9 de abril

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Ayer vimos como dos discípulos o alumnos de Juan el bautista siguieron a Jesús y pudieron darse cuenta, al pasar el resto del día con él, que él era el Mesías. Al día siguiente salieron muy entusiasmados de la casa donde estaba Jesús y fueron en búsqueda de sus hermanos. Andrés, que era uno de esos dos discípulos de Juan, fue y encontró a su hermano Simón, y le dijo: ¡Hemos encontrado al Mesías! Y lo llevó hasta Jesús. Entonces al llegar donde estaba Jesús, los miró y le dijo a Simón: Tu eres Simón, hijo de Jonás, Tú serás llamado Pedro.

Cualquier persona que hubiera estado ahí hubiese pensado que eso era un misterio, ¿cómo sabía el nombre de Simón y de quién era hijo? ¿Lo había visto antes? ¿Conocía a su familia? No hay ningún indicio de que así hubiese sido. Aquellos hombres estaban muy asombrados. ¡Ese hombre llamado Jesús era un verdadero misterio!

Pero no quedaron las cosas ahí. Al día siguiente fue Jesús a la ciudad de Betsaida, de donde venían Andrés y su hermano Pedro, y al cruzar a un hombre llamado Felipe le dijo: Sígueme!. Entonces Felipe encontró a Natanael y le dijo que había encontrado al Mesías del que había hablado Moisés y los profetas, y que era Jesús, el hijo de José de Nazaret. Natanael le respondió: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Entonces Felipe le dijo: Ven y ve.

Cuando Jesús vio que Natanael se iba acercando, dijo de él: acá viene un verdadero israelita. Entonces Natanael le dijo: ¿De donde me conoces? Y Jesús le dijo: antes que te encuentre Andrés, cuando estabas debajo de la higuera, yo te vi. Natanael enseguida se dio cuenta que era un verdadero misterio como Jesús lo había visto, pues nadie estaba a la vista cuando estuvo debajo de la higuera.

Cada uno de esos hombres pudo comprobar que Jesús los conocía, aunque ellos, excepto Juan, no lo habían visto antes. Es más Natanael no aceptaba que alguien de Nazaret podía ser importante.

De la misma manera Jesús conoce la historia de cada uno. No sabemos que hacía Natanael debajo de la higuera, pero muchas veces, los judíos, se sentaban debajo de ellas para orar, para meditar o para pedirle a Dios que les de paz. Posiblemente Natanael haría todas esas cosas y Jesús le respondió en ese momento todo eso. Jesús sabe claramente todo lo que hay en tu corazón, por eso ahora mismo está haciendo el misterio tan extraordinario de que estás palabras lleguen a tu vida. Solo quiere entrar en tu vida para que puedas descubrir lo maravilloso que es vivir junto a él. Las palabras siguientes de Jesús fueron: No te asombres de que te vi debajo de la higuera, verás muchas cosas más misteriosas y asombrosas. Natanael siguió a Jesús. ¿Qué vas a hacer vos?

Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque conoces todo de mi, y a pesar de todos mis errores deseas ayudarme en todo. Deseo de todo corazón seguirte y conocerte para que puedas llenar mi vida de tu amor y perdón, y asombrarme como Jesús le dijo a Natanael, de todo lo que puedes hacer en mi vida. En el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡HASTA MAÑANA!