8 de abril
Un misterio llamado Jesús
¡Hola! Ayer comenzamos la semana pensando en el bautismo de Jesús. Vimos como nos dejó el ejemplo de poder hacer ese paso tan importante de mostrar a los que nos rodean que tenemos a Jesús en nuestro corazón y deseamos seguirlo y servirle.
Jesús estaba demostrando que estaba comenzando lo que conocemos como su ministerio, es decir, comenzó a hacer público que era el Hijo de Dios que había venido a salvar a la humanidad. Había pasado poco tiempo del misterio de la voz que se escuchó del Padre del cielo, y luego de los 40 días en el desierto Jesús volvió al lugar donde Juan estaba bautizando.
Juan tenía personas que todos los días lo iban a escuchar, pero también tenían discípulos. Los discípulos eran como alumnos de una persona, que lo escuchaban a diario para poder aprender. Esos discípulos nos enseñan la importancia de escuchar y aprender. En aquel momento no había las escuelas que tenemos hoy en día. Si bien muchas veces no tenes ganas de ir a la escuela, tenés que saber que durante muchos siglos las personas no han tenido la facilidad que hoy vos tenés y no podían disfrutar de la experiencia de aprender de la forma tan sistematizada como vos lo podes hacer. Es más, muchos de esos discípulos o alumnos, no sabían leer ni escribir, y entonces iban a recibir el aprendizaje en forma oral.
Cuando Juan ve llegar a Jesús al Jordán, les dice a sus discípulos: él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y continúa enseñándoles y les dice: yo bautizo con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo. Justamente de eso hablamos ayer.
Dos de esos discípulos de Juan el bautista llamados Andrés y Juan siguieron a Jesús, y entonces Jesús al ver que lo seguían les dijo: ¿Qué buscan? Y ellos le respondieron: ¿Dónde vives? Los discípulos o alumnos de ese entonces, buscaban donde vivían o enseñaban los maestros, pues no habían los edificios de escuelas como ahora, salvo las sinagogas, y Jesús los invita a ir y ver. El resto de ese día lo pasaron hablando con Jesús, y de una manera misteriosa se dieron cuenta que Jesús era el Mesías el Hijo de Dios, como lo había dicho Juan el bautista.
Por medio de estas reflexiones u otras formas ya habrás escuchado de Jesús, como Andrés y Juan escucharon de Juan el bautista, pero así como ellos decidieron seguir el Maestro en mayúscula, hoy Jesús te quiere invitar a seguirlo. Solo así podrás descubrir este misterio: de que una persona, humana como vos, al mismo tiempo es Dios, y es quien el mismo Dios mandó a entregar su vida por vos. Hoy puedes empezar a ser discípulo o estudiante de Jesús.
Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque hoy puedo ver la importancia de seguir a Jesús y descubrir de a poco el misterio llamado Jesús. Ayúdame a que cada día pueda aprovechar la oportunidad de ser estudiante, pero también aun más de ser un estudiante del Maestro Jesús. En el nombre del Señor Jesús, Amén.
¡HASTA MAÑANA!