2 de julio
Un misterio llamado Jesús
¡Hola! Sigamos esta semana con un misterio llamado Jesús. Hemos arrancado con los que demandaban señales de Jesús en su incredulidad, y nos llevó a pensar en no endurecer nuestro corazón y creer en Jesús como Salvador.
Y ayer Jesús aprovechó la visita de su madre y hermanos para decirnos que todos los que lo recibimos como salvador y buscamos la voluntad de Dios somos sus hermanos, es decir, formamos parte de su familia.
Luego la historia cuenta que llegó un joven a Jesús y le dijo: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Ese joven muestra el problema que se encuentra en las personas a causa de su egoísmo. Muchas veces somos solidarios cuando tenemos que dar un poquito, pero cuando se trata de algo que apreciamos mucho nos cuesta muchísimo compartirlo.
Entonces Jesús les dijo que deben tener cuidado con lo que piensan, porque la vida no consiste en la abundancia de lo que se tiene. Repetimos lo que dijo Jesús: la vida no consiste en la abundancia de lo que se tiene. Entonces, como solía hacer, se dispuso a enseñar el concepto con una parábola y dijo:
Un hombre había producido mucho y ya era rico. Entonces pensó: ¿Qué haré, porque no tengo donde guardar todo lo que coseché? Y se respondió: esto haré: derribaré los graneros y edificaré otros más grandes, y guardaré todos mis bienes, y diré a mi alma: muchos bienes tienes, reposa, come, bebe y regocíjate. Pero esa noche iba a morir, y todo lo que había acumulado, ¿de quién iba a ser?
Jesús se refirió a que el hombre se ocupó solamente en hacer riquezas, pero no se ocupó de lo más importante: su alma, su eternidad. Habló a su alma, según el relato, de que disfrute con las riquezas que tenía, pero no en que sea salva, no se preparó para la eternidad.
Jesús desea que podamos entender que es muy bueno que nos esforcemos y podamos tener dinero, pero eso no debe ser una prioridad en la vida, pues la vida es lo más importante para la vida, aunque parezca una redundancia, y Jesús dejó bien en claro que él es la Vida.
Jesús les dijo a sus discípulos que miren a su alrededor, y les mostró los pájaros, las plantas y las flores. Entonces les dijo que los pájaros no trabajan y Dios los alimenta, y agregó: ¿No valen ustedes mucho más que un ave? Miren las flores, que se visten de una hermosura maravillosa, ni la persona más rica puede vestirse con esa hermosura, sin embargo Dios la viste así. Ustedes son mucho más importantes para Dios. Y entonces les dijo esas palabras que varias veces hemos mencionado: Busquen primero el reino de Dios y su justicia y todas las cosas os serán dadas por añadido. Hoy, aunque parezca un misterio, debemos entender que lo más importante para la vida humana es poder tener la seguridad de la vida eterna, que solo la da Jesús, y aunque nos ha dado toda la creación para poder disfrutarla, lo más importante que nos ha dado es a su Hijo Jesús, que entregó su vida por nosotros, para que todo el que cree en él tenga la vida eterna. Tené a Jesús en tu vida, y después Dios te dará todo lo que necesites.
Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque nos has dado toda la hermosa creación para poder disfrutar, pero mucho más porque entregaste a tu Hijo Jesús, por nosotros, y por él tenemos la vida eterna desde que lo aceptamos como Salvador personal. Ayúdanos a compartir las palabras de Jesús con las personas que nos rodean, para que ellos también puedan tener la vida eterna. Y que sobre todo aprendamos a valorar nuestra vida y la de los que nos rodean antes de las cosas que podamos tener. En el nombre del Señor Jesús, Amén.
¡HASTA MAÑANA!