8 de mayo

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Ayer vimos como muchísima gente de todos lados iba por donde Jesús pasaba y no solo a escuchar sus palabras, sino también a ser sanado de diferentes cosas, muchas de ellas incurables aún hoy.

Pero en medio de todos los milagros que hacía Dios ha querido que quede en la Biblia la historia de algunos de ellos, donde se vio el poder misterioso de Jesús. No olvides que estaban sus alumnos mirando y aprendiendo de todo lo que él iba haciendo, como nosotros podemos hacer hoy también.

La historia de ayer fue sobre el hombre con lepra. La lepra en la Biblia es como una figura del pecado. Es algo que se contagia rápidamente y es incurable, al menos para el hombre, pues ayer quedo bien claro que Jesús es el único que tiene el misterioso poder de curarla para siempre, de la misma manera que hace con el pecado y la muerte eterna.

El leproso era rechazado, maltratado y tenido como un marginal. ¿Te ha pasado alguna vez algo así? ¿Te han tratado como si fueras un bicho raro, en la escuela, en el barrio, o entre compañeros? Muchas veces las personas se compartan de muy mal manera, pero debes entender que Jesús nunca, nunca, nunca, nunca haría algo así. Lo demostró claramente en la historia de ayer. Primero recibió al leproso, después le dio contención y finalmente lo limpió. Eso es lo que Jesús quiere hacer con vos y con todas las personas que con fe, como hizo el leproso, vayan a él.

Pero también puede pasar que una persona no se anime o no pueda ir a Jesús, Y esa es justamente la historia que sigue. Cuenta que Jesús estaba en una casa enseñando, entonces no solo se llenó la casa de gente, sino que también las ventanas, veredas y calle. Y entonces unos hombres traían a un paralítico para que Jesús lo sanara, pero no había forma de llegar a él. Entonces empezaron a ver y pensar que podían hacer por su amigo paralítico. Y se les ocurrió ir por el techo, y entonces mientras todos estaban atentos escuchando a Jesús, se escuchó un ruido en el techo, y éste se empezó a abrir, pues los amigos lo estaban desmontando, y al rato una cama hecha de palos empezó a bajar del techo hasta donde estaba Jesús, ante la mirada sorprendida de todos. La Biblia dice literalmente en Marcos 2:5 “Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.” ¿Escuchaste bien esas palabras? Jesús estaba tan contento por la fe los amigos y del paralítico que le dijo que estaba perdonado de sus pecados, es decir, salvo. ¡Qué importante como estudiante es tener la fe en Jesús! Pues tu fe puede llevar a Jesús a un compañero o compañera, o a algún familiar o amigo tuyo. Pero la historia no termina ahí. Jesús siempre tiene algo más para los que lo buscan con fe. Porque había unos hombres que decían dentro de sí, ¿como puede decir eso de perdonar pecados? Esta agrediendo a Dios. Y aunque ellos no lo dijeron con su boca, sino solo con su mente Jesús le contestó. Ese es otro misterio: ¿Como hace Jesús para saber lo que pensamos? Y entonces Jesús habló en voz fuerte para todos y dijo: ¿Por qué piensan esas cosas? Menos mal que no está así en nuestro salón cuando pensamos mal de otro. Y luego dijo: ¿Qué es mas fácil, decirle al paralitico que es perdonado o que se levante y ande? Para que sepan que yo soy el Hijo de Dios y puedo perdonar pecados, te digo: levántate y anda. Y el que ni se podía mover, se levantó, caminó, tomó su cama de palos y se pudo ir a su casa como Jesús le dijo. Un misterio asombroso. ¿Ya experimentaste el asombro del perdón de Jesús?

Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque Jesús demostró que es un mismo Dios con vos. Gracias porque él perdona a todo aquel que va a él con fe verdadera en su perdón. Gracias porque muchos ya experimentamos el misterio maravilloso del perdón de nuestros pecados, y te seguimos pidiendo por nuestros compañeros, amigos y familiares que aún no lo han hecho. En el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡HASTA MAÑANA!