21 de marzo

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Ayer estuvimos viendo sobre los padres humanos de Jesús: María y José. María no solo se encargó de traerlo al mundo y José de cuidarlos durante esos nueve meses, sino que también ellos fueron sus padres en la infancia, adolescencia y juventud. No se nos habla de Jesús durante su niñez. Luego que llegaron a Nazaret, de regreso de Egipto, no se habla más hasta unos cinco a siete años después.

María y José lo cuidaban mucho, pues no debemos olvidar que hubo un rey que lo quiso matar. El hijo de ese rey ya no estaba más. Y entonces, cuando Jesús tenía 12 años, decidieron llevarlo a una fiesta a la que asistían todos los años a Jerusalén, que era la fiesta de la Pascua.

Me imagino que María estaría muy tensionada, como tu mamá cuando te da o te daba permiso para ir a algún lado y no se quedaba tranquila hasta que volvieras. Bueno, muchas lo siguen haciendo aunque sus hijos sean muy grandes. Irían con él a todas partes, y para colmo Jerusalén se re llenaba de gente. Pero con el correr de los días, y habiendo muchas personas conocidas, parientes y vecinos que también habían venido de Nazaret, se quedó tranquila.

Al llegar el día de regresar a casa, que estaba a un par de días de camino o más, José y María se confiaron en que los tres estaban en la misma caravana, pero empezando a caminar no encontraban a Jesús. Todo el día anduvieron de acá para allá, pero no lo encontraron. ¡¡¿Te imaginás como estaban?!! Desesperados volvieron a Jerusalén, que aún estaba repleta de gente, y buscaron de un lugar a otro sin resultado positivo. Así pasaron el primero y segundo día. No creo que hayan dormido en todas esas horas. Pero al tercer día, al fin lo encontraron. Lo que pudieron observar ellos y toda la gente que estaba allí fue un verdadero misterio. Mientras los muchachitos de su edad estaban jugando por ahí, el adolescente Jesús estaba sentado en el templo, en el lugar donde estaban los mejores maestros, y no solo los escuchaba, sino que también les hacía altas preguntas, que mostraban su interés por escuchar, aprender y participar. Toda la gente que lo veía se preguntaba: ¿quien es ese muchachito que es tan inteligente y hace esas preguntas? Para todos ellos era un misterio. María fue la primera en reaccionar, pero eso lo veremos mañana.

Todos los que cursan el nivel secundario o superior de estudios ya están igual o superior a la edad que Jesús tenía en ese momento. Es muy triste que hoy a los que se muestran interesados, atentos, con deseos de aprender, muchas veces se los trata mal, de parte de sus compañeros. Parecen personas misteriosas para mucha gente. NO está bueno hacer eso. Todo lo contrario. Cada uno de ustedes debe entender que es un momento buenísimo para aprovechar cada clase, cada materia, y mucho más cuando podes aprender más del misterio llamado Jesús. Jesús mismo fue el ejemplo.

Te invito a orar:

Querido Padre Dios, gracias porque pusiste en mi capacidad para aprender y conocer sobre tantas cosas que has creado y han pasado. Te pido que me ayudes a esforzarme en todo en mis estudios, y sobre todo a conocerte mejor a vos, y que nunca participe de maltratar a alguien que se esfuerza en aprender y ser mejor cada día. En el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡BUEN FIN DE SEMANA!