28 de abril

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! Comencemos una nueva semana de estudios con un misterio llamado Jesús. La semana pasada vimos como Jesús empezó su ministerio pasando por Samaria y luego fue por Caná, donde, a la distancia, sanó al hijo de un oficial del rey que estaba a punto de morir.

Él hacía cosas a su paso que mostraban que obraba muy misteriosamente. No olvides que un misterio es algo que no es fácil explicar como sucede. Así que empezó a ser muy famoso por toda la región.

Siguió su camino y llegó a la ciudad donde vivió la mayor parte de su vida. ¿Te acordás como se llamaba? Nazaret era el nombre de ese pequeño pueblo. ¿Cómo te imaginás que lo recibieron en el lugar que todos lo conocían, con la fama que iba teniendo? Lucas nos cuenta que al llegar fue a la sinagoga, pues era el día de reposo, el sábado, y los judíos iban a la sinagoga a escuchar del antiguo testamento.

Entonces, ante la mirada de todos Jesús se levantó a leer, y leyó unos versículos de Isaías 61. Ellos hablaban de la venida del Mesías del mundo y que haría al venir. Entonces, mientras todos esperaban atentamente que explicara lo que había leído, se sentó y les dijo algo que era inesperado para ellos: hoy se ha cumplido esa profecía, yo soy el Mesías. Todos quedaron sorprendidos por la forma tan maravillosas en que hablaba, pero entendió que muchas de esas personas no confiaban en él, aunque lo conocían muchísimo. ¡Había pasado cerca de 30 años viviendo allí, en ese pequeño pueblo!

Los sacerdotes de la sinagoga y muchas otras personas se enojaron tanto con él, que decidieron llevarlo fuera de la ciudad. Seguramente estarás pensando que era para expulsarlo de allí, pero no. Lo llevaron hasta la cumbre del monte en donde estaba edificada toda la ciudad, para tirarlo desde allí contra las piedras de abajo. Si, no escuchaste mal, lo llevaron para matarlo. Creyeron que había cometido un pecado de muerte por decir que él era el Mesías. No quisieron ver ni escuchar todo lo que el dijo y mostró. Lo conocían muy bien, habían visto que todo lo hacía a la perfección desde niño, pero su terquedad no les dejó ver que en su pequeña aldea había crecido, nada más y nada menos, que el Mesías esperado por siglos.

Y cuando se disponían a tirarlo, sucedió algo muy misterioso. Toda esa cantidad de personas estaba gritando desaforadamente y lo empujaba hacía el precipicio, pero, no sabemos como lo hizo, pero pasó caminando tranquilamente por en medio de ellos y nadie lo pudo detener. Y se fue de Nazaret. Jesús mostró misteriosamente que nadie iba a poder quitarle la vida, aunque sea un gentío terriblemente enojado que lo había llevado por la fuerza. El entregaría su vida por todos cuando sea el momento indicado.

¿Qué pensás de Jesús? ¿Pensás como la gente de Nazaret? Seguramente has escuchado muchas veces de Jesús, como toda esa gente. ¿También querés sacarlo de tu vida como ellos? Tengo que decirte de igual manera, él ya se entregó en la cruz por vos, y está esperando que creas en él para darte el perdón de tus pecados y la vida eterna.

Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque a pesar de que muchos hemos rechazado a Jesús, él igualmente entregó su vida en la cruz. Gracias porque muchos hemos podido llegar a entender que murió por nosotros y lo hemos aceptado como Salvador y hoy disfrutamos de su perdón, amor y vida eterna. Te seguimos pidiendo por nuestros compañeros, amigos y familiares que aún no creen, para que también puedan disfrutar de ti y de lo que tú das. En el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡HASTA MAÑANA!