Día 27

¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 27.

Ayer empezamos a ver el mensaje del ángel, que apareció a los pastores en la noche de Belén, cuando estaban cuidando sus ovejas. Esa era la primera parte del mensaje. Y terminó dándole las indicaciones de donde y como estaba el niño recién nacido: “Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.” Esos dos datos ya los hemos visto. Ya hemos hablado sobre la “envoltura” y sobre el “pesebre”. Pero, si bien sería bastante común encontrar a un niño envuelto, no lo era el buscarlo en un establo, en donde se encontraban los pesebres, o lugar donde se ponía la comida de los animales. El ángel le estaba mostrando que ese nacimiento era totalmente diferente al resto. ¿Había que buscar al niño Mesías que había nacido en un establo? Era difícil de creer y mucho más de entender.

Pero si quedaban dudas, al terminar de decir esto el ángel, apareció una multitud de huestes celestiales, que alababan a Dios. ¿Quién podía dudar de que ese nacimiento era especial? ¿Cuál había sido anunciado por un coro celestial? Muchos fueron anunciados por un ángel, pero aquí se juntó una hueste celestial, es decir, una multitud del ejército del cielo.

Ellos alababan a Dios y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

El mismo Lucas iba a escribir en el capítulo 15:7 las palabras de Jesús: “Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.” Este versículo nos muestra qué es lo que llena de gozo el cielo. El gozo está presente allí por los que son justos delante de Dios, pero hay mucho más gozo por los pecadores que se arrepienten. El Justo estaba naciendo, había venido en humanidad al mundo, y en algunos años, él mismo iba a predicar y muchos creerían en él. Al menos 6 veces leemos que Jesús dijo: “tu fe te ha salvado” y en otras oportunidades muestran que creyeron en él para salvación.

Pero al morir en la cruz y resucitar, iba a abrir las puertas del cielo para todo aquel que cree en él y ya no sea condenado, sino que tenga vida eterna. Eso deseaban ver los ángeles y disfrutar de ese gozo junto a su creador. Y, en ese momento, estaban anunciando que había llegado al mundo, de lo alto del cielo, de las glorias eternas, el Salvador, Jesús.

Por eso dan gloria a Dios. El Dios de lo alto, no los creados por mentes humanas, que no existen, que no hablan, ni escuchan, ni actúan; sino el Dios Todopoderoso que hizo los cielos y la tierra.

La venida de Jesús traía a la tierra paz. El que Isaías anunció con el nombre de Principe de Paz, es decir, el Hijo del Dios de Paz. Pero no era una paz política, la cual es importante, sino una mayor, la del alma, que es eterna.

Y ese canto, luego de dar gloria al verdadero Dios de lo alto, y anunciar la paz del alma que llegaba ofrecida en el Hijo de Dios que nacía, hablaba de “la buena voluntad” de Dios hacia la humanidad.

Dios que es Bueno, y lo demuestra en su misericordia.

Dice en Salmos 25:8 Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.

Y en Salmos 34:8 Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él.

Y en Salmos 100:5 Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,

Las deidades que tenían los griegos y también los romanos, eran muy malas. Las cosas que hacían, las amenazas que utilizaban y las acciones que contaban en sus creencias eran terribles. Pero ahora un coro angelical anuncia que no solo Dios es bueno, sino que su voluntad buena es presentada a la humanidad.

La palabra bueno tiene como significado original: lo que es conveniente. Y la palabra voluntad: capacidad de querer. Dios ha querido hacer por nosotros lo más conveniente para nosotros, pero para eso tuvo que pagar un precio muy alto: venir en humanidad en Jesús, y entregar su vida en rescate por todos.

Y a eso debemos agregar que, como el es Dios, sabía que muchos rechazarían su sacrificio y el pago que él hizo por cada uno. Y aun así ha querido hacerlo.

Dice Mateo 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

Dice Juan 6:40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna;

El niño que nació en Belén, vino a cumplir con la voluntad del Padre, pues su voluntad es buena, pues buscó lo conveniente para todo aquel que cree en él.

Gracias a la buena voluntad de Dios, hoy tenemos vida eterna los que creímos en él. Esto nos debe desafiar a actuar como dice Efesios 6:5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; 6 no sirviendo al ojo (a la vista), como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; 7 sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, 8 sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ese recibirá del Señor,


¿Oramos?

Querido Padre Dios, gracias porque eres bueno, y tu voluntad ha sido salvarnos. Gracias porque aquellos que están en el cielo contigo pudieron anunciar que tu buena voluntad se manifestó a la humanidad al mandar a tu Hijo Jesús a nacer en Belén, para luego cargar sobre sí todos mis pecados y ofrecerme la salvación. Te alabo y adoro tu nombre. Y también deseo que me ayudes a obrar con buena voluntad que es la que entiendo por tu Palabra que es la conveniente y la que va a demostrar que estás viviendo en mí. En el nombre del Señor Jesús, Amén.