Día 40

¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 40.

Y llegamos finalmente al día 40. Estoy muy agradecido a Dios por permitirme tener el privilegio de compartir estos breves estudios sobre el momento en que se concretó la más hermosa y esperada profecía: La venida de Emmanuel, Dios con nosotros, para estar en nosotros.

Le agradezco por llegar hasta este estudio, le animo que si no los leyó todos, se haga un tiempo para hacerlo en la página de estudiodelabibliadiaadia.odoo.com o escuchar los audios en la página de YouTube @Pablolopez-EBDD

Hemos arrancado en Lucas 1 con la visita del ángel Gabriel a Zacarías, y recorrimos, junto a los primeros capítulos de Mateo, la historia que estuvo antes, durante y después del nacimiento de Jesús, nuestro Salvador.

Ayer terminamos en Nazaret, lugar donde Jesús pasó su niñez, adolescencia y juventud, hasta los 30 años de edad.

Terminamos esta serie con el relato de Lucas 2: 41. Allí podemos leer: Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; 42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.

El relato dice que todos los años, María y José, iban de Nazaret a Jerusalén, pero que cuando Jesús tuvo 12 años fueron los tres. Eso se podría interpretar como que anteriormente Jesús no iba. Podríamos pensar que no era sencillo el camino de unos 150 km para un niño, pero la razón podría estar más en el hecho, como vimos ayer, que Herodes Arquelao ya no era el gobernador en ese tiempo, y ya no corría el mismo peligro que antes.

Es importante destacar que José y María, todos esos años, no habían usado como excusa el hecho de cuidar a Jesús para no ir a Jerusalén, sino que respetaron el poder celebrar la pascua, como Dios le había dicho a Moisés, lo hacían yendo al templo en Jerusalén.

Pero luego de que ya no esté más Arquelao, entonces, parece que se animaron a llevarlo. La Biblia no dice nada de lo que voy a decir, pero, me imagino, por lo que dice la historia, que el jovencito Jesús ya les habría pedido ir con ellos a Jerusalén a la casa de su Padre, pero había respetado la indicación de no ir por su seguridad.

Pero el momento finalmente había llegado. El poder llegar a Jerusalén, entrar en la ciudad, caminar sus calles e ir al templo, me imagino que habrá sido una experiencia muy especial. Es la primera pascua que se menciona en la vida de Jesús, pero la Biblia va a hablar en total de 5 pascuas contadas sobre él, ésta y cuatro más durante su ministerio de tres años y medio aproximadamente.

Dice Lucas que estuvieron los días de la fiesta en Jerusalén, se ve que rodeados de mucha gente que había ido de Nazaret y de toda la zona el norte de Jerusalén, entre otras. Por eso después escribe: 43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. 44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.

¡Me imagino lo que habrán pasado esos padres! Cualquiera de nosotros, que en alguna oportunidad hemos perdido de vista un instante a alguno de nuestros hijos, sabemos lo terrible que se siente ese momento. Aparentemente era la primera vez que venía y les estaba pasando esto. No era momento para lamentarse ni para buscar en que se había fallado, sino que el terrible sentir de no encontrarlo se mezclaría con el temor de que se encontraban en la ciudad donde estaba el gobernador romano.

Habrán sido los tres días más difíciles para ellos como padres, pues aunque lo buscaron entre la caravana y después por todos lados en Jerusalén no lo encontraban. ¿En que lugar podría estar un jovencito de 12 años? ¿en donde se podría haber entretenido y quedado? ¿Lo buscaríamos en el templo? Posiblemente no, pero allí estaba, y en medio de los doctores de la ley, es decir, de aquellos que se ponían a discutir profundamente sobre las enseñanzas del antiguo testamento.

Pero no estaba como oyente pasivo, sino que hacía preguntas y daba respuestas también, y dice Lucas que se maravillaban de como un joven de solo 12 años preguntaba y respondía con tanta inteligencia. En la educación judía, se les enseñaba a los niños la Torá hasta los 12 años, para que a partir de los 13, los varones, ya sean responsables de su conducta y de cumplir toda la ley. Jesús les mostró a los más entendidos de la ley que la conocía como nadie, pero todavía no era la hora de darse a conocer.

Esto me hace reflexionar sobre la importancia de que los niños reciban la educación bíblica como un manual de vida desde pequeños. Que puedan conocer a Dios como Creador y Salvador de sus vidas. Pero que no se los apure para servir a Dios, como muchos hacen actualmente, pues la mejor forma de servir a Dios en esa edad, como Jesús lo dejó bien en claro, es su testimonio, es decir, el demostrar delante de todos que creen y desean hacer las cosas como quiere Dios.

Cuando lo encontraron en el templo, se sorprendieron primero, y luego fue María quien le dijo: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?

A sus 12 años, ya tenía en claro quien era, y que tenía que hacer. Pero también, me parece, aunque ellos no entendieron, la estaba preparando para lo que iba a venir en unos años, pues ella le habló de su angustia, pero él les marcó que eso era por estar en los negocios de mi Padre.

Hemos visto a lo largo de estos 40 días, reiteradamente, como el ángel Gabriel, profecías, personas y ahora hasta el mismo jovencito Jesús, que dejaron en claro que él había venido a sufrir. ¿Por qué tenía que sufrir?

Miremos la respuesta literal de Isaías 53: 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

¿Puedo agregar algo más? Solo decir: ¡Gracias Señor Jesús porque viniste por mi!

Lucas 2:51 dice:  Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. ¿Sabe que significa estar sujeto? Significa reconocer la autoridad de quienes está sujeto. Jesús siempre estuvo sujeto a la voluntad de su Padre, y por eso estaba sujeto a sus padres humanos, aunque él era Dios mismo.

Ultima reflexión de esta serie: Jesús se sujetó para cumplir la obra de Salvación por vos y por mi… ¿Tengo yo motivos para no sujetarme a quienes debo hacerlo? Dios nos bendiga.


¿Oramos?

Querido Padre Dios, gracias porque me permitiste compartir esta serie. Gracias porque pudimos ver todo lo que hiciste por mi para salvarme y darme la vida eterna. Gracias por tu Hijo Jesús que se entregó para hacer posible todo esto. Y te quiero pedir que me ayudes a estar sujeto a ti, y así poder obrar siempre sabiamente y estar sujeto a las autoridades que tú me pongas en este mundo, en especial las espirituales. Muchas gracias por todo esto y ayúdanos a seguir estudiando y compartiendo tu Palabra. En el nombre del Señor Jesús, Amén.