Día 26
¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 26.
Seguimos con estos estudios que, si Dios lo permite, llegarán al día 31, coincidiendo con el 31 de diciembre de 2024.
Ayer estuvimos viendo como, simultáneamente a los momentos en que María daba a luz en un establo de Belén, en las afueras los pastores recibieron la visita totalmente inesperada de un ángel de Dios primero, y luego otros.
Como toda aparición angelical lo primero que tuvo que hacer es tratar de tranquilizar al oyente y que no tuviese miedo.
El mensaje lo podemos dividir en dos.
Veamos la primera parte. Esa parte la hace un ángel, el cual no se identifica. En vano es especular si fue Gabriel, pues si Dios no ha querido revelarlo es porque no tiene relevancia en sí quien lo anuncia, pero si lo que anuncia. Y acá encontramos la primera aplicación a nosotros. Muchas veces miramos primero quien lo dice para dedicar un tiempo a escuchar o leer, o no. No siempre ponemos la atención a lo que dice. Tomamos como palabra de Dios por quien la dice, y no cotejamos en realidad si eso está acorde a lo que Dios ha dejado escrito en su Palabra. Podemos hasta encontrar en Internet a personas que tienen la osadía de decir que hay errores en la Biblia, y mucha gente cree ese engaño. Por eso no importa cuan famoso o no es el que trasmite un mensaje, lo importante es saber si ese mensaje viene de Dios o no, si concuerda con la Biblia.
El mensaje primero da muchos datos de base a la información que se está trasmitiendo. Lo primero que dice es que “son nuevas de gran gozo”. Trae buenas noticias que son nuevas, que no fueron dadas con anterioridad. De allí viene el término: Evangelio. Por eso el ser evangélico, no debe ser un distintivo denominacional, sino de fe. Es evangélico todo aquel que cree en las buenas noticias, y nos vamos a encontrar con los primeros evangélicos en las afueras de Belén, que fueron esos pastores. Y es evangelista aquel que las trasmite. Y que el evangelio no trae simplemente alegría, sino gran gozo, porque es algo que cuando se lo cree, trae del interior ese gozo que es eterno y que es más profundo que cualquier otro sentir humano, pues viene de Dios mismo. Y ese gran gozo se lleva a cabo pues la persona disfruta del perdón de Dios y la vida eterna.
Lo segundo que dice ese primer mensaje es que esa noticia “será para todo el pueblo”. Es importante ver que la frase anterior estaba en presente pero acá habla en futuro. Eso nos lleva a reflexionar que el hecho de nacer era una noticia extraordinaria, pues se estaba cumpliendo las profecías sobre su venida, pero que la razón de su venida se concretaría en el futuro. El hecho del nacimiento en Belén no era suficiente para darnos salvación, sino que Jesús tendría que entregar su vida en rescate por todos nosotros. Y aquí habla del pueblo. ¿A qué se refería con pueblo? ¿Belén? ¿Los judíos? ¿A todo el mundo? Lo podríamos aplicar a cada uno de los mencionados, pero posiblemente ese “pueblo” estará más relacionado con quienes serán su pueblo, su familia espiritual, la iglesia, los creyentes en él.
Luego el ángel, en ese primer mensaje anuncia cual era esa buena noticia nueva: “que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.”
Lo primero fue en presente, el segundo en futuro, pero el tercero en pasado: “Ya ha nacido”. Ya Emmanuel se había cumplido, ya Dios está en humanidad entre nosotros, no solo por su Espíritu. Ya vino en forma humana como todos nosotros, pues es un bebé nacido de mujer, aunque no concebido por ella. El lugar es el anunciado: “la ciudad de David”, Belén. Y es importante resaltar que luego de las características físicas, humanas, el ángel resalta sus características divinas: “Salvador, Cristo y Señor.”
Los judíos esperaban al Mesías: Cristo, pero había venido al mundo mucho más que eso. La persona del Mesías les daba la idea de un libertador de la opresión política, pero no era exactamente lo que Jesús venía a hacer.
El ángel habla primero del Salvador, Jesús, “quien venía a salvar a su pueblo de su pecado.” Ahí también estaba eso de su pueblo.
Jesús es el Señor, es el amo de todo lo que existe.
Dice Colosenses 1:16 “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;”
Y en Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”
Jesús también es el Cristo. Cristo es la palabra griega traducida de la palabra hebrea Mesías, que significa “Ungido”, “el señalado o elegido por Dios”. Juan 1:41 dice: Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).
Hechos 2: 36 dice: Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Por eso el ángel les dice que el Salvador del mundo que nació en Belén, es el Mesías, el Cristo y el Amo o Señor de todo, aunque ahora sea un pequeño bebé. ¡Es sin lugar a duda el hermoso mayor misterio de toda la historia de la humanidad! Y todo eso fue por vos y por mi.
¿Oramos?
Querido Padre Dios, gracias por la obra tan maravillosa de mandar a tu Hijo Jesús a este mundo. Cuando repaso las palabras del ángel mi corazón desea postrarse delante de ti y de tu Hijo Amado, pues mi mente no llega a comprender semejante regalo para mi, pero mi corazón desea adorar y alabar tu Santo y Bendito nombre y el de mi Amado Salvador Jesús. En el nombre del Señor Jesús, Amén.