3 de junio
Un misterio llamado Jesús
¡Hola! Ayer empezamos la semana con la octava bienaventuranza. Vimos que las últimas dos son para los que soportan contrariedades por ser justos. Cuando nos ponemos a pensar en esas cosas, no podemos dejar de preguntarnos el porque hay gente que puede maltratar a otros por ser justos. Nadie tendría que maltratar a nadie. Pero lamentablemente esto muestra el mal que hay en el corazón de la gente.
Jesús sabía claramente que lo iban a perseguir por ser justo, y hasta iban a querer matarlo, como ya vimos que pasó en Nazaret, su pueblo de crianza, pero no iba a evitar a eso en su vida, pues venía dispuesto a entregar su vida para hacernos salvos. Pero como el mejor Maestro que él es, desea advertirnos a cada uno de sus estudiantes que los que se propongan actuar con la justicia de Dios, siendo mansos, siendo misericordiosos y justos, tendrán muchos que los presionaran, molestarán y hasta maltratarán, pero como decía la octava bienaventuranza: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.”
Y no olvides el hermoso texto de Jeremías 20:11: Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán.
Entramos entonces en la última bienaventuranza. La novena es mucho más larga que las anteriores y se divide en dos partes. La primera parte dice: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo”.
Dice que es bienaventurado el que tiene que soportar cosas por obedecer a Jesús, por hacer las cosas a la forma de Dios. Aparece una palabra que no usamos comunmente: vituperen. Vituperar es la acción de criticar o censurar con dureza a una persona a menudo de manera abusiva. Es decir que es cuando alguien habla mal de otra persona y la critica duramente y como dirían ustedes: se zarpa, se pasa muchísimo en lo que dice. A eso le agrega perseguir y decir cosas malas sobre la otra persona.
Pero es importante destacar que al final da un dato central: mintiendo. Por supuesto que nunca esta bien vituperar, perseguir y decir todo tipo de males sobre una persona. Pero Dios quiere que sepas que él mismo se encargará de sacar todo a la luz en algún momento. Se sabrá la verdad y él pondrá las cosas en su justo lugar. Por eso Jeremías decía: los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán. Dios te lo garantiza. ¿Le crees?
Pero además de que Dios pondrá todas las cosas en su justo lugar, falta el porque será bienaventurado. Podrías pensar, ¿Como puede tener felicidad real profunda y justa el que es vituperado y perseguido por hacer las cosas como Jesús dice? Mirá lo que dijo Jesús a continuación: Cuando seas vituperado, perseguido y hablen mal de vos mintiendo, por hacer las cosas bien como a él le gusta, “Alegrate y gozá, porque tu premio es grande en el cielo”. Quiere decir que cuando no entras en el juego de perseguir o hablar mal de los otros, ya estás teniendo en el cielo un premio especial preparado por Dios.
Acá en la tierra, Dios se encargará de poner todo en su justo lugar, y allá en el cielo tendremos un gran regalo que será para siempre. Como estudiantes debemos entender que vale muchísimo la pena de vivir vidas justas, como enseña el Maestro Jesús, y eso llevará a tener que soportar las injusticias de los que no actúan justamente, los cuales darán cuenta a Dios. Pero vos, ahora mismo empezá a actuar justamente y a juntar premios en el cielo. ¡Jesús sabe que vos podes!
Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque muchas veces pensé en que estaba solo cuando alguien me maltrató por ser justo. Ayúdame a siempre actuar justamente, y gracias porque cuento cada día con vos, que sos el poderoso gigante que pondrás todas las cosas en su justo lugar. Ah, y un día quiero ir a disfrutar con vos los premios que me estás preparando cada vez que alguien me hace algo negativo por ser justo. En el nombre del Señor Jesús, Amén.
¡HASTA MAÑANA!