Día 35

¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 35.

Ayer quedamos en el momento en que los magos salieron del palacio de Herodes y la estrella estaba ahí, como esperándolos y los fue guiando hasta la casa donde estaba el niño. Ya dejamos bien en claro que no estaban en el establo, como siempre muestran los pesebres navideños.

Al llegar a la casa se encontraron con el niño y su madre María. Así leemos en Mateo 2: 11, y no menciona a José. Posiblemente esta queriendo expresar que el niño Jesús aun era amamantado. El destete era algo importante en las comunidades de aquellas regiones, que se celebraba entre los 2 y 3 años, según datos históricos.

Ese es otro de los datos que nos da la escritura, y nos puede estar comunicando lo que hemos comentado antes, de que Jesús ya podría haber tenido más de un año de vida humana.

Dice Mateo 2: 11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Apenas entraron a la casa, y sin dudarlo, se postraron y lo adoraron. En el original da la idea de que cayeron delante de él. No dice que los adoraron. Es importante eso, pues algunos dicen que lo hicieron en plural. Se enfocaron solo en el rey de los judíos que había nacido y por él hicieron todo el trayecto para poder adorarlo.

Luego de ese momento de adoración abrieron sus tesoros. Seguramente tendrían de esos cofres donde se transportaban los valores. Dice que los regalos que le ofrecieron fueron: oro, incienso y mirra.

El oro es un metal muy nombrado en la Biblia, de principio a fin. Aparece en el huerto de Edén, y en Apocalipsis 21:18 dice que la Nueva Jerusalén y sus calles eran de oro puro. Es símbolo de lo Divino y de lo eterno. De lo más valioso y no perecedero. Hay muchos ejemplos y variados a lo largo de toda la Biblia, y uno que refleja mucho a la persona de Jesús fue el arca del pacto. Ella era de madera de acacia. La acacia da una madera muy resistente que crece hasta en clima muy seco, como el desértico. Isaías 53:2 dice:  Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca. Jesús es la vida, y la puede dar o sostener aun en donde sea naturalmente imposible. El es el Renuevo.

Y la madera de acacia estaba revestida por dentro y por fuera de oro. Esto nos habla de que Jesús fue 100% un ser humano, pero no dejaba de ser 100% Dios. La naturaleza del Creador conviviendo con la naturaleza humana. Y puede seguir indagando sobre las partes del arca y lo que tenía adentro, y aprender mucho más de la persona de Jesús.

Los magos reconocieron en primer lugar que estaban ante Dios mismo. Se que hay muchos que no les gusta que se lo llamen “niño Dios”, pero Jesús no nació hombre y luego fue Dios, no, el fue concebido por le Espíritu Santo, como ya vimos, por eso fue siempre Dios en humanidad. Y vale aclarar que aunque era Dios no uso su deidad hasta los 30 años en las bodas de Caná.

El segundo presente fue incienso. Éxodo 30:1 dice: Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás. Podemos acá empezar a juntar con lo que dijimos antes. La acacia, que representaba la humanidad de Cristo es el altar, también cubierto de oro, su deidad, para quemar incienso. El incienso es utilizado como el humo de olor grato que se elevaba hacia el cielo, como las oraciones de los santos. En Salmos 141:2 dice: Suba mi oración delante de ti como el incienso. O como ya vimos en los primeros días, en Lucas 1: 8 Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, 9 conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.

Los magos reconocían que Jesús era el olor grato al Padre, y quien nos llevaría al Padre con olor grato a él. En Mateo 3:17 es la voz del Padre Dios que dice de su Hijo Jesús: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

Y el tercer presente era mirra. Tenemos dos ejemplos de su uso en la vida de Jesús. El primero esta en Marcos 15:23 donde dice: Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó. Eso fue cuando estaba siendo crucificado y le ofrecieron tomar de esa bebida que se usaba para mitigar el dolor. Aquellos soldados la tomaban cuando estaban mucho tiempo de servicio. Pero Jesús quería estar consciente para morir en el momento exacto. Además ya había dicho que no bebería vino. El segundo ejemplo lo tenemos en Juan 19:39 donde dice: 39 También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. 40 Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos. Se usaba para sepultar a los muertos. Los magos estaban anticipando el sufrimiento de Jesús y su muerte.

De alguna manera ellos profetizaron sobre las cosas que iban a pasar en la vida de Jesús, que aun era un niño, pero ya tenía fijada una tarea salvadora para todo aquel que en el cree.

Reconocieron que Jesús es Dios, que el es el Amado del Padre y el que nos lleva al Padre, cosa que después el afirmó en Juan 14:6, y que el sufrió y murió por nosotros. Eso es justamente adorar y alabar. Lo adoramos por lo que Él es, y lo alabamos por lo que Él hizo por cada uno de nosotros.


¿Oramos?


Querido Padre Dios, gracias nuevamente por tu Hijo Jesús. Gracias porque como aquellos magos, puedo adorar tu nombre y deseo postrarme delante de ti, pues has mostrado tu amor entregando a tu Hijo para salvarme. Hoy reconozco que tu eres Dios, y que Jesús también uno contigo, y que gracias a su obra puedo ahora mismo entrar en los cielos delante de ti como olor grato, gracias a su perdón y salvación. En el nombre del Señor Jesús, Amén.