18 de junio

 Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Ayer estuvimos viendo, que dentro del sermón del monte, Jesús habló sobre la oración y dio un ejemplo que lo llamamos el Padre nuestro, y vimos una parte que decía así: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”  Vimos entonces que la oración va dirigida a Dios Padre, que debe hacerse siempre con mucho respeto y pidiendo que siempre las cosas sean según su voluntad. 

Continuemos con el Padre nuestro.

Después dice: El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.  Luego de pedir su voluntad, podemos pedir con fe de que nos dé lo que necesitamos. Al decir el pan nuestro de cada día, le estamos diciendo que confiamos en que él no nos dejará pasar necesidad hoy, pero tampoco mañana. Esto me hace acordar de cuando Dios le daba el maná en el desierto a todo el pueblo de Israel, y durante 40 años no faltó ni un solo día. Era un verdadero misterio cómo del cielo a diario caía esa comida. Hoy no creo que pase eso en tu casa, si bien Dios lo podría hacer, sino que da las fuerzas y el empleo para poder tener lo necesario en cada familia. Por eso es bueno agradecer todas las veces que te dispongas a comer. 

Después dice: Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Acá se complicó, porque todo era como un pedido a Dios, pero ahora, el ejemplo de Jesús menciona que Dios me dé lo que yo estoy dispuesto a dar. Dice que Dios nos perdone como nosotros perdonamos. La oración también es un compromiso delante de Dios, y proponerle que estamos dispuestos a hacer esfuerzos para que él pueda obrar con libertad en nuestra vida. Generalmente estamos acostumbrados a pedir algo, pero sin comprometernos a nada. Pero Jesús nos dice que Dios obra con poder en las vidas que se comprometen a hacer las cosas como a Dios le gusta, que finalmente son para nuestro bien. Y lo más hermoso de esta parte es que no hay mejor experiencia que experimentar el perdón de Dios en nuestra vida, y el poder perdonar a los que nos ofenden.

Después continúa: Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; Esa frase no quiere decir que Dios nos puede meter en tentación, pues como la Biblia enseña jamás Dios haría una cosa así, sino que está pidiendo que nos ayude a que no caigamos en tentación. Caer en tentación es ceder ante algo que nos haga dudar sobre lo que Dios nos dice. Tenemos que ser buenos alumnos del Maestro y siempre, aunque a veces nos cueste creer, debemos creerle y actuar como a él le agrada. Y así él nos ayudará a vencer la tentación y nos librará del mal, que siempre paga con mal.

Y termina: “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.”  ¡Qué maravilloso es saber que cuando oramos estamos hablando con el único Dios, que tiene además todo el poder y la gloria! Y que un día los que hemos creído en Jesús, podremos disfrutar de esa gloria junto a él. No dejes de orar y disfruta de este día de estudios confiado en el Dios de poder y gloria. 

Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque puedo hablar contigo que eres el Dios que reina en los cielos y tienes todo el poder y la gloria y la has querido compartir conmigo y por eso mandaste a tu Hijo Jesús a morir por mi. Ayudame a entender lo importante que es hablar con vos cada día y poner mi vida en tus manos y poder vivir con la tranquilidad de que el Dios de poder y gloria está a mi lado. Muchas gracias! En el nombre del Señor Jesús, Amén.      

¡HASTA MAÑANA!