11 de abril

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Ayer empezamos a ver como Jesús comenzó a mostrar quien era él, convirtiendo el agua de esas seis tinajas en el mejor vino. En la naturaleza ese proceso lo hace la planta de uva y después la tarea del ser humano sobre las uvas, además de un posterior tiempo de estacionamiento, pero Jesús lo hizo todo en un instante… ¿Será que él es el que creó la tierra, el agua, la planta de uva, al ser humano y al tiempo? Para pensarlo, ¿No?

Luego de la boda Jesús se fue con sus discípulos a Jerusalén, pues se acercaba la fiesta de la pascua, como va a pasar la semana que viene, y como vimos que fue a los 12 años, es decir, 18 años antes. Cuando llegó al templo de Jerusalén se enojó muchísimo al ver que mucha gente en vez de estar en el templo con el respeto que se merece la casa de Dios, estaba haciendo negocio con los animales que se usaban para sacrificar. Y entonces, muy enojado, soltó a correr a las ovejas, hizo volar a las palomas y echó a los que cambiaban dinero, y les dijo que su enojo era porque habían convertido la casa de Dios en cueva de ladrones.

La gente al ver lo que pasaba se preguntaban: ¿Quién es esa persona tan misteriosa que hizo semejante cosa? Y muchos empezaron a ver y escuchar a Jesús y creyeron en él por la cosas que él hacía, no lo solo lo que decía.

Es importante poder entender porque Jesús hizo eso. Tanto a los discípulos, como a cada uno de nosotros, que también podemos ser sus estudiantes, nos trata de dar una maravillosa lección. Ese día Jesús limpió el templo de toda corrupción que allí se llevaba a cabo. El templo era un lugar donde se iba a adorar a Dios. La Biblia dice que desde que tenemos a Jesús en nuestra vida somos un templo, donde vive el Espíritu Santo. Y debemos tener cuidado de no volver a contaminar nuestra vida, pues cuando Jesús nos perdonó nos limpió por completo. Muchas cosas pasan alrededor de nuestra vida en la escuela, en la sociedad, en la familia, en las redes y en los medios de comunicación que nos invitan a corromper las buenas costumbres que agradan a Dios. No debemos nunca perder de vista el propósito que las cosas tienen. Cada día tenés que aprovechar tu estudio para crecer en todo sentido y estar preparado para la vida. Cada día tenés que cuidar tu familia, para crecer con la mayor paz posible en tu casa. Cada día tenés que cuidar tu cuerpo, con buena alimentación y descanso, para crecer sano. Cada día tenés que cuidar tu mente, teniendo mucho cuidado de lo que vez, escuchás o participás. Pero, como enseña Proverbios 4:23, sobre toda cosa que cuides y guardes, tenés que proteger tu corazón, porque él es la fuente de tu vida. No se refiere solo al órgano que tenés en tu pecho, sino también a tu interior, y para eso tenés a Jesús, que sabe muy bien como limpiar sacando todo lo que está mal. A veces hasta tenemos que enojarnos, como hizo Jesús, sin ser violentos, pero con firmeza decidir que no quiero que nada contamine mi vida. Seguí recordando que contás con la ayuda de Jesús, que de la forma que él limpia nuestra vida, sigue siendo un hermoso misterio. No lo olvides este fin de semana.

Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias por la lección que hoy podemos ver de Jesús. Ayúdame a no contaminar mi vida con tantas cosas malas que pasan a mi alrededor, sino que pueda poner mi corazón en Jesús para que él lo guarde siempre limpio y lleno de vida. En el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡BUEN FIN DE SEMANA!