17 de junio

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Comenzamos una nueva semana de estudios que se ve reducida por los feriados nacionales en Argentina. Ayer por la conmemoración del general Martín Miguel de Güemes, que en realidad es hoy la fecha, y el próximo viernes que es el día de la bandera argentina por el paso a la inmortalidad del general Manuel Belgrano. El 90% de alumnos a quienes consulté la semana pasada, no sabía claramente porque era el feriado de ayer, y el 60% sabía sobre el del próximo viernes. Es importante conocer la historia, y en este caso tiene que ver con la identidad nacional, lo que sucedió para llegar a ser el país libre que somos.

De la misma manera es muy importante poder conocer, como estudiantes, la historia misteriosa de Jesús, y por supuesto todas las cosas que la convierten en tan misteriosa. 

Ya hemos visto en otro momento que Jesús desea pasar tiempo con cada uno en privado. Por supuesto que le gusta muchísimo cuando estamos muchos escuchando su consejo, pero desea que podamos pasar tiempo con él en privado para que podamos volcar sobre él todas esas cosas que no podemos compartir  con él en público. 

Por eso, al seguir con el Sermón del Monte nos encontramos con Jesús diciendo que cuando ores, no te hagas ver por los demás, sino que entres en tu pieza, o algún lugar tranquilo y ora a Dios en lo secreto, y él te lo recompensará en público. Jesús lo dijo de esa manera porque habían unos religiosos que se paraban en lugares públicos y empezaban a orar para hacerse oír y que todos escuchen lo que decían, pero a Dios le agrada cuando lo hacemos humildemente. 

Luego dijo que no hagamos repeticiones, sino que podamos expresar palabras que salgan del corazón. Y después dio un ejemplo de cómo orar. A ese ejemplo lo llamamos el Padre nuestro, pues así empieza el ejemplo.

Empieza: Padre nuestro que estás en los cielos. Varias veces Jesús ha enseñado que las oraciones van dirigidas a Dios Padre. Por eso es un muy buen hábito el poder siempre empezar nuestra oración dirigiéndose a Dios Padre. 

Luego sigue: “Santificado sea tu nombre”. Santificado significa que el nombre de Dios sea considerado lo que Él es: diferente a todos, sobre todo el resto, tratado con sumo respeto y reconocimiento. 

Luego sigue: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Jesús mostró que después de reconocer a Dios debemos siempre esperar que las cosas que pidamos sean respondidas según su voluntad, la cual es perfecta. Eso hará no solo mostrar nuestra fe en él, sino que nos va a enseñar que pedir y que no. Muchas veces le pedimos cosas que sabemos que no están del todo bien, pues lo hacemos por egoísmo o por tener lo que  no necesitamos o que no van a ser buenas para nosotros. 

Pero cuando oramos siempre tenemos que tener en cuenta algunas cosas. Primero es que tenemos la posibilidad de hablar directamente con Dios, el verdadero Dios, el creó todo lo que existe, y él que tiene todo el poder para hacer cualquier cosa. Es decir, aprovechar para orar, pero también hacerlo con fe. 

Pero además, aunque podamos desear mucho algo, tenemos que tener fe en que lo que Dios quiera siempre será lo mejor para nuestra vida. Empecemos la semana de estudios orando a Dios:

Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque siempre estás dispuesto a escuchar mi oración. Deseo cada día poder pasar tiempo como Jesús enseñó: hablando con vos en mi intimidad. Ayuda a crecer a mi fe para que cada día pueda tener más fe y entender que todo lo podés y que lo que vos quieras será lo mejor para mi vida. En el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡HASTA MAÑANA!