22 de abril
Un misterio llamado Jesús
¡Hola! Ayer empezamos la semana viendo la decisión misteriosa de Jesús. Él decidió tomar el más largo y difícil camino hacia Galilea. Los discípulos, desde hacía poco tiempo seguían a Jesús. Ellos, como nosotros, necesitaban aprender muchísimo de los misterios de Jesús. Ya habían visto como había transformado el agua en vino en la boda en Caná, pero… ¿estaría ahora en lo cierto de ir por eso camino? Muchas veces nos puede entrar la duda si lo que Jesús dice es lo mejor para nosotros, y sabes una cosa, él entiende tu duda, pero te invita a confiar en él de corazón. Aquellos discípulos pudieron haber dudado pero igualmente fueron con él.
Cuando una persona decide seguir a Jesús, debe prepararse para cosas maravillosas que podrá disfrutar en su vida, aun en medio del dolor y problemas.
Ese pequeño grupo de hombres comenzó su camino hacia Samaria. Por esos caminos había muchos peligros. Hay relatos sobre los atracos que sufrían las personas en ese entonces en ese tipo de caminos. Además otros eran atacados por fieras salvajes en caminos semejantes. Pero Jesús estaba en medio de ellos, y eso asegura tu camino. Por eso lo primero que descubrirás al seguir a Jesús, que el cuida tu camino. Y que bueno es saber que tu camino de estudiante está a su cuidado si cada día llevás a Jesús con vos a la escuela. ¿Cómo es eso? Te preguntarás. Eso es así cuando al levantarte oras a Dios y le pedís que te ayude y te acompañe ese día y el lo hará. Y luego trata de hacer las cosas a la manera de Jesús, correctamente, y él se hará sentir a tu lado. Él siempre se hace notar en las personas que desean de corazón la presencia de Jesús en sus vidas.
Y al fin llegaron a Samaria. Y al llegar a un pozo de agua que había pertenecido a Jacob, unos 1800 años antes, Jesús se sentó en él. Ya era el mediodía. Los discípulos se fueron a ver si encontraban algún lugar donde comprar algo para comer. Y entonces llegó una mujer a sacar agua del pozo. Era común en aquel tiempo, que las mujeres iban con unos cántaros a buscar agua fuera de la ciudad. Entonces Jesús al ver a la mujer le pidió si le daba un poco de agua.
Ella enseguida se dio cuenta que Jesús era un judío, entonces le dijo: ¿Como tú siendo judío me pides agua a mí que soy samaritana? Ya vimos ayer que los judíos y los samaritanos no se llevaban bien, todo lo contrario. Eso venía de muchos siglos atrás, y había perdurado hasta ese entonces. Pero Jesús no le importaba que sean de pueblos enemigos. Jesús siempre enseño que se debe amar a quien nos ama y orar por quienes nos persiguen u odian. En los ámbitos educativos muchas veces hay grupos que maltratan a compañeros. También hay personas que no son buenas con los demás, y lo muestran de diferentes maneras. Pero así como Jesús le mostró a la mujer samaritana que era diferente a cualquier otra persona, pues no hacía acepción de persona, vos también podes mostrar la diferencia orando por ellas. Eso no quiere decir que no debas decir a tus autoridades si alguien te daña, pero al mismo tiempo orá por ellas. Seguramente están viviendo en un ambiente muy malo, y ellos solo son esclavos de sus propios malos actos. Jesús se mostró diferente a los demás sin discriminar. Animate a imitar a Jesús, y orar por todos tus compañeros y compañeras, no importa como sean con vos o con los demás.
Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque Jesús siempre va conmigo. Ayúdame a marcar la diferencia orando por todos y siendo buen compañero/a con todos, y así Jesús se mostrará en mi vida. En el nombre del Señor Jesús, Amén.
¡HASTA MAÑANA!