lo encomendado en sus manos: Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito.
José no podía tener relaciones con su prometida, pero ahora era su esposa. Aún así había varios motivos por lo cual no debía hacerlo. Los términos: no la conoció, significa que no tuvo relaciones sexuales con ella, hasta después que nació Jesús.
Ya hemos visto ayer que el ángel le recordó la profecía de Isaías 7: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo
No solo Jesús sería concebido en una virgen, sino que también nacería de una virgen. José sabía la profecía y el ángel se la recordó y reafirmó, pues eso también sería parte de la tarea encomendada en sus manos.
He escuchado, en especial en jovenes, decir que las relaciones sexuales es una prueba de amor, pero a eso le podemos responder de dos maneras. La primera, en forma general, es que no es así, pues ellas no son pruebas de amor, sino que son el resultado de quienes se han unido por amor en matrimonio. Y la segunda, en el caso particular, José demostró su amor por María, pero también por Dios, absteniéndose de ellas, y eso se logra, ante los deseos físicos que pueden surgir en la conviviencia, centrando sus pensamientos y deseos en la voluntad de Dios. Una hermoso consejo para todas a quellas personas que deseen hacer las cosas realmente bien ante Dios y para Dios. Vale, decir, como cierre, que luego de tener a Jesús, la Biblia nos menciona al menos a 3 varones y una mujeres, posiblemente dos, que fueron los hijos de José y María.
¿Oramos?
Querido Padre Dios, gracias porque buscas personas que tengan el deseo de servirte de verdad, para hacer con ellas grandes cosas. Gracias por el ejemplo de María y José en cuanto al escuchar ambos tu voz y aceptar tu voluntad y juntos servir para que se cumpla tu plan para la humanidad. Ayúdame a siempre poder saber con claridad cual es tu voluntad y con quienes deseas que se concrete, para gloria de tu nombre. En el nombre del Señor Jesús, Amén.