10 de junio
Un misterio llamado Jesús
¡Hola! Ayer empezamos la semana viendo como Jesús continuó las enseñanzas del sermón del monte diciendo que los que le seguimos somos la sal de la tierra. Vimos los usos que se hacían de la sal en ese momento, sin mencionarlos a todos, pero que eran los más conocidos por todos sus alumnos en ese momento, para poder entender qué quiso enseñar Jesús.
Vimos que se usaba para conservar y para desinfectar, por lo tanto Jesús desea que tengamos el desafío de ser los que conservemos los principios de Dios y las buenas costumbres, en nuestro salón de clases, en nuestra casa y donde podamos estar, en medio de una sociedad que cada vez se aleja más de las buenas costumbres y de los principios de Dios.
Luego de decirles que son la sal de la tierra, les dice que son la luz del mundo. Luego usó dos ejemplos. El primer ejemplo que dijo fue que una ciudad que está en un monte no se puede esconder. Siempre va dando palabras misteriosas que son hermosos ejemplos. El hecho de que una ciudad habla de construcciones que se hacen en lugares altos, sobre las rocas. En la Biblia se usa mucho esa figura para hablar de las personas que tienen a Jesús como su salvador personal. Vidas que se han construído sobre la roca que es Jesús. él mismo contó sobre el hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cuando varias casas se construyen juntas, esas se pueden ver desde lejos, y si ellas prenden luces se pueden ver aún en la oscuridad. Jesús, en su primer ejemplo, nos dice que debemos atrevernos a poder, junto con otros creyentes en Jesús, alumbrar a los que no están sobre la roca que es Jesús. El mismo Jesús ha dicho que cuando vengan las tormentas y la lluvia, estará firme la que está en la roca, pero será una ruina la que está abajo. Por eso, el decir que debe ser la luz para el mundo, significa que pueda mostrar a Jesús con su vida, que es realmente LA LUZ DEL MUNDO. Pero cada uno puede ser un reflejo de Jesús. Muchas veces en la noche, la luna nos alumbra, pero ella no tiene luz, sino que refleja la luz del sol, el cual no está a nuestra vista. De la misma manera nos tenemos que animar a ser un reflejo de Jesùs, para que otros puedan ver en nosotros la luz de Jesús que quiere llenar sus vidas de luz.
El segundo ejemplo que da Jesús es que uno no enciende una luz y la pone debajo de una vasija, sino que la pone en el candelero para que dé su luz a toda la casa. Jesús pone su luz en todo aquel que cree en él, y no desea que la ocultemos. Pensemos un poco como eran las luces en ese momento. Se ponía una vasija con aceite, y se encendía en un extremo para que la llama alumbrara la casa, y luego se ponía en un lugar alto. De la misma manera, cuando aceptamos a Jesús como salvador entra en nosotros el Espíritu Santo de Dios, y en la Biblia se simboliza el Espíritu Santo con el aceite. Cuando tratamos de hacer las cosas a la forma de Dios, entonces su Espíritu puede hacer que nuestras vidas sean una luz en nuestro salón, pero también en nuestra casa. Otra vez, como ayer, Jesús nos desafía. Y es más. Hay unas lámparas que son de sal. Si, juntando las dos cosas: la sal y la luz. La llama se pone adentro de la lámpara de sal, y por la sal sale una hermosa luz de color anaranjado-amarillenta, que no solo alumbra sino que da color a la casa. No importa lo que suceda a tu alrededor, Jesús desea que podamos ser luz y sal y llenemos de luz la oscuridad que muchas veces nos rodea. Si tenés a Jesús en tu vida, vos podés un hermoso reflejo de él.
Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque muchos ya tenemos la luz de Jesús en nuestra vida. Te pedimos por los que aún no la tienen, para que puedan creer. Y para que los que ya lo tenemos, que podamos ser luz para todos los que nos rodean y ser luz y sal para llenar nuestro salón y casa de los colores de la vida de paz y amor que solo Jesús puede dar. en el nombre del Señor Jesús, Amén.
¡HASTA MAÑANA!