Día 28

¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 28.

Ayer vimos como el ángel primero y la hueste de seres celestiales después, comunicaron a los pastores que cuidaban sus rebaños de noche, que había nacido el Salvador, que es Cristo el Señor. El susto primario se convirtió en la noche más inolvidable para ellos, pues le fue anunciado que el Mesías ya estaba entre nosotros, Emmanuel ya era una realidad, y estaba ahí cerquita de donde estaban ellos.

Es maravilloso ver que Dios siempre esta cerca de nosotros, y cuando lo sentimos lejos, no es porque él lo esté, sino es que nuestro corazón está lejos de él.

Lucas 2:15 dice: Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.

¿Qué podría ser más importante en ese momento? Y si alguien dudaba, no había más que buscar entre los establos a un niño recién nacido y comprobar la veracidad de las palabras escuchadas, las cuales ellos sabían que eran del Señor. Muchas veces podríamos dudar de algunas palabras, pero nunca deberíamos cuando se trata de la Palabra de Dios. Si dudamos de lo que alguien nos diga sobre las verdades espirituales, no tenemos más que ir a la Palabra de Dios. En la temporada de navidad y de Semana Santa, en especial, en los medios se pueden ver diferentes películas, pero siempre es bueno chequear en la Biblia la historia presentada en el film, para que no quede en nosotros ideas contrarias a lo que la Biblia dice.

El relato de Lucas continúa diciendo: Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.

No sabemos cuanto tiempo buscaron y si les fue fácil o no encontrarlo, pero lo que podemos afirmar es que lo buscaron apresuradamente y que lo encontraron. No había tiempo que perder. Lo que había sido anunciado era el momento más especial de la historia de la humanidad, y ellos estaban siendo partícipes de todo.

Muchas veces nos acostumbramos a leer la Biblia y escuchar de sus historias, pero pocas veces logramos dimensionar la maravilla de cada una. Nos acostumbramos a los milagros, al poder de Dios y no le prestamos la debida atención. Pero aquellos pastores sabían que era el momento de sus vidas, que sus padres y abuelos tanto anhelaban que sucediera, y a ellos les había tocado el privilegio del anuncio, y luego de comprobar como se había concretado la venida de Dios al mundo.

Dice que encontraron a los tres, en especial al niño tal cual como el ángel dijo, y aunque era algo difícil de creer y comprender, allí estaba el niño, envuelto y sobre un comedero de animales.

Ellos les contaron lo que habían vivido con los ángeles, y todos se maravillaban. Por la forma en que Lucas relata, pareciera que no estaban solo María, José y el bebé Jesús, sino que otros se habían acercado a ver lo que sucedía en aquella noche en aquel establo, pues les habría llamado la atención el que pastores se aparecieran a esa hora de la noche buscando a un bebe, y luego, posiblemente, muchos pensaran que era un nacimiento más, pero al escuchar las palabras de los pastores entendieron que ese niño no era uno más, sino alguien especial, pues era el Mesías que venía a salvar al mundo. No se si María y José les pudieron contar antes sobre todo lo que había sucedido con el anuncio y la concepción virginal, pero ahora ya no haría falta, pues el testimonio de todos los pastores no dejaban duda sobre quien había nacido.

Y el relato termina haciendo foco en dos actores de la escena de la primera navidad.

El primero es en María. Dice que mientras todos se maravillaban María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Me imagino a María sentada junto al pesebre, observando la belleza del bebé, del Hijo de Dios, pero también mirando los gestos y escuchando el relato entusiasta de cada pastor y de la forma en que Dios se presentó en aquella noche en Belén. Cada cosa la iba grabando en su mente pero también en su corazón. No solo disfrutaba, como cualquier otra madre, el poder tener a su bebé con ella y contemplar su hermosura, sino todo lo que rodeaba el nacimiento de su hijo, pero también, como antes ella misma expreso, su Salvador.

Y el segundo foco lo pone en los pastores. De ellos dice: Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.

Ese momento es cuando uno dice: menos mal que vine. Menos mal que escuche la noticia y reaccioné en ir a ver. ¡De que grandes cosas me hubiera perdido si no hubiese venido!! De la misma manera debemos saber que nos podemos perder muchas bendiciones si no estamos cuando el pueblo de Dios esta reunido en la casa de nuestro Padre Dios, y también si cada día no pasamos tiempo al lado de nuestro Salvador Jesús, pues allí, como dice el salmista “envía Jehová bendición, Y vida eterna.”

Ellos volvieron glorificando, dando la gloria, y alabando a Dios, agradeciendo lo que Dios había hecho por ellos. ¡Ojalá que nuestra vida, a pesar de los problemas que puedan surgir, puedan estar constantemente glorificando y alabando a Dios, por todo lo que podamos oír y ver de lo que Dios ha hecho, hace y hará por nosotros.


¿Oramos?


Querido Padre Dios, gracias porque cada vez que puedo pasar tiempo contigo, puedo experimentar lo mismo que los pastores, y deseo glorificar y alabar tu nombre, porque todo lo has hecho, haces y harás por mi bien. Y deseo hacer como hizo María, poder ir guardando todo en mi corazón, para que cada día pueda dimensionar mejor lo que tú eres y lo que tú deseas de mi. En el nombre del Señor Jesús, Amén.