29 de abril
Un misterio llamado Jesús
¡Hola! Ayer empezamos la semana viendo sobre como Jesús fue muy rechazado en su propio pueblo, hasta quisieron matarlo. Pero misteriosamente pasó por en medio de ellos y así, tranquilamente, se fue de allí.
Entonces se fue para el lado del lago de Genesaret. Entonces mucha gente se juntó cuando se enteraron que estaba allí para escucharlo hablar. Entonces empezó a ver como podía hacer para que la gran cantidad de personas que estaban en ese lugar lo pudieran escuchar, pues no existían los micrófonos o parlantes como ahora. Miró hacia el lago y vio unas barcas que habían venido de pescar y estaban lavando las redes. Entonces se subió en la barca que era de Simón y le pidió si se podía apartar un poco de la costa, y así lo hizo. Entonces, aprovechando la brisa que venía del lago y la acústica que se hacía entre la playa y los árboles, todas las personas pudieron escuchar lo que Jesús enseñaba.
Jesús hoy nos muestra que importante es pensar bien lo que queremos hacer y ver cual es la mejor manera para hacerlo. Como estudiantes, todos los días tenemos el desafío de estudiar y aprender. Ya hemos visto que todos tenemos capacidades para poder hacerlo, pero debemos primero prestar atención a todo lo que disponemos. Así como Jesús miró y se habrá dicho: está la playa, el lago, las barcas y mucha gente. ¿Como puedo aprovechar todo eso? De igual manera vos tenés que ser responsable y mirar que herramientas tenés. Tenés que prestar atención. Mucho tiempo perdemos porque no prestamos atención y nos ponemos a ver o pensar en otras cosas. Hay que enfocarnos. Ya habrá tiempo para pensar en lo demás.
Jesús tenía mucho por hacer, pero en ese momento lo más importante era aprovechar el interés de toda esa gente y poder enseñarles de la mejor manera a la mayor cantidad de ellos. Y así lo hizo.
Cada día aprovechá cada clase, prestá atención, no te distraigas en tantas cosas que pueden atraerte, sino enfocate en aprovechar cada momento y usa todas las capacidades que Dios te ha dado para prosperar en tus estudios.
Por otro lado estaba Simón, el dueño de la barca donde Jesús se subió. El había estado pescando toda la noche, estaba muy cansado, y no había pescado nada, parecía que ese día todo había salido mal. Pero ahora Jesús estaba en su barca. El maestro estaba enseñando desde su barca. El era un alumno privilegiado pues podía escuchar con total claridad al Maestro de maestros y aprender todo lo maravilloso que él hablaba, en un sentido, Jesús había cambiado una noche muy mala en una mañana muy hermosa, aunque todavía faltaba lo mejor, pero eso lo veremos mañana.
Posiblemente vos también hayas tenido una mala noche, o malos momentos, o escuchaste palabras que fueron malas para vos, u otras cosas que te sacan las ganas de estudiar o prestar atención, pero así como Jesús le cambió lo malo en algo bueno a Simón, también lo puede hacer con vos. ¿Qué tuvo que hacer Simón para que Jesús haga eso en él? Solo tuvo que dejar que Jesús entre en su barca y obedecerle remando un poco adentro del lago. De la misma manera si vos dejás que Jesús entre en tu barca, que es tu corazón, tu vida, y obedeces sus palabras de alejarte de todo lo que no es bueno, entonces Jesús cambiará todo lo malo en algo hermoso. Dale empezá tu día de estudios con Jesús en tu barca.
Te invito a orar: Querido Padre Dios, gracias porque Jesús quiere siempre estar dentro de mi barca, de mi vida. Ayúdanos a entender que es maravilloso poder tenerlo en nuestra vida y escuchar sus enseñanzas tan hermosas que llenan el corazón. En el nombre del Señor Jesús, Amén.
¡HASTA MAÑANA!