30 de mayo

Un misterio llamado Jesús

¡Hola! ¡Llegamos al último día de estudios de la semana y del mes de mayo! Ya pasaron tres meses de estudios y el lunes que viene será el día 50 de un misterio llamado Jesús.

Ayer vimos la quinta y sexta bienaventuranza. Hablamos sobre los misericordiosos y los de limpio corazón, y ellos alcanzarán la misericordia de Dios y verán a Dios. ¡Dos cosas maravillosas! ¡Cuanta falta hace en cada salón de clases, en cada hogar, en cada club, en cada plaza, calle o lugar por doquier que haya personas que se animen a marcar la diferencia con toda la realidad tan violenta y sucia que constantemente escuchamos o vemos en la redes o medios de comunicación masivos!

Jesús, misteriosamente, estaba preparando a 12 hombres comunes, para que se animaran a marcar la diferencia con todos los que los rodeaban en ese entonces, pero ahora está buscando a jóvenes decididos a escuchar las enseñanzas del maestro Jesús y aceptar ese mismo desafío. En otras oportunidades hemos visto como muchas veces los centros educacionales fueron usados para motivar ideologías o rebelarse de forma violenta, y solo causaron dolor y hasta muerte. Hoy Jesús desea hacer un verdadero ejército de paz. Jóvenes que se animen con la vida diaria, a ser misericordiosos y tener un corazón limpio. En el último libro de la Biblia dice que Dios elegirá a 144000 jóvenes de corazón y vidas limpias para anunciar su mensaje de salvación a todo el mundo, y será en medio de los peores 7 años de toda la historia de la humanidad, donde todos los que creímos en Jesús ya no estaremos más en la tierra, sino que estaremos disfrutando del cielo con Jesús. Es importante destacar como Dios usará y usa hoy en día, para bien del mundo, a jóvenes comprometidos a ser misericordiosos y de limpio corazón. ¡Eso sí es misterioso! Jesús tiene millones de ángeles que podrían hacer eso, pero ha preferido elegir a jóvenes que acepten el desafío.

Pero no podemos terminar las palabras de hoy sin ver la séptima bienaventuranza. Mirá lo que dice: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” En momentos donde escuchamos como la gente se agrede, como las autoridades se viven diciendo cosas que no guardan ningún tipo de respeto, donde todos quieren defender su posición sin ni siquiera escuchar un poquito al que piensa diferente, donde muchos juzgan a los demás en las redes sociales sin importar a quien hieren, y podría seguir escribiendo muchas páginas más, pero realmente no deseo dedicar más espacio a eso, sino a reflexionar en que vos podes ser un estudiante grandemente valioso si ponés todo tu esfuerzo a ser pacificador o pacificadora. A no “echar leña al fuego” como se dice comúnmente, sino a apagar ese tipo de fuego. A colaborar en calmar los ánimos. A ayudar a hacer reflexionar a la gente cuando hay diferencias o conflictos interpersonales en tu salón de clases, en tu familia, o donde sea. Podemos cooperar de muchas maneras si nos animamos a ir contra la corriente violenta que hay en la sociedad y ser pacificadores. Me llena de emoción el solo pensar que la bienaventuranza dice que si somos pacificadores, seremos llamados hijos de Dios. ¡Huau! ¡Hijos del Dios Altísimo! A los primeros creyentes los perseguían, los trataban de matar y lo lograron con muchos ellos, pero ellos seguían hablando del amor de Dios, amaban a sus enemigos y oraban por quienes los perseguían y ¿Sabés como los empezaron a llamar? ¡Los llamaron cristianos! ¡pequeños Cristo! No iban diciendo: “nosotros somos cristianos” sino que los reconocían como cristianos. ¿Aceptas el desafío?

Te invito a orar: Querido Padre Dios, deseo ser misericordioso y tener un corazón limpio, pero además quiero ser un pacificador. Ayúdame a serlo en el lugar de estudio, en mi familia y en todos lados, pues quiero que la gente diga de mí: ahí está un hijo de Dios, un verdadero cristiano. En el nombre del Señor Jesús, Amén.

¡BUEN FIN DE SEMANA!