19 de marzo
Un misterio llamado Jesús
¡Hola! Sigamos viendo ese misterio llamado Jesús. Ayer quedamos en el momento en que José, padre humano de Jesús, recibió en sueño la orden de salir de Belén e ir para Egipto porque el rey Herodes quería matar a Jesús. Ese es otro misterio, el que una persona tenga un padre humano, pero provenga de un Padre del cielo.
En la Biblia podemos ver que Jesús amaba muchísimo a sus padres humanos, José y María. Un misterio no menor, es que Jesús jamás los desobedeció. ¿Como puede un niño poder hacer eso? Solo podemos resolver ese misterio y responder esa pregunta pensando que Jesús al mismo tiempo de ser el hijo humano de ellos, era también el Hijo de Dios. Con el correr de las reflexiones podremos plantearnos también otro misterio: Jesús era el Hijo de Dios, y…. ¿También era Dios? Por ahora tengo que decirte que no solo la Biblia lo afirma, sino que él mismo lo demostró. Por eso no necesitaba desobedecer, no necesitaba decir malas palabras, ni necesitaba hacer ninguna cosa que hacemos desde chicos y sabemos que no están bien.
De esa manera pasó un tiempo en Egipto y luego que muere el rey Herodes, un ángel, también en sueños le avisa a José que ya pueden volver a Israel, o a Judea, como se llamaba en aquel entonces. Pero al llegar se enteraron que estaba el hijo de Herodes como rey, y en algunas cosas era peor que el padre.
Entonces José, guiado por Dios, se fue a Nazaret, un pequeño pueblo al norte de ese territorio. Misteriosamente Dios puede indicar cosas a aquellos que creen en él y desean obedecerle. Hoy tenemos la Biblia, la cual Dios usa mayormente para hacerlo, pero en otras oportunidades usa a personas que nos enseñan la Biblia u otras que creen en él, y de esa manera nos indica que es lo mejor para nosotros.
Es importante también que puedas entender y creer que Dios puede hacerlo con vos. En el tiempo de estudiantes todos debemos dedicar tiempo a estudiar, a estar atentos, a ponerle ganas y responsabilidad, pero también tener en claro que queremos hacer y que queremos ser.
Dios desea guiarnos en todas las cosas, y para eso necesita ser nuestro Padre del cielo, es decir, que nosotros seamos sus hijos. Ya hemos visto que todos somos su creación, pero por el pecado no somos sus hijos. En Juan 1:12 dice que a los que reciben a Jesús, los que que creen en él, se les da el derecho de ser hijos de Dios. Ya vimos como se hace eso. Primero creer que Jesús es el Salvador, después pedirle que perdone nuestros pecados y en tercer lugar pedirle que sea tu Salvador personal. Es algo entre vos y Jesús, para siempre. Por eso tendrás la vida eterna.
Te invito a orar:
Querido Padre Dios, gracias porque a pesar de que muchas veces he pecado y me aparté de vos, vos mandaste a tu Hijo Jesús a morir por mi. Gracias porque desde que acepté a Jesús, él es mi Salvador y vos mi Padre de cielo para siempre. Te sigo pidiendo por mis compañeros, amigos y familiares que aún no lo han aceptado, para que lo hagan y sean tus hijos. En el nombre del Señor Jesús, Amén. ¡HASTA MAÑANA!