Día 5
¡Hola! Bienvenido a la serie “Os ha nacido”, día 5.
Seguimos en Lucas 1, donde hemos visto como el ángel Gabriel se le apareció a Zacarías. Es interesante ver que cuando en el antiguo testamento se menciona al ángel de Jehová, o a Dios visitando a diferentes personas como Moisés, Abram, etc. por lo general es la persona de la trinidad encargada de comunicar a los seres humanos su plan, es decir: Dios Hijo. Pero cuando se comunicó en forma directa sobre la venida de Dios Hijo a la tierra, el encargado de comunicarlo fue Gabriel.
Recordemos que tanto Zacarías como su esposa Elisabet eran de avanzada edad, y no tenían hijos, pero el ángel Gabriel le dijo que tendrían uno. Pero no solo le dijo eso, sino que también se refirió a como sería ese niño y hombre. El sería un servidor de Dios, y sería muy útil para hacer volver el corazón de muchos y preparar un pueblo dispuesto a recibir a su Señor. Muchos de los hijos de Israel se convertirán a Dios por las palabras del hijo de Zacarías.
Que intrigante es ver que un ángel es un mensajero. Que el ángel Gabriel comunicó a Daniel, y 600 años después a Zacarías, pero no iba a comunicar a la gente sobre el Hijo de Dios que venía al mundo, sino que lo encomendó a personas comunes, pero fieles a Dios.
Ese es nuestro desafío cada día como creyentes en Jesús: el poder ser usados para anunciar el mensaje de Salvación que hay en Jesús.
Volviendo a la historia, Zacarías no salia de su asombro, primero por ver un ángel hablando con él, pero ahora también por la noticia del hijo. Entonces le planteó: ¿Cómo será eso? Pues mi mujer y yo somos de edad muy avanzada. Es decir, mi mujer no está en edad de poder quedar embarazada y llevar un embarazo, eso empeora al pensar que ella es estéril.
Lucas escribe la respuesta del ángel: “Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.”
Gabriel podía decirle que Dios mismo le habló y lo mandó a decirle estas cosas. Ningún ángel de Dios obra o habla por su propia cuenta, sino que siempre está dispuesto a cumplir con todo lo que Dios le encomiende, sea lo que sea. Un hermoso ejemplo para imitar.
El hecho es que Zacarías por su incredulidad quedó mudo. Pero también dentro de las cosas que le dijo, le dio el nombre del bebé: Juan. Juan significa: Dios ha mostrado Su gracia. El término “gracia” muchas veces es tomado como regalo, y si bien no está mal, el significado va más allá, pues “gracia” hace alusión a cuando una persona recibe como regalo todo lo contrario a lo que merecía, y siempre tiene que ver con que se merecía un castigo por los pecados cometidos hacia Dios y recibimos perdón por la fe en Cristo Jesús.
Y justamente Juan, a quien conocemos como Juan el bautista, sería el que prepararía el camino del Salvador del mundo en medio del pueblo de Israel, ya que en Jesús se manifestaba la gracia de Dios.
La gente afuera estaba orando, pero se empezó a inquietar porque Zacarías se demoraba mucho en salir, a lo que habitualmente tardaba. Y al salir, no les pudo hablar, y todos entendieron que algo había pasado allí adentro, que había sucedido una visión. Cumplidos los días de su ministerio volvió a su casa.
Lo que experimentó Zacarías es un muy buen ejemplo para que podamos entender lo que puede provocar la falta de fe en la palabra de Dios. Aquel que estaba en la presencia de Dios, había venido a darle una noticia formidable, pero Zacarías estaba tratando de buscar una explicación biológica a lo que que fue anunciado. ¿Cuantas veces leemos la palabra de Dios y tratamos de buscar una explicación humana para intentar entenderla? No nos damos cuenta que son cosas donde debemos ejercitar nuestra fe, y creer sin dudar que toda la Palabra de Dios es Viva y Poderosa, y obra en nuestras vidas como un alimento maravilloso cuando realmente creemos en ella.
Cuando no creemos, no podremos saber expresar lo que ella dice, no podremos expresar lo que puede estar pasando en nuestra vida, no podremos expresar lo que Dios desea hacer en nosotros y por medio de nosotros. Estaremos mudos como Zacarías.
Es maravilloso saber que el plan de Dios se cumplirá igualmente, pero nosotros podemos perdernos el disfrutar de esos momentos donde podemos sentir la voz de Dios y ser parte de su obrar y comprobar no solo su poder, sino como el llena nuestra vida en todo sentido.
¿Oramos?
Querido Padre Dios, gracias porque podemos seguir viendo que la navidad es la muestra de como se manifestó tu gracia hacia cada uno de nosotros. Gracias porque merecíamos el castigo eterno y tu mandaste a tu Hijo para que todo aquel que en él cree sea perdonado y tenga vida eterna. Ayúdame a siempre confiar en tu Palabra y cada día conocerte más, y no enmudecer, sino alabarte con la voz de mi corazón. En el nombre del Señor Jesús. Amén.