7 de julio

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Empecemos otra semana de estudios con un misterio llamado Jesús. Ya estamos a dos semanas de comenzar en la provincia de Buenas Aires el receso invernal, más conocido como las vacaciones de invierno, aunque en otras provincias de nuestro país comienzan en otras fechas.

Es un buen momento para ver qué fue lo que aprendimos a lo largo de la primera mitad del año. Eso en gran parte se ve en las calificaciones cuatrimestral, pero siempre queda la intriga de cuánto realmente quedó en nosotros de todo lo que hemos visto en las diferentes áreas de estudios. De la misma manera  nos podemos preguntar ¿Qué quedó de lo que venimos viendo de un misterio llamado Jesús? Sabemos que en gran parte va quedando en nosotros lo que vamos aprendiendo con la práctica y lo que hemos puesto atención al momento de tener las clases correspondientes. 

Jesús, el Maestro con mayúscula, dio una parábola que muestra muy claramente si prestamos atención y practicamos las cosas que él nos enseña a diario, cada día de estudios. 

Esa parábola se la conoce como la parábola del sembrador. La encontramos en Mateo, en Marcos y en Lucas, justo en la secuencia que venimos siguiendo.

Dice que un sembrador salió a sembrar, y fue esparciendo la semilla a lo largo de varios tipos de suelos. Deja luego en claro que la semilla es la Palabra de Dios, y los suelos representan el corazón de las personas que las reciben. 

Las primeras semillas cayeron junto al camino. La tierra junto al camino no es una tierra buena para sembrar, pues es la más pisoteada y entonces es muy dura, y la semilla no entra en la tierra y no germina. En ese primer tipo de suelo, el Maestro Jesús estaba hablando sobre un tipo de corazón cuando escucha la palabra de Dios. Son corazones que están endurecidos por múltiples motivos. La tierra al lado del camino está dura, como recién dijimos, porque está muy pisoteada. Lamentablemente hay vidas muy pisoteadas, por diferentes motivos. A veces hay maltratos, a veces hay muchas malas decisiones, a veces hay grupos de amistades que llevan por muy malos caminos y hacia esas malas decisiones, a veces hay una autoestima muy baja o muy alta, y ambas son perjudiciales, y muchas cosas más que hacen que nuestro corazón se vaya endureciendo y cuando llega a nuestra vida la semilla, que es la Palabra de Dios, no le prestamos atención, no dejamos que ella llegue a nuestra vida. Jesús dijo que cuando la semilla cae junto al camino, vienen las aves y se las comen. ¿No te pasa que cuando empezás a leer o escuchar sobre el misterio llamado Jesús, empezás a pensar en otra cosa y no le prestás atención o no te importa hacerlo? Esos pensamientos son las aves que se llevan de tu vida la semilla que podría cambiar y salvar tu vida para siempre. Hoy al empezar esta semana de estudios Jesús te dice cómo dice en Ezequiel 36:26: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu”  

Jesús desea hacer eso en tu vida, si estás dispuesto a aceptarlo. ¿Qué decís?

Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque podemos empezar una nueva semana de estudios. Gracias por todas las veces que nos has hablado durante este año, pero muchas veces nuestro corazón ha estado duro a tus palabras. Ahora deseo poner mi vida en tus manos y que vos transformes con tu perdón mi duro corazón en uno tierno para poder aprender todo lo hermoso que tienes para mi vida. Te lo pido en el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡HASTA MAÑANA!