5 de junio

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Ayer empezamos a ver las malaventuranzas. Vimos las primeras dos. Una era para los que solo ponen como objetivo el dinero, pues solo eso tendrán y no podrán tener nada más de todo lo que el dinero no compra. Y la segunda malaventuranza era para los que se conforman con lo poco que tienen, y van a pasar hambre, pues se sentirán vacíos. En cada una de las malaventuranzas se ve que no se tiene en cuenta a Dios, y por eso se termina sintiendo dolor, infelicidad y desdicha

La tercera es muy misteriosa cuando la escuchas, pero muy difícil cuando la entendés. Dice así: ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. ¿Quiere decir que Dios no quiere que nos riamos? No, nada que ver. La Biblia muchas veces nos habla de disfrutar, de gozarnos en Dios! Jesús se refiere a otra cosa.

Recordá que así como las bienaventuranzas iban en secuencia, también lo hacen las malaventuranzas. Con los que se ríen se refiere a las personas que se creen ricos en algo y se ríen de los demás. Hay muchos que lo que tienen se lo han ganado honestamente, pero muchos otros aprovechándose y perjudicando a los demás.

Esto se ve mucho en los salones de clases. Algunas personas se ponen de acuerdo entre ellos y se la pasan riendo de los demás. Se hacen señas, dicen cosas entre ellos y hasta llegan a hacer cosas que maltratan a otros y se creen poderosos o impunes de hacer lo que quieran, con tal de reírse y pasarla bien. Con eso tiene que ver el bullying y otros tipos de maltrato. Si vos estás en esos grupos que se encargan de estar riéndose de los demás, te tengo malas noticias. No soy yo quien lo dice, no es el director y otras autoridades del ámbito de estudio que lo dicen, ¡Es Jesús!

Dice ¡Ay! ¡De los que se ríen de esa manera! ¡Y da la razón! Porque lamentaréis y lloraréis. Posiblemente no lo pensaste, pero reírse de otro es un acto de maldad. Podrás decir: yo no lo hago por maldad, y es probable que no lo comenzaste a hacer por maldad, pero si lo seguís haciendo entraste en la maldad, y como pasa siempre, no es fácil salir de la maldad sino podes reconocer que lo que haces es muy malo.

Desde el primer siglo Jesús está diciendo que una de las cuatro peores cosas que podemos hacer es reírnos de los demás. Quien hace eso piensa que perjudica a los demás, pero pensalo bien. Si vos te reís de una persona, esa persona puede llegar a llorar y sentirse terriblemente mal, pero Jesús ya ha dicho que es bienaventurado el que llora, no porque llore, sino porque será consolado. Pero dice ¡Ay! ¡Del que se ríe de esa persona! Porque lo lamentará y llorará, y no dice que será consolado. ¿Te diste cuenta? ¿Quién es el que pierde? Eso hace la maldad. Confunde la mente de las personas. Les hace creer que son unos piolas bárbaros por comportarse así y vivir riéndose de los demás, pero Jesús ya te avisó: te espera lamento y lloro sin consuelo.

Cada uno sabe muy bien lo que sucede en su salón de clases. En los últimos tiempos se invierte más en solucionar problemas que en enseñar las diferentes materias. Y como sucede en el Bullying todos ocupamos un lugar. Si sos de los se ríen molestando a los demás, Jesús te advirtió, y como buen consejo: ahora mismo pedile a Jesús que te perdone, que quite de vos esa mala costumbre, y después andá a pedirle perdón a quiénes molestaste y no lo hagas más. Si vos sos uno de los que fueron molestados, también orá a Dios y pedile que te consuele y te ayude a superar todo eso y después hablá con tus autoridades de la escuela. Y si vos no estás en ninguno de esos dos grupos, pero sabés que eso pasa en tu salón, aunque no te guste, sos cómplice, y no podes callarte, tenes que hablar primero acercándote al maltratado, después haciendo entender al maltratador y finalmente a una autoridad, pero no olvides orar a Dios antes.

Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque siempre querés mi bien. Ayúdanos a que podamos entender lo malo que es el burlarse de los demás y el daño que eso hace. Ayúdanos a que entre todos podamos resolver eso tan terrible y así todos estudiar en paz. Gracias porque vos lo podes hacer por y en nosotros. En el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡HASTA MAÑANA!