26 de junio
Un misterio llamado Jesús
¡Hola! Seguimos esta semana viendo el misterio llamado Jesús. Empezamos viendo como sanó a la distancia al criado del centurión, después resucitó al hijo de la viuda de Naín y ayer vimos lo que pasó con esa mujer en la casa de Simón el fariseo.
Lucas sigue escribiendo sobre la vida de Jesús, y luego dedica unos tres versículos a hablar de las mujeres que seguían y servían a Jesús. Es muy extraño que muchas personas actualmente acusan a los cristianos de no querer que las mujeres tengan sus derechos, pues nadie llamado cristiano puede negar o dudar de lo que Jesús enseñó y vivió en cuanto a las mujeres. Ayer vimos que una mujer entró en la casa de Simón. Te garantizo que si Jesús no estaba en esa casa, esa mujer no iba a poder entrar, pues no dejaban que una mujer que ejercía la actividad sexual pudiese acercarse. Jesús fue acusado ahí, pero también muchas otras veces de estar cerca de esas mujeres, pero en realidad siempre Jesús recibió a toda persona que se acercaba a él. Él no hacía distinción por ningún motivo, y la Biblia es clara siempre en decir que él vino por todos. Lucas dice que Jesús iba por todas partes predicando y anunciando las noticias de salvación, e iban sus 12 apóstoles con él y algunas mujeres que habían sido sanadas de enfermedades y limpiadas de demonios. Jesús había hecho eso con muchos hombres también, pero solo lo seguían los doce, pero las mujeres decidieron seguirlo y ayudarlos en todo lo que necesiten. Sin lugar a duda Jesús las trataba muy bien, las hacía sentir muy valiosas, en medio de una sociedad que generalmente no las tenía en cuenta y les hacía ocupar un lugar secundario.
Ayer no se mencionó el nombre de la mujer, pero luego Lucas dio algunos nombres. Primero habló de Maria Magdalena, a la cual le había sacado siete demonios. ¡Qué terrible habrá sido para ella la vida teniendo que soportar semejante carga del mal! Esos demonios la maltratarían y le harían hacer cosas terribles contra sí misma y los demás. Seguramente no tendría non ganas de vivir, hasta que Jesús llegó a su vida y la liberó. ¡Qué maravillosa es la libertad que Jesús da! Por eso seguía y servía a Jesús con todo su corazón y aparece varias veces en la Biblia.
Después menciona a Juana. Dice que era la mujer del intendente de Herodes. Herodes era el rey de origen judio, pero que por poder servía al imperio romano. El esposo de Juana, llamado Chuza, era como el secretario o mayordomo de Herodes, es decir, una persona importante. Pero Juana pudo haber sido sanada por Jesús de algún mal que desconocemos, pero seguía a Jesús, escuchaba sus enseñanzas y aportaba de sus bienes para el mantenimiento de los discípulos, las mujeres y del mismo Jesús. También se menciona a Susana, pero no hay ninguna referencia de ella. Y finalmente dice que otras muchas le servían con sus bienes. Eso muestra que muchas mujeres dejaron su vida rutinaria y siguieron al maestro. Muchas veces solo pensamos en los discípulos, en los hombres, pero también hubo muchas discípulas. La Biblia nos muestra como Jesús usa y bendice a todo el que quiera seguirle. De hecho cuando Jesús muere en la cruz, solo había un hombre con él y varias mujeres. Nosotros, sus estudiantes, no importando nuestro sexo, podemos seguir al maestro. A aquellas mujeres Jesús les había cambiado la vida para bien, y le siguieron. Deja que Jesús cambie tu vida para bien y seguile. Dejalo entrar en vos como Salvador personal.
Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque Jesús nos amó y ama a todos. Que lindo es leer sobre las mujeres que seguían y se esforzaban por servir a Jesús, luego de que él les cambió la vida. Gracias porque a muchos ya también lo ha hecho. Pero te pedimos que ayudes a nuestros compañeros, amigos y familiares que aún no creen en Jesús, para que entiendan que Jesús desea cambiarlos para siempre. En el nombre del Señor Jesús, Amén.
¡HASTA MAÑANA!